Béisbol, sóftbol, surf, skate, escalada, 3x3... Por si el dominio de Estados Unidos en el medallero de los Juegos Olímpicos no fuera ya incuestionable, el nuevo programa deportivo que se estrenará en los Juegos de Tokio parece hecho a demanda del gran gigante deportivo mundial, quizá capaz de doblar en podios y en oros al siguiente clasificado, como casi hizo en Río 2016 con Gran Bretaña.

Las nuevas disciplinas, si bien reparten pocas medallas, anticipan una lluvia fina de podios para los estadounidenses sobre un terreno que ya tendrán abonado con su esperado dominio en natación, gimnasia y atletismo. Aunque en otras modalidades no sean tan acaparadores, está garantizada su presencia en el lugar de honor de casi todas: en la última edición obtuvieron medallas en 20 deportes.

Salvo el kárate, las nuevas disciplinas que entran en el programa son fácilmente identificables con la tradición estadounidense. Los equipos de béisbol, por primera vez con all stars de las Grandes Ligas, sóftbol y 3x3 (solo el femenino) están clasificados y en las pruebas individuales la surfista Carissa Moore, el skater Nyjah Huston, la BMX Hannah Roberts o la escaladora Brooke Raboutou tienen enormes opciones de debutar como olímpicos con un metal.

Con todo, los grandes nombres que alimentan las esperanzas del equipo estadounidense son ya viejos conocidos para el público: Simone Biles en gimnasia, Caeleb Dressel y Katie Ledecky en natación, Allyson Felix, Noah Lyles, Ryan Crouser o Trayvon Bromell en atletismo, las dos selecciones de baloncesto o la femenina de fútbol que lideran Megan Rapinoe y Alex Morgan.

Biles es máxima aspirante a ganar todos los títulos de la gimnasia artística femenina, con la duda de las barras asimétricas, que pueden ir a parar a otra estadounidense, Sunisa Lee. Incomparable en potencia y en técnica, su actuación en el Ariake Arena es una de las más esperadas de los Juegos. El hecho de que Lee ganase a Biles en la segunda jornada del preolímpico estadounidense no hace sino aumentar el interés de la competición y la previsible barrida del equipo.

Lo mismo que la del nadador Caeleb Dressler, ganador de solo una medalla en los Juego de Río, y en relevos, pero que desde entonces ha obtenido 13 oros y dos platas en campeonatos del mundo. Nadará las pruebas individuales de 50 y 100 libre y 100 mariposa, en las que es bicampeón mundial. Su presencia ayudará a sobrellevar la ausencia de Michael Phelps, retirado con todos sus récords a cuestas.

En las pruebas femeninas, Ledecky se resiste a ceder su dominio en el estilo libre y nadará desde los 200 hasta los 1.500 libre para aumentar su ya gran botín de seis medallas olímpicas, cinco de ellas de oro.

En el anillo del Estadio Olímpico volverá a estar presente Allyson Felix, la atleta más laureada de la historia contando Juegos Olímpicos y Mundiales. A sus 35 años, la seis veces campeona olímpica y 13 mundial ha logrado este año sus mejores marcas desde 2016. Disputará sus quintos Juegos, con participación en los 400 y probablemente en el 4x400 y el nuevo relevo mixto. Si sube al podio en dos pruebas superará a Carl Lewis, 10 veces medallista, como estadounidense con mejor bagaje olímpico en atletismo.

Menos mediático pero un verdadero portento en su prueba, Ryan Crouser llegará a Tokio un mes después de batir uno de los récords mundiales más antiguos del atletismo, el de lanzamiento de peso, con marca de 23,37.

Trayvon Bromell lidera el ránking mundial de los 100 metros con registro de 9.77 y, además, ha sido designado por Usain Bolt como probable ganador de los 100 metros, por lo que es el candidato a ponerse la corona del rey de la velocidad.

No podrá hacerlo lo mismo Sha'Carri Richardson, sancionada por dopaje por consumo de marihuana y una de las grandes ausentes de la delegación estadounidense, lo mismo que en tenis Serena Williams, poseedora de tres oros olímpicos (2000 y 2008 en dobles, 2012 en individual) y que ha renunciado a participar.

En los deportes de equipo el dominio estadounidense es incuestionable en baloncesto. Hombres y mujeres compiten por los récords: la selección femenina no pierde un partido desde 1992 y si agana su séptimo oro igualará la racha del equipo masculino, oro entre 1936 y 1968, récord absoluto de todos los deportes olímpicos. LeBron James renunció a participar, pero estará Kevin Durant (Brooklyn Nets) como líder indiscutible de una selección que, no obstante, ha dado muestras de debilidad durante su preparación.

En fútbol, la selección femenina ha logrado cuatro oros en las seis ediciones que lleva en el programa. En Río 2016 perdió por penaltis ante Suecia en cuartos de final y el deseo de volver al podio no ha hecho sino aumentar en este año de retraso de los Juegos, aunque comenzó con derrota ante las suecas.

El voleibol y el waterpolo son las otras disciplinas de equipo en las que la bandera de las barras y estrellas acostumbra a ser izada en los estadios olímpicos.

El equipo de Estados Unidos se ha impuesto en el medallero de 17 de las 28 ediciones disputadas hasta ahora. Desde los Juegos de Atlanta'96 solo perdió el primer lugar en los de Pekín 2008, superado por la delegación local. En Londres 2012 recuperó el mando, con 46 oros, por 38 de China, y un total de 103 medallas, por 91 del país asiático. Pero en Río 2016 su superioridad fue aplastante: 46 oros, por 27 de Gran Bretaña, y una diferencia de 121-67 en el cómputo total de medallas. Fue su mejor cosecha desde Los Ángeles'84 (174 medallas), boicoteados por el bloque soviético.

Los nuevos deportes. Salvo el kárate, las nuevas disciplinas que han entrado en el programa olímpica son fácilmente identificables con la tradición deportiva estadodunidense: béisbol, skate, escalada, surf, baloncesto 3x3...

Sus estrellas. Simone Biles en gimnasia, Caeleb Dressel y Katie Ledecky en natación, Allyson Felix, Noah Lyles, Ryan Crouser o Trayvon Bromell en atletismo, las dos selecciones de baloncesto o la femenina de fútbol que lideran Megan Rapinoe y Alex Morgan son las grandes esperanzas de Estados Unidos.

20

Es la última cosecha de medallas de Estados Unidos en los anteriores Juegos Olímpicos.

46

Fue el balance en los últimos Juegos de Río de 2916. Gran Bretaña se quedó en 27.