Bilbao - Desde que el frontón Bizkaia de Bilbao se puso de largo el 19 de marzo de 2011, la final del Campeonato Manomanista únicamente ha fallado en su cita con Miribilla en una sola ocasión. Fue en la edición de 2014, en la que el duelo por la txapela más importante del curso se decidió en el Atano III de Donostia, lugar emblemático en el que se desarrollaron 40 duelos de tamaña importancia a lo largo de la historia. Sin embargo, tras la llegada al tapete del escenario vizcaíno y la capacidad de concentración de sus gradas -que poseen 3.000 asientos-, los partidos importantes siempre han tenido como sede recurrente el Bizkaia. Ni la inauguración del Navarra Arena, con una entrada similar, logra oscurecer el relumbrón del edificio de Miribilla. Además, todas las finales del Campeonato de Parejas se han desarrollado en Bilbao desde 2011 (nueve), así como cuatro del Cuatro y Medio. De este modo, únicamente cinco txapelas se entregaron fuera del Bizkaia desde el descorche. El emplazamiento de Bilbao es uno de los fijos para las empresas a la hora de desarrollar eventos multitudinarios.

Con la octava final del Manomanista en el horizonte -fechada para el 9 de junio tras el aplazamiento solicitado por Mikel Urrutikoetxea-, el frontón bilbaíno se encuentra en pleno proceso de cambio. En el último mes, los operarios están trabajando para mejorar el sistema de audio en la cancha, que había sufrido problemas tras la caída de un rayo. Así las cosas, cinco kilómetros de cable fueron instalados en busca de la optimización del sonido presente en el frontón lo que, en principio, mejoraría la calidad en la resonancia de la cancha, cuestión complicada por las características técnicas de las que dispone el edificio.

De este modo, está prevista la colocación de trece altavoces suspendidos desde el techo sobre la contracancha. Los aparatos seleccionados tienen una capacidad de sonido muy amplia, una altura de 79 centímetros y pesan cerca de 70 kilogramos. Además, la sonoridad de la final entre Urrutikoetxea e Irribarria se enroscará a través de otros siete bafles bidireccionales -40 centímetros de alto y 73 de largo-, anclados directamente a la cubierta del frontón Bizkaia. Estos, con una guía de onda de transición progresiva, se verán complementados con otros quince altavoces, más pequeños, integrados ya en algunas zonas de la grada.