ESPAÑA Navarro; Carmen Martín (2p), Espínola, Alicia Fernández (3,2p), Barbosa (5), Jennifer Gutiérrez (3) y Gassama (2) -siete inicial-; Castellanos (ps), Campos (1p), Arderius, Etxeberria (5), Sole López, Almudena Rodríguez (4), Ainhoa Hernández (1), Arcos (2) y Mireya González.

JAPÓN Kametani; Fujita, Kitahara, Sahara (1), Nagata (1), Yoshidome y Aizawa (7,4p) -siete inicial-; Baba (ps), Ohyama (1), Matsumoto (7), Iwabuchi, Kondo (3), Nakayama (5,3p), Yamamoto, Hattori (1) y Ohmatsuzawa.

Marcador cada cinco minutos 3-1, 7-4, 9-6, 10-10, 12-11 y 15-15 (descanso); 17-16, 19-17, 21-19, 24-21, 25-23 y 28-26 (final).

Árbitros Krichen y Makhlouf (Túnez). Excluyeron por dos minutos a Espínola y Jennifer Gutiérrez por España; y a Sahara, Aizawa y Kitahara por Japón.

Pabellón Palacio de los Deportes de Torrevieja.

- La selección española femenina dio un sufrido paso hacia los cuartos de final tras imponerse por 28-26 a Japón, en un encuentro en el que las Guerreras lograron sobreponerse a sus numerosos errores.

La contención que mostró el conjunto español en la primera fase, en la que las de Prades limitaron al máximo las pérdidas de balón, su habitual talón de Aquiles, desapareció por completo ante Japón, contagiado por el eléctrico ritmo del equipo rival.

Una circunstancia que condenó a España a entrar en una peligrosa dinámica de fallos y más fallos, al igual que le ocurrió al conjunto nipón. Sin embargo, la selección acabó por ganar y prolongar así el pleno de victorias en el Mundial.

Contagiadas por el vértigo que las japonesas acostumbran a dotar a sus partidos, las jugadoras españolas parecieron empeñadas desde el principio en dotar de la máxima velocidad a todas sus acciones tanto en ataque como en defensa.

Una fórmula que no pudo dar mejores frutos de partida al equipo local. Pero llegaron las precipitaciones. Las de José Ignacio Prades pasaron de ganar por 7-3 a verse con un gol de desventaja (9-10) tras encajar un parcial adverso de 2-7 en diez minutos.

Las dudas ofensivas parecieron resolverse con la entrada a la pista de la central Carmen Campos y, sobre todo, de Paula Arcos, que con sus eléctricas penetraciones aliviaron los problemas en ataque de un equipo español que, aferrado a la joven lateral, logró igualar la contienda (15-15) a la conclusión del primer tiempo.

Un descanso que sentó mejor a la selección española, que pareció recuperar la intensidad defensiva que le permitió distanciarse en el marcador en el arranque de la contienda.

Sin embargo, las pérdidas de balón, un problema que España nunca fue capaz de resolver, volvieron a lastrar a las de Prades, que vieron que no eran capaces de descolgar en el marcador a las asiáticas.

Pero si el conjunto español no dejó de sumar errores, el mismo problema sufrió la selección japonesa. Una peligrosa dinámica de la que lograron salir a tiempo las Guerreras, gracias a la excelente labor de la lateral zurda Almudena Rodríguez y, sobre todo, de la extremo Maitane Etxeberria, autora de cinco tantos, que pusieron la pausa y la efectividad al ataque español en el tramo final.

Este acierto ofensivo permitió a España situarse mejor en el partido y reconducir el choque hacia la victoria final.