He seguido a distancia las incidencias del Torneo Interescolar, los resultados, las crónicas, los equipos que caían eliminados, los que ganaban partidos y perseguían el éxito. Desde mi particular punto de vista he permanecido atento a las jugadas polémicas y las situaciones de dudosa aplicación reglamentaria y sobre todas me he fijado especialmente en una.

En el mundillo arbitral enseguida surgió el comentario: uno de los jóvenes árbitros había regresado al campo después de haber dado por finalizado el partido para reanudar la tanda de penaltis? la decisión tiene un imposible encaje reglamentario aunque viniera a remediar un error anterior.

Actualmente todo lo que sucede aparece en vídeos, para bien o para mal en el mundo que vivimos todo está a la vista y ésta no era una excepción. En el vídeo se ve cómo el árbitro se encuentra bien situado y en actitud proactiva, el balón lanzado con fuerza pega en el soporte interior de una portería totalmente inadecuada y sale disparado hacia el exterior, el árbitro se equivoca, cree que el golpeo ha sido en el poste y no concede el gol, da por vencedor a un equipo y se dirige a vestuarios. Finalmente entre unos y otros después de ver el vídeo acuerdan reanudar la tanda y el partido cambia de vencedor.

Pero no es nada de esto lo que me lleva a escribir este artículo, mi sorpresa, bendita sorpresa, es al enterarme que el entrenador del equipo que ganaba el partido en primera instancia, el Larraona, es el que se empeña en que la tanda se reanude renunciando al triunfo de su equipo.

No te conozco ni sé nada de ti, pero quiero sumar al premio a la deportividad, que te concedió la organización, mi más sincera enhorabuena. Estoy seguro de que has intentado enseñar a tus chicos técnica, táctica, estrategia y sí, también valores, pero la suerte te ha dado la oportunidad de impartir una enorme lección práctica y has sabido aprovecharla. Los que nos hemos pasado la vida intentando educar niños te tenemos sincera envidia.

Tus chicos han aprendido, puede que dolorosamente, que al éxito hay que llegar por el camino recto, que, por muchos ejemplos tristes que nos muestren las grandes estrellas, no vale ganar de cualquier manera.

Han recibido una lección impagable que les hará crecer como personas, estoy seguro de que ellos, sus padres y sus madres se sienten orgullosos de su entrenador.

El autor es vocal de Formación del Comité Navarro de Árbitros de Fútbol