- Jaione Ekisoain (Pamplona, 1993) es una de las caras más representativas del judo navarro. La judoka había conseguido dos medallas en lo que llevábamos de 2020: la primera, una de plata en la capital estonia de Tallin, en la categoría de -57kg del European Open; y la segunda, de bronce, en Málaga durante la disputa de la European Cup de la misma categoría. Este parón le llegó en plena disputa de campeonatos de clasificación para los Juegos de Tokio, para los cuales la navarra veía posible su clasificación.

¿Qué tal lleva estos días en casa?

-Sabes que no hay otra cosa que hacer más que quedarse en casa, para que todo acabe cuanto antes, buscando la manera de entretenerme de la mejor manera posible, dentro de lo que cabe.

¿Qué hace para entrenar?

-Para empezar, parto desde la base de que hacer judo es imposible, ya que además no vivo sola y no tengo a nadie que me pueda ayudar. Tengo muchos límites. Lo que trato de hacer es mantener físicamente la forma, con los recursos que tengo en casa. Hago flexiones y tengo gomas, porque estamos acostumbrados a esos trabajos. Y lo demás, lo completo con ejercicios de flexiones.

Psicológicamente y en el sentido de competición, ¿cómo lleva este parón?

-Es algo más allá del deporte, ya que ves que tu rutina diaria desaparece. No puedo estar con mi abuela, con mi madre... pero es lo que hay. A nivel deportivo, a nosotros el parón nos llegó antes del confinamiento, porque se cancelaron varios campeonatos antes del cierre total. Eso fue lo más duro. Cuando vimos que se cancelaban los campeonatos, ya vimos que iba a pararse todo.

¿En qué momento de la temporada se encontraba? Logró varias medallas.

-Estábamos como muchos deportistas buscando la clasificación para varios torneos. No me estaban saliendo los resultados, pero tenía muchas competiciones por delante para corregirlo. Estaba muy motivada, por lo que es una pena que ocurra esto.

¿Cómo veía sus opciones para los Juegos de Tokio?

-Sabía que es algo complicado, siempre lo es. No me estaban saliendo los resultados, pero era por un pequeño error o una falta de concentración. Viéndolo ahora, creo que era posible. En Río casi me meto en la última competición de todas, me quedé cerca. Era consciente de que la opción estaba abierta hasta el último momento.

¿Cómo vivió el inicio de este 2020?

-Logré una medalla de plata en Tallinn y seguido logré un bronce en Málaga. Eso me dio un plus de motivación, porque corregí los errores que había cometido meses atrás. Conseguir una medalla siempre me motiva.

¿Cómo llegaba de lo ocurrido en 2019?

-Fue un año complicado, porque no me salían las cosas y me costaba concentrarme en el tatami, tanto en competición como entrenando. Estaba saturada. Después del verano, conseguí darle la vuelta, me centré y acudí a un psicólogo de la Fundación Induráin, Alfredo Úriz. Lo agradecí mucho, me centré y comencé la temporada con dos medallas.

¿Sigue en contacto con Alfredo y la Fundación? ¿Cómo les ayuda estos días?

-Cuando empezó el confinamiento y salieron las noticias del aplazamiento de Tokio, le dije que pensar en objetivos deportivos me parece muy egoísta. Lo más importante es salir de esto. Que todo el mundo esté sano, que eso es lo más importante para mí, y gracias a Dios mi familia está bien. No he hablado tanto estos días con él, la verdad.

¿Cómo ha encarado estos meses el tema de las lesiones?

-Tuve una racha muy mala, en la que encaré una lesión tras otra. Es complicado también de cabeza darle la vuelta a esa situación. Llevaba bastante tiempo en el que me respetaban las lesiones, por eso estaba convencida de que podía llegar a Tokio. Cuando te respetan, puedes entrenar y preparar de la mejor manera los campeonatos. Antes o después, los resultados acaban llegando si no tienes problemas de lesiones.

¿Qué te han transmitido desde la Federación?

-Desde la Federación navarra y desde el centro de tecnificación siempre hemos recibido apoyo en todo lo que pueden. Están pendientes de los viajes y en qué pueden ayudar económicamente. También la Fundación Induráin, con el psicólogo deportivo. En cuanto a la estatal o la internacional, con lo de la nueva clasificación a Tokio, el tema está muy abierto, porque no sabemos cuándo vamos a salir de esto y no nos pueden decir nada, como es normal.

Como deportista, ¿cree que lo más justo sería mantener los resultados actuales?

-Para la gente que no tiene tan buenos resultados, como es mi caso, la verdad es que nos vendría muy bien que se reinicien las competiciones y se volviesen a puntuar el 100%. Pero eso sería muy injusto para aquellos que estaban muy arriba, han conseguido medallas y tenían casi hecha la clasificación. Es un tema delicado, y siempre va a haber algún perjudicado y beneficiado. Tenemos que adaptarnos lo antes posible a lo que nos puedan decir.

Esta situación, ¿cómo puede afectar al futuro del judo?

-A nivel estatal, hay gente que tiene mucho nivel y esas personas no lo van a perder, se van a seguir manteniendo. Sí que es verdad que tal vez, dentro de un año, hay una posibilidad de que más gente entre en esa clasificación, porque puede ser que amplíen el número de campeonatos para conseguir puntos, y en cualquier torneo puede sonar la campana.

¿Cómo está siendo su día a día?

-Antes de que se empezase a decir todo, intento llevar una rutina. Trato de no alargar el levantarme de la cama. Desayuno, y lo primero que hago son 10 minutos de estiramientos para activarme. Luego leo un rato, y sobre las 12 de la mañana hago un entrenamiento. Después de comer descanso un poco, y entreno de nuevo sobre las 6 y las 7 de la tarde. Es como si tuviese el horario normal, sin confinamiento, pero estando en casa, por lo que sigo bastante centrada.

“Las lesiones me han respetado este año, y por eso estaba convencida de poder meterme en los Juegos”

“A partir del verano pasado me centré mucho gracias a la ayuda de la Fundación Induráin”