“El vuelo de extinción de incendios es uno de los más bonitos y gratificantes para un piloto, pero también de los más complicados” por las dificultades de acceso al terreno y las inclemencias meteorológicas que a veces afronta el profesional, según el subcampeón del mundo de vuelo acrobático, Castor Fantoba.

Este piloto navarro acumula en su carrera deportiva más de medio centenar de medallas entre las que, además del subcampeonato mundial, se incluyen diez campeonatos de España en vuelo clásico, cinco en estilo libre y un primer puesto en la competición europea de 2014.

Sin embargo, los pilotos de extinción de incendios “son de otra pasta”, asegura Castor Fantoba, pues además de ser “gente ya experimentada en el mundo de la aviación” necesitan cualidades como el valor, la precisión y un conocimiento perfecto del aparato que tripulan para afrontar los fuegos que “son bastante complejos, no siempre en medio de una llanura” sobre la que poder arrojar el agua con facilidad.

Por ello considera “completamente necesaria” la formación en esta modalidad, siempre “dentro de una organización supervisada por la autoridad” como Titan Aerial Firefighting, una compañía de extinción de incendios asentada en Castellón, para la que ha trabajado durante los meses de marzo y abril en un programa de entrenamiento Upset Recovery Training, especializado en entrenar a pilotos para imprevistos.

La formación se ha desarrollado en colaboración con Dares Pilot’s School, que cuenta con la única Autorización Técnica Operativa (ATO), que otorga la Dirección General de Aeronáutica Civil, especializada en aviación deportiva y ultraligera en España, con la vista puesta en la próxima temporada de incendios forestales.

El gerente de Titan Aerial Firefighting, Carlos Gómez, explica que este entrenamiento estaba enfocado a que sus pilotos adquirieran “un control total” del Air Tractor AT-802, aeronave empleada por la compañía en las labores de extinción y que, cuando surgió la posibilidad de contar con el subcampeón del mundo de vuelo acrobático como instructor “ni lo dudamos”.

De hecho, Fantoba también tiene experiencia personal como piloto de extinción de incendios, por lo que está convencido de que “el vuelo acrobático ayuda a entender el trabajo de extinción”, entre otras cosas porque “en ambas modalidades el control de la máquina debe ser absoluto” para evitar inconvenientes y sorpresas.

En la formación específica desarrollada durante esta primavera, Titan Aerial Firefighting contó con dos tipos de aviones: el American Champion Aircraft Super Decathlon, destinado al entrenamiento inicial y con el que los pilotos aprendieron a “fijar los movimientos básicos”, y el Extra 300LP, para el entrenamiento avanzado en el que se explicaron con mayor detalle “los puntos especiales de este tipo de operaciones”.

Esta formación es imprescindible con vistas a los problemas de incendios en verano ya que, a pesar de las lluvias y nevadas de esta temporada, y tal y como recuerda Carlos Gómez, “siempre hay que estar preparados”, tanto “el año que no llueve, porque no ha llovido y está todo muy seco”, como “el año que llueve, porque ha crecido muchísimo la vegetación y por tanto hay más material en riesgo de ser quemado”.

Más allá de sus labores de docencia, Cástor Fantoba sigue teniendo la competición en mente. “Mi reto está en el Mundial de 2022, en el que aspiro a quitarme la espina de haber quedado segundo, en lugar de campeón y poder traer la medalla de oro a casa”.

“Del avión me van a tener que sacar con fuego”, bromea el piloto, dispuesto a asumir nuevos retos.

“En el vuelo acrobático y el de extinción el control de la máquina debe ser absoluto”

Subcampeón del mundo.