Ander Iriguíbel es un capitán diferente. El ‘7’ del San Juan participa en el sorteo de campo pero no quiere definirse como la autoridad dentro del vestuario. De hecho, el sobrino del mítico delantero de Osasuna habla en el campo, donde más le gusta estar y donde, precisamente, ha conseguido anotar más de un centenar de goles en Tercera División, la categoría que deja atrás el equipo de la Agrupación.

“Ya era hora”, suspira Iriguíbel, días después. El delantero ha sido uno de los futbolistas de la plantilla que ha disputado cada una de las siete fases de ascenso que ha disputado el San Juan. Esta última, por los motivos de la pandemia ya conocidos, ha sido “una fase un poco distinta a lo que estábamos acostumbrados, por no poder viajar, pero sigue siendo una fase de ascenso y estamos contentos”.

Valorando lo ocurrido en los últimos días, Iriguíbel reconoce que “no somos conscientes de lo que hemos hecho, porque en la historia del San Juan no se había conseguido y es un hecho muy importante en el club. Ya nos daremos cuenta con el tiempo de que ha sido muy importante”.

A pesar de que la sociedad ha estado marcada por la evolución de la pandemia del Covid, en lo personal, en cuanto al fútbol, “ha sido un buen año. La Copa del Rey... los 100 goles en Tercera... el ascenso... no se puede pedir más”, se ríe.

El sábado era el día marcado en el calendario. Los minutos finales del encuentro ante el Cirbonero, Ander Iriguíbel los vivió “con tensión, pero bien. En los últimos minutos lo viví peor, porque no acababa el partido y queríamos que acabase el partido cuanto antes. La semana fue más tranquila, algo normal, pero por fin lo hemos conseguido”.

La celebración del ascenso estaba preparada. Al acabar el partido, la plantilla descorchó botellas de champán y lucieron camisetas conmemorativas para la ocasión. “Algo habíamos preparado por si se daba el ascenso y cuanto antes lo lográramos era mejor. No teníamos que dejar pasar otra oportunidad porque luego te empiezan a temblar las piernas en la última jornada y era mejor hacerlo todo antes. Salió todo bien y guardamos buen recuerdo de ello”, apunta un Ander Iriguíbel que, conforme el árbitro señaló el final del partido “eché un buen grito para soltar toda la tensión acumulada, corrí a abrazar a mis compañeros mientras les decía que después de siete años ya lo habíamos conseguido después de tanto tiempo”.

El ariete reconoce que, a pesar de haber peleado en siete ocasiones por ascender, el propio ascenso “no era nuestra obligación, pero después de tantas fases tienes la espina clavada de no conseguirlo y ya por fin lo tenemos”. La semana ha sido tranquila en la Agrupación, a pesar de que el equipo sabía lo que se jugaban. 180 minutos de competición les restaban si querían irse de vacaciones antes. “Hablamos de que este era el partido, de que no había otro y no teníamos que dejar escapar la oportunidad. Este era el partido y así fue”, comenta Iriguíbel.

Que el San Juan va a competir todos los partidos es algo indudable, escuchando tanto al entrenador como al capitán, que, aunque espera estrenarse como goleador en la nueva categoría, antepone el grupo al trabajo individual. “¿Marcar? Sí, ¿por qué no? Después de haber marcado en Tercera, estaría bien marcar en esta categoría nueva. Pero el gol ya llegará, poco a poco. Primero las victorias y que marque el que tenga que meter. Lo primero a disfrutar, que llevamos ya tiempo sin parar. Luego ya pensaremos en la temporada que viene”.

Y es que, a falta de un partido para que el conjunto que dirige Bebeto finalice la temporada, se puede hacer balance. “A falta de un partido se puede hacer balance de un temporadón, después de haber hecho algo histórico para el club y la Agrupación, y eso habla bien de todos los equipos, la directiva y el club y lo tenemos que disfrutar y celebrar”, valora un Iriguíbel que concluye destacando la unión de la plantilla.

“El no estar en el vestuario y cambiarte en la grada te deja algo frío, el cachondeo del grupo no está y que haya estado la gente tan metida desde el primer minuto es un punto a favor. La gente sabía lo que había y que haya respondido así es digno de mencionar. Ha sido de 10. No he visto ninguna mala cara”, finaliza.