La nueva normativa, que obliga a los corredores a ponerse la mascarilla cuando no pueda mantenerse la distancia de un metro y medio, ha generado una gran polémica en el atletismo navarro. El enfado entre los atletas de élite es más que evidente, ya que consideran imposible entrenar a alta intensidad y sin ahogarse en estas circunstancias. Por otro lado, algunos runners comparten la decisión, recibida como un alivio por parte de los viandantes.

El cumplimiento de esta ley es tan variado como las opiniones que suscita. En la Vuelta del Castillo, uno de los lugares más concurridos por runners y atletas federados, conviven quienes corrieron sin mascarilla, quienes la llevan en el cuello o la barbilla y los que, pese a la incomodidad, no se la quitan en ningún momento.

La nueva normativa entra en vigor este viernes

La obligación de llevar mascarilla ya estaba regulada desde julio, cuando se aprobó la Orden Foral que imponía el uso de mascarilla en la actividad físico deportiva al aire libre (siempre que no sea competición reglada), en caso de que no pudiera mantenerse la distancia de 1,5 metros entre personas. Pero ahora, el Gobierno de Navarra ha querido concretar aún más al detalle la norma, y aclarar los comportamientos en alguna de estas prácticas, como el running. Así, los corredores navarros deberán desde hoy hacer uso de la mascarilla cuando se encuentren realizando la práctica deportiva y no puedan guardar la distancia de seguridad con el resto de personas. Asimismo, se recomienda por parte del Ejecutivo que en lugares de gran afluencia de personas, como paseos fluviales, casco urbano o similares, en caso de realizar dicha práctica deportiva, se haga de forma individual.

El enfado de los federados: "Es de locos; te ahogas"

La indignación entre los atletas federados es notable, al considerar que se trata de una medida que llega cuando parece que la pandemia está mejor y que limita enormemente sus entrenamientos. Algunos de los atletas más laureados de la comunidad, como Antonio Etxeberria, Ana Llorens, Javier Nagore o Sagrario Izquierdo, coinciden en la imposibilidad de correr a alta intensidad con mascarilla.

Antonio Etxeberria, atleta del Beste Iruña, considera la nueva normativa como una auténtica "charlotada". "Es algo que no entiendo ni acabaré de entender en la vida, porque es un deporte que se hace a la intemperie y en el que menos contagios ha habido. Es una norma que no puedo llegar a entender; estoy hasta enfadado. Me parece de locos. Vamos a llegar a un punto en el que nos vamos a tener que meter a la cama con la mascarilla. Me parece que hay que buscar otras situaciones, como el autobús, los supermercados o los aeropuertos, donde todo el mundo hace lo que le da la gana. Si me dejaran hablar con los políticos, yo creo que les convencería. Hay políticos que parece que no han hecho deporte en la vida. Si no, no se puede entender que hayan puesto esta norma", explica con un notable enfado el veterano fondista.

Etxeberria tiene claro que es imposible correr con la mascarilla puesta. "No se respira igual y es perjudicial porque te provoca un déficit de oxígeno. Es como si te pones una bolsa en la cabeza y sales a correr. Yo no voy a entrenar con mascarilla, lo tengo muy claro. La llevaré por si tengo que cruzar algún paso de cebra o pararme, como lo he venido haciendo hasta ahora, que creo que he actuado bien. Seguramente saldrá gente a ver si nos pilla sin mascarilla como si fueran policías. Hay mucha gente que se ha puesto la placa sin tenerla que llevar", critica.

Ana Llorens (Batcho) también se muestra sorprendida por el momento en el que se publica esta normativa, cuando parece que la pandemia está comenzando a remitir poco a poco. "Parece que la cosa va mejor y es cuando más restricciones nos están poniendo y en un ámbito en el que no había contagios. La gente de mi grupo ni se lo creía. En marzo de 2020, cuando solo nos dejaban salir un par de horas a correr, íbamos sin mascarillas y ahora nos obligan a ponérnosla. Me llamó mucho la atención, pero si hay estudios y han sacado la norma supongo que será por algo. Tenemos que entender que, si lo han hecho habrá alguna razón, pero cuesta entenderlo. Mi opinión es que nos están volviendo locos y que se está poniendo la cosa muy difícil para poder hacer deporte. Entre que no hay pista cubierta, que tenemos que ir a espacios alejados e ir sin compañía, la cosa está muy complicada".

La fondista ya ha tenido varios encontronazos con gente entrenando en la Vuelta del Castillo y en la Universidad y asegura que cumplirá la nueva ley para evitar más conflictos. "Hay gente que me ha gritado e insultado diciéndome que me pusiera mascarilla. Yo les decía que no era obligatoria y que estaba haciendo deporte. Pero, a partir de hoy, ellos van a tener razón y por supuesto que voy a cumplir la norma. No me gusta crear polémicas. Cuando salgo a correr, es para desconectar y no quiero tener ningún problema. Intentaré ir a sitios donde no hay gente, por monte o por caminos aislados", explica.

Por su parte, Javier Nagore, atleta del Grupompleo Pamplona Atlético, considera innecesario este cambio en la normativa. "Correr con mascarilla es imposible y encima puede provocar problemas de salud, no lo veo muy lógico. Parece que la pandemia ya va mejor y no sé por qué se han centrado en nuestro deporte, que encima creo que no es la solución. No se puede correr con mascarilla porque al final te ahogas. Es tan fácil como que los políticos prueben a hacer 100 metros a esprint. Hasta ahora, éramos conscientes y nos poníamos la mascarilla si había gente cerca o para ir de Larrabide a la Vuelta del Castillo. Y ese tramo, aunque vayamos suave, nos agobia y no podemos coger suficiente aire", relata.

Pese a la incomodidad, el fondista asegura que cumplirá las nuevas normas. "Nosotros no somos ni más ni menos y cumpliremos la ley, pero habrá que ver cómo responde todo el mundo. Tendremos que acatar las normas, pero la verdad es que es un cambio que nos sienta mal", concluye.

Sagrario Izquierdo, vicepresidenta del Beste Iruña, atleta y entrenadora, entiende la decisión, aunque no comprende que se haya tomado un año después de que empezaran a correr. "Para nosotros es un fastidio y no respiras igual, pero entiendo que hay zonas en las que pasamos al lado de la gente. Aunque a veces se sacan las cosas de contexto y los que corremos parecemos unos apestados. A mí tampoco me molesta mucho la mascarilla porque corro a un ritmo lento, pero entiendo que la nueva norma va a suponer un gran perjuicio para muchos atletas", remarca.

Iñigo Huarte, atleta de Hiru Herri, destaca el problema de la nueva norma para el club, que suele emplear el Paseo del Arga en sus entrenamientos. "Es un contratiempo muy grande para nosotros, que vamos a tener que modificar la forma de entrenar, pero si se ha tomado esta decisión será por algo y tendremos que cumplirla", reflexiona.

El Ardoi, donde corre Pablo Lassa, también tendrá que ajustarse a la nueva situación y reducir los grupos de entrenamiento. "Puedo entender que se utilice para ir a rodar a ritmo bajo y no mucho tiempo, pero en el ejercicio de alta intensidad es imposible. Pensaba que ser un deporte individual y al aire libre era una ventaja para el atletismo, pero parece que no es así", lamenta.Los primeros con mascarilla

Julián García, runner habitual en la Vuelta del Castillo y uno de los pocos que llevaba puesta la mascarilla en la Vuelta del Castillo, explica que casi siempre sale a correr con protección. "Antes de esta norma yo ya venía el 90% de los días con mascarilla a correr. No me había ni enterado de que es obligatorio llevar mascarilla. Yo creo que es una buena medida, hay mucha gente y muchas personas mayores por la Ciudadela. No te cuesta nada llevar la mascarilla puesta y así ni molestas a nadie ni nada. Creo que, si ponemos cada uno un poco de nuestra parte, se pueden solucionar estos pequeños problemas. Es un gesto para proteger a los demás y que no tengan que andar pendientes de la gente. Es un poco incómodo para respirar y se te acaba mojando, pero tampoco te impide correr con normalidad. Yo voy bastante cómodo, al final es acostumbrarse".

Sonia Soler también entrenó ayer con la mascarilla puesta y asegura que cumplirá la medida. "Hay que hacer un último esfuerzo para acabar con la pandemia. Yo voy muy lenta y la verdad es que la mascarilla me resulta incómoda, pero la puedo aguantar. La llevaré todos los días, no queda otra", concluye.

La Vuelta del Castillo, un espacio conflictivo

Lo que está claro es que la Vuelta del Castillo, donde se juntan peatones, ciclistas y corredores, se ha convertido en un espacio conflictivo. Los atletas reclaman su espacio, el circuito Patxi Morentin. "En la Vuelta del Castillo, si todos respetáramos nuestro espacio: el circuito para correr, la acera y el carril bici, todo estaría perfecto", asegura Antonio Etxeberria. "No puede ser que se balice un circuito y que la gente no lo respete. Hay personas que te preguntan: 'qué haces corriendo por ahí, que tenéis más sitios'. ¿Cómo que tenemos más sitios? Si yo llevo corriendo por ahí treinta y pico años que me vas a decir tú que has venido ahora, que no tienes otra cosa que hacer, a andar por ahí. Los que van andando tienen que ir por la acera, que el circuito es de entrenamiento y así lo refleja la norma. Si la gente respeta el circuito, sería mucho más fácil que todos podamos guardar el espacio", concluye.