Pamplona- Cástor Fantoba (Sangüesa, 1966) reflexiona acerca de lo conseguido y fija sus miras en el mundial de Francia. Compagina la competición con la comandancia de línea aérea. Así mismo, también es piloto de extinción de incendios. Considera el vuelo acrobático como un deporte minoritario, pero con opciones de popularizarse.

¿Qué valoración hace del reciente triunfo en el campeonato de España?

-A nivel deportivo la valoración es muy positiva. Como preparación del mundial, ha sido muy importante competir contra el campeón del mundo Mikhail Mamistov y el francés Olivier Masurel. He visto que han volado muy bien y muy fuerte, aunque a los jueces les ha gustado más el vuelo que he hecho yo. Eso quiere decir que la preparación es buena y va por buen camino. Aún nos quedan entre dos o tres meses para prepararnos para el mundial, pero el camino es el correcto.

¿Eso quiere decir que hay opciones de ganar el campeonato del mundo?

-Son palabras mayores. El campeonato del mundo es en Francia, y cuando juegas en campo contrario, los jueces siempre tienden a valorar mejor los vuelos del equipo anfitrión. No quiero quitar ningún mérito al conjunto francés, que probablemente es el más potente del mundo. Por mi parte, voy a estar preparado para subir al podio. Veremos cómo se desarrolla la competición.

¿Cómo se entrena un deportista de vuelo acrobático?

-El entrenamiento es el de cualquier deportista. Es fundamental mantener una forma física buena. Dentro de la parte aeróbica, el ciclismo es la principal actividad que realizo. Por otro lado, ejercito el físico con ejercicios de musculatura con pesas. A nivel técnico, tenemos entre 5 y 6 campos de entrenamiento que practicamos entre 12 y 15 días antes del mundial. Ahí trabajamos, de menos a más, la técnica para llegar a las grandes citas de la temporada en el mejor estado técnico posible.

¿Requiere mentalmente el vuelo acrobático alguna preparación especial?

-Algunos pilotos sí que buscan una mejor preparación por medio de psicólogos deportivos. En mi caso, no ha sido necesario. Considero que tengo una vida bastante equilibrada y eso me ha llevado a gestionar el estrés de la competición bastante bien. Dominar la mente en los días de competición es, posiblemente, el elemento más complicado para cualquier piloto de vuelo acrobático.

¿Considera arriesgada la actividad que realiza?

-No creo que tenga el mismo peligro que la escalada o el salto base. Nuestra vida no depende de algo tan delicado como una cuerda. Se trata de un deporte de motor, y, como tal, tiene unos riesgos. Sin embargo, tenemos una serie de barreras: un mantenimiento exhaustivo, una preparación física adecuada, unas alturas respecto al terreno que se cumplen a rajatabla... todo ello contribuye a que la siniestralidad de este deporte sea mucho más baja de lo que se pueda suponer.

Por lo tanto, ¿no pasa miedo antes de competir?

-No, porque no considero que esta actividad tenga riesgo. No hay miedo. Esto es un trabajo más, por ello, simplemente intento hacerlo de la mejor manera posible, con mucha preparación, dedicación y seriedad.

El vuelo acrobático es un deporte minoritario. ¿Cómo le llega la afición?

-Antes de practicar vuelo acrobático, yo ya era aficionado al vuelo como piloto privado. Di un curso de vuelo especializado en la gestión de posiciones anormales. Tras hacer ese curso, me interesé en esta especialidad, que guardaba mucha similitud con aquel curso. Con el paso de los años y la práctica, se convirtió en una pasión.

¿Cuánta gente practica vuelo acrobático en España y en Navarra?

-Somos en torno a 50 pilotos en todo el estado. En Navarra, que yo sepa, solo practico yo este deporte.

¿Qué se podría hacer para popularizarlo?

-Sería muy interesante retomar el antiguo sistema asociativo de los aeroclubes. Creo que es la manera ideal de iniciarse. Con nociones en el vuelo, ya se puede comenzar a practicar el vuelo acrobático, pero es necesario adquirir un avión de altas prestaciones. Para abaratarlo lo máximo posible, sería cuestión de ver cuantas personas estarían dispuestas a practicar el vuelo de manera deportiva dentro de cada aeroclub.

También existe la posibilidad de iniciarse en las escuelas de los aeroclubes que hay en todo el territorio nacional. Por lo que no es un gran problema. No es barato, pero por medio del asociacionismo, económicamente se asemeja mucho con los costes de la práctica de otros deportes de motor como el motociclismo.

¿Qué aeródromos y asociaciones existen en Navarra?

-Hay varios aeródromos con clubes de ultraligeros. El de Lumbier es un ejemplo, aunque actualmente está llevando a cabo una remodelación. Hay otro cerca del circuito de Los Arcos. Cerca de Navarra, el aeródromo de Santa Cilia de Jaca es muy utilizado por los aficionados al vuelo.