Maritxu, como le llama todo el mundo, se convirtió el pasado 1 de septiembre en la primera mujer que preside la Federación Navarra de Rugby. Maritxu Urtasun recibe el legado de Javier Lorente, que seguirá en la Junta Directiva, ayudando a la recién llegada después de sus ocho años de mandato. Una gestión que termina con el rugby navarro en un gran momento: con casi 1.000 licencias y los dos equipos de La Única buscando el ascenso a División de Honor B. Maritxu, que juega como primera línea en La Única, acepta con ilusión el reto de trabajar por el deporte que ama desde que empezó a practicarlo hace siete años. Pese a la crisis del coronavirus, llega con la intención de potenciar el rugby “desde la base y de apostar por el femenino”.

¿Cómo han sido estos primeros días como presidenta de la Federación?

-Un poco locura. No me esperaba toda la repercusión que ha tenido en redes sociales y demás, y ha coincidido con la crisis del coronavirus en la que estamos, con las negociaciones de los seguros para la nueva temporada y muchos cambios en la normativa en cuanto a entrenamientos. Primero podíamos a partir de una fecha, luego se retrasó a otra y ha sido todo un poco complicado.

Además, es la primera mujer en llegar al cargo.

-Estar presidiendo la Federación es una responsabilidad, pero tampoco es mayor por el hecho de ser mujer. Estoy contenta porque mi caso es uno de tantos y espero que vengan muchos más de mujeres que se animen a ocupar puestos más visibles y de más responsabilidad.Creo que, poco a poco, las mujeres nos hemos ido incorporando más a la práctica deportiva y en el caso del rugby es muy claro. Ahora nos falta optar a otro tipo de puestos: de entrenadoras, de árbitras y de presidentas de clubes o federaciones.

¿Cómo dio el paso para presentarse a la presidencia?

-Ha sido a propuesta del presidente anterior, Javier Lorente, y de mi club, La Única. Lorente me está ayudando un montón. Además, él se va a quedar formando parte de la Junta Directiva de la Federación y va a ser un apoyo muy importante. Al final, lleva ocho años y sabe cómo funcionan las cosas y me puede ayudar mucho.

¿En qué situación se encuentra actualmente el rugby navarro?

-Dejando al margen el tema del coronavirus, yo creo que el rugby navarro se encuentra en pleno crecimiento. Cada vez hay un mayor número de fichas, actualmente unas 1.000. Los objetivos que me marco para esta legislatura son seguir creciendo en la base y la promoción y difusión del rugby femenino. Entonces, seguiremos un poco en esa línea de trabajo porque aún queda mucho por hacer. La formación también va a ser importante y es un aspecto en el que ya trabajó Javier en los últimos años. Queremos apostar un poco por la formación de entrenadores y de árbitros.

El año pasado vino Nick Marshall. ¿Es una opción que lleguen más entrenadores extranjeros?

-Sí. Ahora mismo, la Federación Navarra trabaja con las selecciones sub-16 y sub-18 masculina y se va a poner en marcha, en la medida de lo posible por el coronavirus, la selección sub-18 femenina. La idea es que los entrenamientos que hagan estos grupos sean atractivos. Al final, traer a alguien con una buena formación siempre resulta un aliciente.

Navarra tiene muy cerca el modelo de Iparralde, con un gran nivel de rugby. ¿Se puede aprovechar de alguna forma esta proximidad?

-Yo creo que sí. Es una línea en la que también se ha empezado a trabajar. Se participa en torneos organizados allí y también han venido de las escuelas, por ejemplo de Baiona, a impartir algún taller. La verdad es que son un modelo a seguir.

Un aspecto importante sería también la mejora de las instalaciones.

-Desde luego. Hacer un campo nuevo lo veo complicado dada la situación actual. Pero al final, en la Comarca de Pamplona, que es donde se concentra el mayor número de fichas de la Federación Navarra de Rugby, no hay un campo público en condiciones. Ahora mismo, hay un convenio firmado con la UPNA y con el Instituto Navarro del Deporte para la utilización de las instalaciones. Pero, puestos a pedir, lo ideal sería poder gestionarlas directamente nosotros.

¿Cómo ve la vuelta del rugby en tiempos de coronavirus?

-Pues la verdad es que, tal y como se está desarrollando, lo veo complicado. Sobre todo, la vuelta a la competición. Los equipos sénior participamos en la Liga Vasca y el equipo de Tudela en la Liga de Aragón. Entonces, estaremos un poco a expensas de lo que digan las respectivas federaciones. Luego, nosotros organizamos los Juegos Deportivos de Navarra, que yo veo muy complicado que se puedan celebrar por el formato que tienen. Al final, es como una concentración donde se mezclan chicos y chicas de muy distintos sitios y de distintas edades. Creo que el reto está en mantener la actividad dentro de lo posible. Dejar los entrenamientos para que sigan practicando rugby y no se nos vayan a otros deportes. Yo me centraría más en este tema. Creo que los entrenamientos, adoptando las medidas de seguridad y cambiando un poco los ejercicios, se pueden llevar a cabo.

Según el Instituto Navarro del Deporte, los entrenamientos con contacto están permitidos a partir del 1 de octubre, pero se teme que pueda haber nuevos retrasos.

-No lo sé. Habrá que ver un poco cómo evoluciona, porque esto cambia en cuestión de un par de días. Hay que ir adaptándose, pero no me extrañaría que se volviera a retrasar, la verdad.

¿Podría ser el rugby tag

-Creo que puede ser una alternativa, sobre todo en categorías inferiores. Hay que seguir manteniendo el contacto con el balón, con el campo y con el juego, pero de otra manera.

Con la competición parada, ¿puede haber una pérdida de patrocinadores en los equipos?

-Sí. Por lo que me han comentado de distintos clubes, va a ser un problema, claro. La crisis ha afectado a empresas patrocinadoras que seguramente no van a poder seguir con los patrocinios. Entonces, habrá que buscar otras maneras de financiación.

También se teme un descenso en las licencias.

-Aunque la competición siempre es un aliciente, el objetivo es poder mantener los entrenamientos para no frenar la actividad de la base.

¿Qué significa para usted el rugby?

-El rugby es como una segunda familia. Es un ámbito en el que me siento muy plena, muy aceptada y a gusto. Y, encima, me lo paso muy bien.

¿Está de acuerdo con que es el deporte más noble?

-Sí, en general sí. Ahora, la nobleza del deporte la dan al final las personas que juegan. En el rugby, se trata de transmitir desde pequeños unos valores que hacen que sea un deporte más noble.

“Los principales objetivos son seguir creciendo en la base y en la promoción y difusión del rugby femenino”

“Es necesario mejorar las instalaciones: en Pamplona no tenemos un campo público en condiciones”

“Veo complicado que se puedan celebrar los Juegos Deportivos porque se acaban juntando muchos niños”

“Los primeros días han sido una locura, pero no siento más responsabilidad por el hecho de ser mujer”