Bilbao - Desde sus primeros recuerdos, el frontón forma parte de la vida de Danel Elezkano. Incontables horas metidas jugando a mano hasta convertir la cancha en su segundo hogar. En la mente, muchos sueños y miles de imágenes con una txapela en la cabeza. El delantero de Zaratamo persiguió la gloria con el trabajo como seña de identidad. Siempre quiso aprender. Crecer y crecer para ir quemando etapas. Primero llegó al campo profesional, luego se consagró en la élite y en este Campeonato de Parejas de la LEP.M pudo por fin subir a lo más alto del podio. “Es impresionante, algo con lo que llevo soñando desde hace mucho. Soy muy feliz y he tenido una suerte increíble por haber cumplido el sueño de mi infancia, por ser pelotari. Nunca me hubiera imaginado que tendría la oportunidad de lograr una txapela como ésta”, expresó Elezkano II a la conclusión de la final.

El vizcaíno venció junto a Beñat Rezusta, la otra parte vital de una pareja que funcionó durante todo el campeonato como una máquina perfectamente engrasada y vivió su culmen en la final ante Iker Irribarria y José Javier Zabaleta. Esfuerzo constante y una coordinación lograda a base de partidos que les hizo ser una pared muy difícil de superar, capaz de frustrar a sus rivales a base de salvadas y de cambiar de color los tantos dominados por los azules. “Como pareja hemos funcionado muy bien, hemos defendido mucho y creo que como pareja merecíamos esta txapela”, afirmó Elezkano. “Zabaleta le ha pegado exagerado. Nos ha tocado estar defendiendo durante mucho tiempo. Danel tiene un grandísimo mérito porque ha tenido muy pocas pelotas, pero, cuando ha podido entrar, ha hecho daño. Es el que ha cambiado un poco el ritmo del partido”, añadió su zaguero, Beñat Rezusta. Elogios hacia el compañero y reconocimiento que fue recíproco. “El trabajo que ha hecho Beñat desde atrás es para resaltarlo, todas las pelotas que ha devuelto son muy difíciles. Los dos zagueros le han pegado mucho y lo único que quería era ayudar a Beñat”, comentó el zaratamoztarra al analizar el encuentro.

Irribarria y Zabaleta salieron con mucha fuerza y quedó claro desde el primer pelotazo que el dominio de los tantos era cosa suya. Los misiles del etxarrendarra, muy destacado en el inicio, abrieron muchos huecos. Pero los colorados siempre sobrevivieron y, aunque las sensaciones eran azules, el marcador era favorable a Elezkano II y Rezusta, que nunca fueron por debajo en el marcador. “Era importante sujetarles porque tanto Iker como Zabaleta son dos pegadores grandes, enseguida te ponen la pelota en el ocho y en el nueve. Danel me ha ayudado a la mínima que podía, entraba, cambiaba de ritmo y creo que hemos hecho un partido bueno como pareja”, expresó Rezusta. Elezkano y su zaguero siempre tuvieron claro los pasos a seguir durante el partido. El antídoto fue no dejar que sus rivales estuvieran cómodos a base de buscar el aire y mantuvieron esa táctica desde el principio hasta el final. “Es una pareja en la que tanto Iker como José en un solo pelotazo son capaces de cambiar la dinámica del tanto. Beñat me lo comentó y yo le dije que, si tenía la ocasión, fuera para adelante sin miedo. Lo ha hecho y ha acertado”.

ir a por el tanto La defensa fue una de las claves del encuentro, pero el desequilibrio llegó con la valentía. Esa actitud declarada desde hace semanas. Tanto Elezkano como Rezusta dijeron que no podían salir con miedo, que con solo aguantar no valía. Cumplieron su promesa. “Si queríamos ganar, sabíamos que nos iba a tocar defender, pero lo que queríamos era que, cuando tuviésemos oportunidad, ir a por el tanto y arriesgar. Creo que hemos sido valientes. Cuando me ha tocado entrar de lejos, he intentado imprimir velocidad a la pelota. Beñat, sin echar para atrás, ha dado un paso adelante, a buscar el sotamano y eso creo que les ha metido presión. Hemos puesto un ritmo alto y creo que hemos acertado”, reconoció Elezkano. Sin especular lo más mínimo en ningún aspecto y siempre hacia adelante. Valentía pura para cumplir ese sueño que empezó a dibujarse en el frontón de Zaratamo hace muchos años.