- El ultrafondista navarro Ricardo Abad anunció que su próximo reto será lograr el récord de correr el maratón más alta de la historia. El lugar escogido para conseguir la hazaña es el Kilimanjaro, la montaña de más altitud de África de 5.895 metros, a finales de septiembre de este año, si la pandemia lo permite. El plan del tafallés es viajar el 19 de septiembre a Tanzania, donde espera estar unos 15 días gracias a los permisos.

Abad, de 49 años, correrá el maratón íntegro en la cima del monte africano. El Kilimanjaro es un volcán y cuenta con espacio suficiente alrededor del cráter, además de una gran explanada para realizar los 42 kilómetros. “Vamos a pernoctar en la cima gracias a un permiso. Estaremos dos días arriba antes de ejecutarlo para la aclimatación. La idea es levantarse un día y hacer el maratón”, dice.

Ya ha comenzado a prepararse para lograr el récord Guiness. “Estoy trabajando ya en la aclimatación con unos simuladores de hasta 6.500 metros de altitud con control médico. Son entre tres y cinco entrenamientos por semana de cara a optimizar el rendimiento en altitud y ver cómo es la aclimatación. Iré probando con el simulador, pero no tiene nada que ver a la realidad”.

Según le han comentado expertos al tafallés, septiembre es la mejor época. Además, de los 5.895 metros, deberá hacer frente a las temperaturas de la cima que pueden llegar a los 20 o 30 grados bajo cero. “Arriba no vas a correr un maratón entre tres o cuatro horas. Habrá que ver qué ritmos puedo llevar”, explica el ultrafondista.

El maratón en altitud es algo nuevo para alguien que ha completado 607 maratones en otros tantos días y hacer 100 Iron Man en un año. “He hecho mucho deporte pero nunca me he sometido al efecto de la altitud y en cada cuerpo es un mundo. Es la gran incógnita del proyecto”, admite Ricardo Abad.

El ultrafondista está motivado en este proyecto. “Estoy ilusionado con este proyecto, llevaba muchos años con la idea en mente. Siempre he estado ligado al maratón y estaba el récord de correrla a mayor altitud. Es una experiencia que me gusta mucho porque es una aventura”. Si bien, confía en que la situación sanitaria sea buena y pueda acometer la hazaña: “Solo pido tocar madera y que podamos ir”.

El reto está englobado en el proyecto Maratones de Altura que consiste en hacer maratones en montañas de mayor altitud cada vez, empezando por San Donato -monte Beriáin- a 1.000 metros. El siguente paso es el Moncayo -de 2.300-, donde ayer se estuvo entrenando. Para los 3.000 metros, irá a la Punta de las Olas, en los Pirineos. Ya en agosto, el plan es ir a la cima del M’goun de 4.000 metros, en la cordillera marroquí del Atlas, “para ir aclimatando el cuerpo”.

Durante el confinamiento también hizo un reto. Corrió 112 kilómetros en un día para cumplir la promesa que se hizo si su madre se recuperaba de la covid-19, cosa que sucedió. Sobre los entrenamientos en casa asegura: “Al hacer dos o tres horas de cinta te mantienes en peso, te aireas la cabeza y te desahogas. No lo he llevado tan mal, pensaba que iba a ser peor. Me ha venido bien para ordenar ideas”.

“Nunca me he sometido al efecto de la altitud, lo tenía en mente hace años y estoy ilusionado ”

Ultrafondista de Tafalla