- Luis Enrique Martínez encara su momento de mayor inestabilidad como seleccionador tras su apuesta por un rejuvenecimiento en bloque de la Roja, que añora experiencia en un gran torneo, después de dos empates consecutivos en los que repitió falta de contundencia en las dos áreas e inmovilismo táctico.
Las sensaciones que transmite la selección española en el césped de La Cartuja no mejoran con el transcurso de la Eurocopa. Su dominio de partidos se ha convertido en improductivo (69 por ciento de posesión), carece de profundidad, de un futbolista que genere desequilibrio entre líneas y de pegada.
Un solo gol en 180 minutos le sitúan en un escenario complejo, obligada a ganar a Eslovaquia para avanzar a octavos de final. Una selección con personalidad para adueñarse del balón pero que ha perdido la frescura en los últimos metros, una idea clara de ataque más allá de buscar centros desde las bandas.
Los problemas aparecen para la selección española porque la contundencia falta en las dos áreas. Pese al planteamiento defensivo de Suecia en su debut en la competición, ya se intuyó cierta inseguridad en las pocas llegadas del rival.
Crecieron cuando los centrales Pau Torres y Laporte, pareja sin recorrido y que se estrena junta en esta fase final, se midieron a un delantero de la grandeza de Robert Lewandowski. El suplicio se reflejó en la acción del gol de Polonia. España repliega bien tras pérdida, muestra un buen físico, pero es insegura atrás. Con poco, le dañan mucho. Salvada por dos postes en dos partidos y por la primera gran parada de Unai Simón en el campeonato.
En ataque, ante la falta de gol, Luis Enrique buscó soluciones con la entrada de Gerard Moreno. España demanda la figura de un futbolista que aporte brillantez en el pase final, el más complejo. Abusa del horizontal, 661 acertados de 758 intentos, de la ausencia de riesgo representada en el joven Pedri, con personalidad para asumir el mando a sus 18 años pero con falta de atrevimiento para tomar riesgos, filtrar pases que rompan líneas y aportar más que ritmo a la posesión.
Por otro lado, la selección española ha pasado de tener máxima efectividad en los penaltis con Sergio Ramos, al doble fallo de éste ante Suiza desde el que ya no ha vuelto a convertir ninguno. Enlaza cuatro penaltis fallados de forma consecutiva, el último de Gerard Moreno, que había marcado doce consecutivos.
Su lanzamiento a un palo y el posterior error de Morata fue un golpe del que no se levantó España ante Polonia.
El 4-3-3 es innegociable, o al menos así lo demuestra Luis Enrique. Es su sello y los retoques llegan modificando el perfil del futbolista, pero nunca el sistema. Aunque el rival se posicione con defensa de cinco, como planteó Polonia. Demandaba la presencia de extremos más puros, de carrileros de largo recorrido que atacasen por las bandas.
La apuesta de Luis Enrique fue pegar a la cal a Gerard Moreno, futbolista que carece de velocidad para desbordar rivales en carrera y que lanzó centros que está acostumbrado a rematar. Su hambre de éxito le hizo crear peligro arrancando siempre hacia dentro, sacando un disparo que enganchó Álvaro Morata en su gol del desquite. Cuando menos tuvo que pensar, lo mandó a la red.
La falta de contundencia se personifica en el punta madrileño, de nuevo marcado por dos ocasiones claras perdonadas: el rechace tras el penalti fallado y un mano a mano final con todo para marcar. España hizo once disparos, apenas cinco a puerta. Poca llegada para tanta posesión. Ausencia de vértigo y de verticalidad.
Descartó Luis Enrique apostar por una figura como Adama Traoré, al que hizo debutar en la selección, para explotar la banda y buscar remates juntando en punta a dos nueves como Morata y Gerard. En el polo opuesto, sacó del campo a ambos y acabó con Mikel Oyarzabal de falsonueve.
La posición de Marcos Llorente,león enjaulado en el lateral derecho, con la consiguiente suplencia de Azpilicueta, capitán del Chelsea campeón de Europa, se añade al debate futbolístico que acompaña el camino de la selección española mientras siente la desesperanza de la afición.
Si gana a Eslovaquia.
- Será primera de grupo si Polonia gana a Suecia.
- Será primera si empatan Polonia y Suecia y gana a Eslovaquia por más de un gol o si acaba con más goles a favor que Suecia.
- Será segunda si Suecia vence a Polonia.
Si empata con Eslovaquia.
- Será tercera de grupo (y posiblemente se clasificará) si Suecia gana o empata ante Polonia.
- Será cuarta de grupo (y eliminada) si Polonia gana a Suecia.
Si pierde con Eslovaquia.
- Quedará eliminada como cuarta de grupo o como tercera con apenas 2 puntos.
El primero del Grupo E se medirá al tercero del Grupo A, B, C o D.
El segundo del Grupo E se medirá con el segundo del Grupo D (Inglaterra, República Checa o incluso Croacia, según los resultados de mañana)
El tercero del Grupo E (si se clasifica, porque solo pasan los cuatro mejores terceros) se medirá al campeón del Grupo C (Países Bajos) o B (seguramente Bélgica).
Estadística. La selección española solo ha marcado un gol en 28 remates en la Eurocopa 2020, diez entre los tres palos; un registro sólo empeorado por Dinamarca, Escocia y Turquía y a una distancia sideral de las favoritas Italia, Países Bajos, Alemania, Francia, Portugal, Inglaterra y Bélgica. Ante Suecia fueron 17 disparos, cinco dentro del marco rival, pero no anotó ningún gol, aunque el juego ofreció una sensación indudablemente mejor al cuerpo técnico que este sábado frente a Polonia, cuando propuso once tiros, cinco de ellos a portería, para un único tanto: el 1-0 logrado por Álvaro Morata.
"Dependiendo de nosotros, teniendo la sartén por el mango, siempre hay esperanza"
Jugador de la selección española
