Los nombres de Gabriel Zabalegui, Manolo Elorz, Joaquín Vidart, Mari Lana y Aniano Guembe pueden no ser conocidos más allá de las fronteras de Navarra -a excepción de este último, que llegó a jugar en el Real Madrid Castilla- pero forman parte de la historia de Obanos al ser los que fundaron el Infanzones hace 50 veranos.

En 1972 estas cinco personas se sentaron en el bar ‘Mesón de la plaza’ para formalizar la creación del segundo equipo de fútbol del pueblo -el primero, la Obanesa, surgido en los años 50, había desaparecido-, llamado Infanzones, que ha competido durante este medio siglo de vida de manera ininterrumpida, alcanzando en la Primera Autonómica, sus cotas deportivas más altas.

“La idea surge porque yo estaba en Artajona y en San Miguel y los amigos me venían a ver y un día reunidos les comento de por qué no crear un equipo en Obanos. Yo tenía algo de base de haber estado por ahí. Reunimos a la gente, trabajamos mucho y nos ayudó mucho Aniano Guembe, que él había jugado en Oberena, en el Real Madrid Castilla... y así surgió la idea, por un grupo de amigos”, rememora Mari Lana, uno de los fundadores, que ejerce de directivo del club en la actualidad.

“Son 50 años sin dejar, porque hay otros clubes que empiezan y paran, luego lo retoman... pero nosotros sin parar”, recalca Lana, que reconoce que existe en el pueblo “un ambiente muy bueno esta semana”, ante una celebración en la que va a enfrentar este sábado, en un partido de fútbol en el campo de Gazólaz, a Osasuna Veteranos con el equipo de veteranos del propio Infanzones. Después del partido, se realizará un homenaje a los fundadores, habrá “música, comida popular, juegos para los niños, por la noche también, sorteos, regalos...”, detalla el directivo al tiempo que desvela haber “hecho una exposición de los equipos, de todos los recuerdos, en el Ayuntamiento, en una sala de cultura, de estos 50 años”.

La primera temporada del Infanzones, de manera federada, data de la 72/73. La competición comenzó en el mes de septiembre y, durante el verano, los fundadores comenzaron a planificar la plantilla. “Cogimos dos jugadores de Uterga, dos de Muruzábal, pueblos cercanos para completar la plantilla porque tampoco teníamos 22 jugadores para jugar. De lo que teníamos, alguno era algo mejor, otros un poco peor”, se ríe Lana recordando aquella época del club.

Mari Lana, que jugó en el equipo del que ahora es directivo, ha vivido en primera persona la evolución que ha experimentado, no solamente el club, sino el mundo del fútbol amateur. “Ahora es todo más profesional. Cuando empezamos no teníamos vestuarios, luego con una subvención de Navarra y Auzolan hicimos los vestuarios, porque nos vestíamos en unos locales sin duchas ni nada, como había en muchos pueblos. Luego adecentamos un poco el campo de fútbol, y, más adelante, pusimos vallas. Antes no te exigían nada para jugar”, analiza, antes de matizar que ahora el equipo cuenta con “un entrenador de Pamplona”, porque antes “en el Infanzones funcionábamos con gente del pueblo que se sacaba el carnet de entrenador y se ponía a entrenar”.

En la actualidad, el Infanzones ha finalizado la temporada en duodécima posición de la fase de ascenso de Autonómica, consiguiendo la permanencia en la categoría para la temporada que viene. “No hemos llegado a jugar en Tercera”, lamenta Lana, que reconoce que para él será un sueño alcanzar la élite del fútbol navarro.

“Hemos estado bajando, subiendo de categorías hasta llegar a Autonómica. Ganamos en su momento dos Copas de Primavera. Jugamos la final de una de las Copas en Oberena, donde ganamos a los de Mirada de Ebro, de cuando formaban parte de la Federación Navarra de Fútbol, en la 75-76. La otra fue en el 74-75”, añade orgulloso el directivo, que se muestra muy satisfecho con la trayectoria del Infanzones. “Siempre es competición y aspiras a más por descontado. Pero estamos muy contentos, aunque queremos competir y ganar, que eso también es parte del fútbol”, menciona.

Una de las personas más icónicas que ha pasado por el Infanzones es Aniano Guembe. Más allá de fundar y jugar en el equipo, Guembe, que jugaba en el Real Madrid Castilla “estuvo a punto de subir al primer equipo del Real Madrid y luego acabó en el Lérida. Luego Jose Mari Guembe, que jugó en Oberena, Arnedo, Mollerusa y terminó en el Numancia. Hemos llegado a tener un par más que probaron en Osasuna”, comenta.

Para Mari Lana, el ver crecer al club que fundó “tiene un valor especial, es un orgullo”, pero el directivo no se olvida de todas aquellas personas que ha remado a su lado durante todo este tiempo y, precisamente, “quisiera extenderlo a todas esas personas de las que tengo un recuerdo muy grande porque han trabajado durante estos cincuenta años, que si no hubieran estado esta fiesta no sería posible y por ello hay que recordarles”, en este día especial que va a vivir el Infanzones en Obanos.