Madrid - Garbiñe Muguruza perdió ayer la final del Abierto de Australia ante la estadounidense Sofia Kenin, por 4-6, 6-2 y 6-2, y se quedó con la miel en los labios de lo que habría sido su tercer título del Grand Slam tras Roland Garros 2016 y Wimbledon 2017.

Tampoco pudo Muguruza poner fin a la maldición de las españolas en Australia, al unirse a Conchita Martínez, finalista en 1998, y Arantxa Sánchez Vicario, finalista en 1994 y 1995.

La hispanovenezolana no brilló como en el resto del torneo, en el que batió a favoritas como la rumana Simona Halep (4ª), la rusa Anastasia Pavlyuchenkova (30ª), la neerlandesa Kiki Bertens (9ª) y la ucraniana Elina Svitolina.

La caraqueña se apuntó el primer parcial (4-6), pero Kenin replicó con una exhibición en el segundo (6-2). En la tercera y decisiva manga, Muguruza perdonó un 0-40 con el 2-2 en el marcador, situación que permitió a Kenin coger la confianza suficiente para sentenciar (6-2).

Pese a la derrota, Garbiñe Muguruza hizo un balance muy positivo de su actuación en el Abierto de Australia, al que llegó en el puesto 32º en el ranking y tras casi dos años sin haber brillado en torneos de Grand Slam: “Ha sido un acierto empezar a trabajar con Conchita Martínez (su nueva entrenadora), porque me entiende como jugadora. Estoy trabajando en encontrar esa regularidad que siempre me ha faltado”.

“Creo que estoy en un buen proceso. He de seguir mejorando y pudiendo llegar lejos en los torneos, porque entonces es cuando te enfrentas a estas mejores jugadoras. Tengo una buena idea de hacia dónde debe ir mi juego, qué tengo que mejorar. Estas son las situaciones que realmente te dan información”, añadió la caraqueña. - Agencias

Novak Djokovic

se mide con Thiem

Destacado. El serbio Novak Djokovic buscará hoy (9.30 horas) su octavo título en el Abierto de Australia (tras los de (2008, 2011, 2012, 2013, 2015, 2016 y 2019) y su 17º torneo de Grand Slam, ante el austriaco Dominic Thiem, verdugo de Rafa Nadal en cuartos de final, que aspira a estrenarse en los grandes torneos tras sus dos derrotas en sendas finales ante el balear en Roland Garros (en 2018 y 2019). Lo más relevante del camino de Djokovic hacia la final fue el triunfo en semifinales ante Roger Federer en tres sets.