déjala que juegue con otras botas. Unas que no aprieten cuando quiera dar sus pases. Déjala que juegue con traje de fútbol. Con los pies descalzos dibujando un mundo nuevo.

Seguro que cuando leían el párrafo anterior y casi sin darse cuenta han puesto cierta entonación en su lectura. Melendi y Alejandro Sanz han sonado mucho este verano y ese baile de la chica de los zapatos lo he bailado hasta yo. Cierto es, que a cualquier cosa le llamo bailar.

Como aquí no hablamos de baile a esa chica le hemos puesto botas de fútbol, o mejor dicho, se las ha puesto ella sola.

En nuestra comunidad, muchísimas chiquillas, chicas y mujeres se ponen este año las botas de fútbol o las zapatillas de fútbol sala. Ellas quieren dar pases, meter goles, hacer paradas, pero sobre todo lo que quieren es disfrutar del deporte que tanto aman. Varios equipos de fútbol sala en la base y cada vez más equipos de chiquillas en hierba ponen las raíces fuertes para que nuestro futfem crezca hasta quién sabe dónde.

Tanto en fútbol sala como en hierba somos fuertes en la Segunda División. Sabemos que el ascenso a la máxima categoría es muy difícil, pero factible, aunque también sabemos que sin un fuerte respaldo mantenerse sí que es difícil o quizá imposible.

En la final de Copa Navarra Adela Griffiths, jugadora de Orvina, y este domingo la internacional Maite Oroz han tenido prácticamente la misma lesión en sus rodillas. Desearles a ambas y a todas las lesionadas la mejor de las recuperaciones y decirles que de los nubarrones más negros caen las aguas más claras.

Hace unos días me pidieron opinión para dar el premio al mejor jugador en un torneo de Fútbol 8. Después de ver todo el torneo y muchísimos niños, el premio se lo llevó una portera que no llegaba a los 9 años pero paraba de 10. Yo creo que cualquier niña o mujer no quiere ser como nosotros, seguro que simplemente se conformaría con tener las mismas oportunidades. Así que como dice la canción? no le paremos los pies.