En un párrafo

ice Marc Ros, líder del grupo Sidonie, que en el fútbol actual echa de menos a jugadores como Maradona, George Best o Juanito, y creemos entender por dónde va: la imposición de lo políticamente correcto, la presión para que sean siempre figuras ejemplares, nos ha dejado poco a poco sin ese tipo de crack que aportaba al deporte su carácter indomable, agresivo, fanfarrón. Tipos como Larry Bird (“¿Quién de vosotros va a quedar segundo?”, le decía a sus rivales en el concurso de triples de la NBA, antes de ganarles a todos), Bernard Hinault (“La París-Roubaix es una carrera de mierda, pero acudiré a ella para demostrar que puedo ganarla”, dijo, y la ganó), John McEnroe, Hristo Stoichkov, Shaquille O’Neal... Como yernos ideales no daban la talla, pero para animar una competición no los había mejores. Y no, no es que estemos en contra de valores como la deportividad, pero nada mejor que el picante para que la salsa no quede sosa...