Los presidentes del Niza, Jean-Pierre Rivère, y del Marsella, Pablo Longoria, se enfrentaron sobre la pertinencia de la suspensión del encuentro entre los dos equipos anoche en la capital de la Costa Azul por invasión del campo por un grupo de aficionados tras unas agresiones a jugadores marselleses.

Longoria explicó, en un mensaje colgado en la página del Olympique de Marsella (OM), que aunque la Liga de Fútbol Profesional (LFP) había decidido que el encuentro se reanudara tras la suspensión por la invasión del terreno de juego, ellos decidieron no volver "por la seguridad de los jugadores, que habían sido agredidos".

"Ya es la segunda vez que vivimos esto después de Montpellier", recordó el directivo español en alusión a otro partido hace dos semanas en esa ciudad, que también fue temporalmente interrumpido por objetos lanzados contra algunos futbolistas del OM.

"Allí -continuó Longoria en su vídeo- decidimos continuar, pero lo que ha pasado hoy (en alusión al domingo) es completamente inaceptable".

La liga había decidido que el Niza-Marsella se reanudara pero el OM no quiso volver al campo "por la seguridad de los jugadores, que habían sido agredidos con una invasión del campo", precisó.

El presidente del OM aseguró que el árbitro habría preferido que el encuentro se suspendiera definitivamente porque consideraba que la seguridad seguía sin estar garantizada "pero la Liga decidió, por una cuestión de orden público, reanudar el partido". "No era aceptable para nosotros", argumentó.

El problema es que su equipo (que iba perdiendo 1-0 en el momento de los incidentes) corre el riesgo de ser castigado por no haber querido volver al terreno de juego con un resultado de 0-3.

Será la comisión de disciplina de la LFP la que se pronuncie sobre eso, como también sobre las posibles sanciones contra el Niza, que por su parte reprochó la actitud del OM.

Rivère, que habló en conferencia de prensa una vez suspendido el partido por la no comparecencia del Marsella, dijo que "es una decepción que esto termine así".

"Las cosas están bastante claras. Hubo un lanzamiento de botellas de agua. Desgraciadamente, lo que hizo explotar la situación fue la reacción de los jugadores marselleses al tirar las botellas a la tribuna".

Además, también cargó contra el servicio de seguridad del OM, que "no tenía que intervenir en el campo ni pegar a nuestros jugadores".

Según la versión del presidente del Niza, el árbitro dudaba sobre si había que volver a jugar o no, pero "los servicios de seguridad le afirmaron que no había problema. Todo el mundo decidió reanudar el partido: el prefecto, los responsables del servicio de orden".

Por eso no entendió la reacción del Marsella, ya que él mismo había ido a las tribunas y los aficionados le garantizaron que no se repetirían los incidentes: "Todo el mundo dijo que todo iría bien. Los marselleses no quisieron".

En el conflicto intervino este lunes el alcalde de Marsella, Benoît Payen, que en declaraciones a la emisora France Info anunció que iba a telefonear a la ministra de Deportes para decirle que no le parece bien la decisión de la LFP de que el partido se jugara pese a los altercados que se habían producido.

"La Liga debería haber interrumpido definitivamente el partido, anularlo y volver a empezar", indicó Payan, que estimó que la reanudación no era "conforme con el espíritu del deporte" y fue una decisión "inaceptable".