Jorginho, Marco Verratti y Nicoló Barella, estrellas del trío del centro del campo de Italia, rozaron el partido perfecto este viernes en el triunfo por 2-1 contra Bélgica en los cuartos de final de la Eurocopa y completaron, juntos, 200 pases sobre 209 intentos, un 96 % de acierto que les convierte en un reloj para marcar los ritmos del equipo de Roberto Mancini.

A esos números que desafían a la perfección se sumó además el gol firmado por Barella a pase de Verratti, que rompió la igualdad y abrió el camino de Italia hacia las semifinales, en las que le espera España, tras su victoria en la tanda de penaltis contra Suiza.

La decisión de Mancini de confirmar a su trío en el centro del campo, pese a que también Manuel Locatelli y Matte Pessina fueran protagonistas de grandes actuaciones en los últimos encuentros, le dio una vez más la razón y disparó la confianza de un equipo que, tras llegar a la final a cuatro de Wembley, quiere completar el trabajo.

En el partido del Allianz Arena de Múnich Italia se liberó de la presión notada en octavos ante Austria, cuando tuvo que pasar por la prórroga para avanzar, y disputó un encuentro completo, en el que destacó la granítica defensa de Giorgio Chiellini y la circulación de balón ofrecida por el centro del campo. Los números no engañan. Jorginho completó 74 de sus 75 pases (99 %), Verratti conectó 89 de 92 (97 %) y Barella logró 37 de 42 (88 %).

Italia se encomendó a ellos para gestionar el balón ante la presión belga y para coger ritmo de cara a sus ataques, con la ayuda de un Lorenzo Insigne y un Federico Chiesa en forma

Y pese a que el delantero centro Ciro Immobile haya sido de nuevo frenado por la presión de una cita grande, algo sobre el que está trabajando con compromiso, Italia consiguió iluminar al Allianz Arena con unas grandes combinaciones ofensivas.

El primer gol nació de una intensa presión del centro del campo italiano. Verratti recuperó el balón en línea de tres cuartos y lo ofreció a Barella, quien rompió el marcaje rival y fulminó a Thibaut Courtois con un derechazo cruzado.

El segundo se originó en un gran pase vertical de Jorginho, cada vez más líder en el centro del campo, para Insigne. El extremo napolitano regateó con facilidad a Youri Tielemans, que ya estaba amonestado y no podía forzar la intervención defensiva, y liberó un derechazo curvado desde fuera del área que puso tierra de por medio entre Italia y Bélgica.

Es el gol que Insigne siempre busca, con un disparo curvado que entra por la escuadra. Normalmente suele faltarle precisión, pero el viernes el intento fue premiado con un golazo.