- Los dos equipos navarros de la elite del fútbol sala, Osasuna Magna y Aspil-Jumpers, decidieron esta semana poner fin a los entrenamientos y retomarlos cuando la situación en torno a la crisis del coronavirus mejore. Sus jugadores no han perdido el tiempo y algunos de ellos ya han empezado a ejercitarse para que su nivel físico se resienta lo menos posible.

Es el caso de Dani Saldise. El ala navarro vive en Irurtzun, su pueblo, y en su vivienda dispone de un espacio, con diversos materiales, para trabajar su condición física, esencial para la práctica del fútbol sala. “La verdad es que llevo bien el tema físico, aunque esté en casa. Tengo la suerte de que me gusta mucho el deporte y dispongo de una especie de gimnasio, con cuatro o cinco cosas, para poder entrenar”, explica.

Entre estos materiales, detalla, cuenta con pressbanca, para trabajar la fuerza y la musculación; una esterilla, una barra abdominal o gomas.

Gracias a este pequeño gimnasio, Saldise podrá llevar a cabo su entrenamiento particular durante el confinamiento en casa. “Ahora que nos tocará estar tanto tiempo aquí, haré cuatro días de pesas ligeras, algún día me meteré caña... Iré combinando unas cosas con otras. No es lo mismo que meterte en la pista, pero el objetivo es mantener un poco el tono físico para que la vuelta sea lo menos dura posible”, aseguraba.

Otra de las actividades que le gustan al jugador del Xota, de 24 años, es ir al monte. Antes de conocerse las medidas establecidas respecto al estado de alarma, Saldise tenía previsto dar una vuelta por el monte. Con mucha precaución, eso sí. “Vivo en un pueblo, ahora mismo estoy viendo el monte desde mi casa. Mi idea es ir un rato, mientras se pueda salir un poco, evitando tener comunicación con nadie, claro”, advertía.

La alimentación será también un factor que cuide mucho a lo largo de su reclusión. “Tengo la suerte de que me gusta muchísimo cuidarme y es algo que me preocupa desde hace años. Me he informado mucho. Con los años, además, aprendes a cocinar. Ahora aprovecharé para hacerlo más a menudo, para cuidarme y espero volver así hasta mejor de lo que estaba”, bromea.

El irurtzundarra reconoce que irá adaptando el plan que tenga “día a día”, ya que en principio “son dos semanas” las que hay que permanecer en casa para evitar los contagios, “pero esto puede ir para bastante más largo”. Intenta vivir la situación “con toda la naturalidad posible”, pero reconoce que “es complicado”. “Hay que hacer caso a las recomendaciones de los expertos y de los que entienden de esto. Van a ser días complicados. Los pasaremos haciendo deporte en casa, leyendo y viendo qué hay en Netflix”, concluye.