Manex Salsamendi (Río Branco, 24/07/2002) cumplió este mes el sueño de muchos deportistas de todo el mundo. El joven esquiador debutó con 19 años en los Juegos Olímpicos de Invierno celebrados en Pekín, y pese a que su participación no le dejó buen sabor de boca, ni en resultados ni en sensaciones, tuvo el privilegio de ser el abanderado de la delegación de Brasil en la ceremonia de clausura. También fue el primer deportista brasileño en participar en cuatro pruebas en unos mismos Juegos de Invierno. Sin a penas descanso, este fin de semana disputó en Noruega el Mundial Junior de esquí de fondo donde terminó 80º en la prueba de 10 km, y logró un gran puesto en la de esprint, acabando en el 50º.

¿Qué sensaciones le dejó la participación en Pekín?

-Feliz por poder estar allí y por presenciar un evento así de grande. Por otra parte, me esperaba sentirme mejor en las carreras y no fue el caso. El clima y las pistas eran muy diferente a lo que había esquiado en Europa. En general una experiencia muy positiva.

Competir en los Juegos Olímpicos es lo máximo a lo que se puede aspirar.

-En 2020 tuve la oportunidad de competir en los Juegos de la Juventud en Suiza, por lo que tenía una idea de como serían los Juegos. La experiencia fue más o menos parecida, pero por la cuestión del covid había muchas medidas de seguridad y protocolos a seguir que no eran tan divertidos. Era como me esperaba y estuvo bien.

La prueba de 50 km, que luego se tuvo que reducir por problemas climatológicos, fue de las más duras de los Juegos. ¿Cómo la vivió?

-Al contrario que a muchos deportistas, a mí me benefició que se redujera la distancia a 30 kilómetros. 50 km es una distancia muy larga para mí. Al reducirse, tuve opciones de terminar la carrera y no ser pillado por los primeros. En la de 50 km me iban a pillar seguramente. Estoy feliz por haber terminado la carrera, pero hacía mucho viento y frío. Se me congeló la cara y después de la carrera pasé un mal rato, pero feliz de haber terminado.

¿Alguna vez se había enfrentado a esas condiciones?

-Nunca. Había corrido con temperaturas más frías que en China, pero allí hacía mucho viento por lo que el frío se multiplica. En la cara, como no hay tanta protección lo pasé bastante mal.

Debutó días antes en el skiatlón. ¿Cómo fueron los días previos?

-Estaba bastante nervioso la noche anterior y ese mismo día por la mañana. Esta distancia tampoco la tenía muy controlada. Una prueba de 30 kilómetros que nunca había competido, ya que en mi edad es una modalidad que no tenemos. Iba a ver que pasaba. No tuve muy buenas sensaciones, quizás empecé demasiado rápido, y tuve que bajar mucho la velocidad porque estaba muy cansado. Me sirvió para la siguiente prueba, la del esprint, y para ganar confianza.

¿Se lleva un sabor agridulce de las pruebas?

-Sí. Sabía que estaba muy lejos de los primeros. Soy muy joven y no estoy habituado a competir con esa gente, pero sí que tenía la esperanza de hacer buenas carreras en cuanto a mis capacidades. No tuve ni buenas pruebas, ni sensaciones, excepto en el esprint que estoy contento con el resultado.

Buscaba superarse a sí mismo más que acercarse a los de arriba.

-Sabía que los primeros estaban muy lejos y no quería soñar con ningún resultado. Simplemente, quería medirme conmigo mismo y vivir la experiencia.

Esa experiencia tuvo el premio de ser el abanderado de Brasil en la ceremonia de clausura.

-Fue muy bonito. En nuestra selección, por el tema del covid, redujeron mucho los participantes. Tuve la suerte de poder ir y llevar la bandera. Un momento increíble.

¿Qué motivos le dieron para que fuese el abanderado?

-Me avisaron el día anterior. La federación me comentó que estaba muy feliz con mi participación, ya que era la primera persona en correr cuatro competiciones en unos mismos Juegos Olímpicos de Invierno. Estaban felices con mi actitud y con lo que representaba.

¿Qué sintió cuando le comunicaron la noticia?

-Llevar o no la bandera, me daba un poco igual, pero sí que me hizo ilusión ir al desfile y a la ceremonia. Es muy mítico de los Juegos y algo donde te gustaría estar.

Brasil es un país con poca tradición en deportes de invierno. ¿Cómo se vivieron allí los Juegos?

-Tuvieron un impacto muy grande. Varios canales de televisión y otros medios de comunicación dieron bastante bombo a los Juegos. También por Instagram y así, cuentas del Comité Olímpico estaban todos los días colgando fotos, videos y los resultados, y eso la gente lo veía bastante, aunque fuera de madrugada. Por esa parte me sorprendió, porque los Juegos de Invierno no son muy famosos en Brasil, pero sí que tuvieron mucha repercusión.

¿Lo notó en redes sociales?

-Sí. Un montón de gente me escribió y cada día tenía muchos seguidores nuevos. Eso también fue muy bonito.

¿Cómo consiguió la clasificación para los Juegos?

-Va por un sistema de puntos. El primer paso era conseguir una puntuación más baja de 100. Cuanto menor es esa puntuación, mejor es el resultado. La conseguí, luego había un criterio de la Federación Brasileña en el que cuentan las mejores cinco carreras. Estaba muy parejo con otro brasileño que vive en Suiza, pero al final me escogieron a mí.

¿Para esas pruebas, tenía que desplazarse a América o podía competir en Europa?

-Solo valía Europa y países donde el esquí de fondo sea fuerte, como Suiza, Francia, Italia o Alemania.

¿Tendrá compañeros que vivan en Brasil y que no puedan optar a esas competiciones en Europa?

-Si, pero los que compiten de forma más seria, en invierno se trasladan a Europa.

Y el resto del año, ¿cómo entrenan?

-Tienen unos roller-skis, que son unos esquís con ruedas. Nosotros también los usamos cuando no hay nieve.

Acaba de competir en el Mundial Junior celebrado en Noruega.¿Cómo se ha encontrado pocos días después de dejar Pekín?

-Las sensaciones han sido buenas. No llevo una gran temporada en carreras de larga distancia. Estoy feliz con la carrera del viernes, pero los competidores están muy fuertes, sobre todo los mejores. Llegan a los Campeonatos del Mundo y arrasan con las medallas.

También tiene tiempo para la universidad. ¿Compagina bien deporte y estudios?

-No es tanto el tema de estudios sino de desplazamientos. Ahora estoy estudiando el Lleida y tengo que ir presencialmente. No es un sitio muy apropiado para entrenar. Otros deportistas también estudian, pero lo hacen en un sitio más cercano a las pistas de esquí y donde la calidad de los entrenamientos es mucho mayor que la mía.

¿Le afecta mucho tener que estar desplazándose para estudiar?

-Este invierno ha sido diferente a los demás. Como tenía la opción de ir a los Juegos Olímpicos he pasado mucho tiempo fuera. Este curso he ido muy poco a la universidad. Para la temporada que viene, voy a buscar una alternativa. Cambiar de universidad o que me dejen acudir menos para enfocarme más en los entrenamientos. Algo que me beneficie al rendimiento.

¿Quiere centrarse exclusivamente al deporte?

-Por la edad que tengo, potencial y ganas, lo más importante es centrarme en el deporte. De aquí a un tiempo, si veo que no tiene futuro, ya me enfocaré en los estudios o en trabajar.

¿Cuáles son sus próximos objetivos?

-Ahora volveré a casa y a final de marzo tengo los campeonatos de España de Belagua. Con eso cierro la temporada.