El colegio Santa Teresa de Pamplona (Teresianas), participará este año por segunda vez consecutiva en la 6ª edición de la Hiperbaric Challenge, un desafío en el que los participantes deben diseñar, construir y prototipar su propio coche de inercia, y ponerlo a prueba en una carrera por las calles de Burgos. Este año, el equipo dirigido por Marta Bandrés ha aumentado. Sus participantes han cambiado, a excepción de Daniel Iraizoz y Diego Miguel, que ya formaron parte de la edición pasada, edición de la cual trajeron a casa tres premios, algo que según Bandrés “no imaginábamos”. Se trata de un equipo llamado Inertia, formado por Adrián Arizcuren, Ignacio Chaverri, María Eslava, Uxue Huarte, Daniel Iraizoz, Diego Miguel, Leyre Mina y Daniel Rubio.

La Hiperbaric Challenge se trata de una competición que hace seis años creó una empresa de Burgos (Hiperbaric), en la que colegios de toda España compiten por crear un coche de inercia -las conocidas goitiberas- que gane en una carrera que se celebrará los próximos 21 y 22 de junio. El desafío consta de cuatro fases: un plan de viabilidad, el diseño del coche, la construcción del mismo y la carrera en Burgos.

En total serán 20 los colegios de diferentes comunidades españolas los que compitan en esta original e innovadora propuesta, a diferencia de los 12 que lo hicieron el año pasado. El colegio pamplonés Santa Teresa, que ya ha pasado el corte previo para poder desarrollar su vehículo, sigue teniendo el privilegio, al igual que el año pasado, de ser el primer y único centro navarro en participar en esta competición.

El reto comienza con un plan de viabilidad en el que los alumnos deben tener en cuenta todos los factores que pueden incidir a la hora de montar el coche. A continuación viene la fase del diseño. Tras el diseño, fase en la que se encuentran actualmente, llega la hora de conseguir financiación para construir el coche de inercia.

La cuarta y última etapa, la carrera, consiste en un recorrido de aproximadamente un kilómetro de longitud por las calles de la ciudad de Burgos. El ganador se decidirá después de valorar cuatro aspectos: la defensa del proyecto, el plan de viabilidad, la carrera y los valores sociales del proyecto.

Diego Miguel, estudiante de segundo de Bachillerato por la rama de ciencias tecnológicas, formó parte del proyecto del año pasado. “Repito porque este es un proyecto que te ayuda a entrar en contacto con el mundo de la empresa, algo que en tus clases normales no haces. Pienso que cuando uno está en clase realmente no tiene problemas de nada porque te limitas a hacer tu trabajo, pero aquí es un mundo totalmente nuevo para nosotros, porque se trabaja de una forma distinta, y porque en este caso hay que estar muy pendiente no solo de cosas internas, sino también de cosas externas como el contacto con los patrocinadores, mandar e-mails y no obtener respuesta, la fabricación de las piezas...”, declaró.

apuesta por la integración Además del espíritu competitivo, los alumnos de Teresianas han demostrado una gran responsabilidad social. Por ello, este año han decidido incluir dentro de su equipo a un integrante muy especial, Ignacio Chaverri. Ignacio tiene 16 años y estudia 4º de la ESO en la UCE de Teresianas. Le encanta la música, los deportes y la gastronomía. Hace competiciones de natación y entrena a fútbol en la escuela de Tajonar. Todo un fenómeno. Durante el proyecto, Ignacio se encarga de apoyar la labor de sus compañeros y llevar el registro de las tareas pendientes, así como de sacar fotos de las sesiones de trabajo para poder ir informando en redes sociales de como avanza el proyecto.