En la sociedad norteamericana, los que miden el éxito por el triunfo económico y la cuenta de resultados desde siempre han considerado como un hito lograr el primer millón, de dólares, lógicamente. Por estos lares, suelen ser más discretos los afortunados que pueden ver esta cifra en su saldo bancario. Otra cosa son las marcas de automóviles, para las que lograr el primer millón de unidades de un modelo es un acontecimiento sin duda especialmente reseñable.

En este caso el protagonista de tan singular registro es un modelo de Seat, el León, que alcanzó a finales de julio de 2019 su primer millón de unidades comercializadas. A la venta desde 2012, actualmente el turismo compacto de Seat se encuentra en su tercera generación -de la primera se vendieron 534.797 ejemplares y 675.915 de la segunda-. Su objetivo de combinar diseño y funcionalidad le llevó en 2014 a convertirse en el modelo de Seat más vendido, dejando atrás 30 años de hegemonía del exitoso Ibiza.

Las palabras del presidente de Seat, Luca de Meo, confirman el protagonismo del modelo compacto de la firma española, ya que “el Seat León, y en particular la tercera generación, es el pilar de la marca, el coche más reconocido y valorado por los clientes de la compañía en los cinco continentes. El León es uno de los motores que han impulsado el cambio de la compañía y ha contribuido al récord de ventas que Seat alcanzó en 2018, con 517.600 vehículos entregados”. El éxito del León transformó la historia de Seat desde un punto de vista comercial y también financiero, al tiempo que implicó un salto cualitativo en la percepción de la imagen de la marca a nivel nacional e internacional. De igual modo, contribuyó a incrementar el margen de rentabilidad por unidad comercializada, un factor determinante para transformar los números rojos de 2012, con un balance negativo de 149 millones de euros, en los mejores registros de la historia al cierre de 2018, cuando el beneficio después de impuestos se situó en 294 millones.

Basta comparar las cifras de ventas totales de Seat en 2012, 321.000 vehículos, con las 314.300 unidades del primer semestre de 2019 para entender el cambio de tendencia en la evolución de la marca. Y buena parte de la responsabilidad de esta evidente mejora recae sobre el León, que sigue elevando sus registros en mercados tan exigentes como Alemania, Reino Unido y España, tres países que son pilares básicos del éxito del León, que representa el 25% de todas las ventas de Seat en 2019; aunque también goza de excelente aceptación en México, Marruecos, Singapur o Nueva Zelanda, por citar otros destinos en los que está presente. Sin duda que la buena marcha de Seat y el éxito del León, que este año celebra el vigésimo aniversario de su lanzamiento, contrastan con una tendencia general del mercado que parece apuntar a la baja.

Junto a una gama que nació con carrocerías de tres y cinco puertas y la versión familiar, a la que más tarde se unió la terminación X-Perience, y que actualmente está disponible en cinco puertas y la familiar Sportourer ST, el acierto de Seat ha sido dotarlo de potentes y eficientes motores de gasolina, diésel y el más sostenible de gas natural comprimido (GNC), además de una superdeportiva variante Cupra para los conductores más racing.

La apuesta por el GNC combinado con el motor de gasolina en el León (1.5 TGI de 130 CV), al igual que en otros modelos (Ibiza y Arona, ambos de 90 CV) que conforman la gama TGI de Seat, está obteniendo una excelente respuesta tanto de empresas como de particulares, ya que en sólo medio año de 2019 prácticamente se han igualado las ventas de todo 2018. Seat recuerda que a la obtención de la “etiqueta Eco de la Dirección General de Tráfico (con un 25% menos de emisiones de CO2 que un gasolina, un 75% menos de NOx que un diésel y emisiones prácticamente nulas de partículas de hollín y SO2, según apunta Seat), se suma un coste por kilómetro un 50% más económico que un gasolina, un 30% menor que un diésel, un 10% más bajo que un vehículo alimentado con GLP y un 25 inferior a un híbrido eléctrico no enchufable; además de un coste de posesión (que incluye precio de adquisición, mantenimiento, seguro, impuestos y gastos de la energía utilizada) imbatible frente al resto de opciones: eléctrico, híbrido no enchufable, gasolina y diésel, según un estudio de The European Consumers Organization”. Para realizar 100 kilómetros los Ibiza y Arona TGI necesitan tan sólo 2,97 euros, mientras el León, con cambio DSG o manual, demanda entre 3,15 y 3,24 euros, respectivamente.