Iñaki Artola se ha clasificado este sábado para la final del Manomanista después de derrotar a Beñat Rezusta en el frontón Labrit de Iruñea. El delantero ha derrotado al zaguero de Bergara por 16-22 en 257 pelotazos debatidos en 53 minutos.

"Me siento como si hubiera subido un ochomil". Iñaki Artola trataba de recuperar algo de oxígeno. Lo había perdido en la cancha, en la semifinal del Manomanista ante Beñat Rezusta, otra prueba dura, y en el abrazo con su hermano, Mikel, que actúa como botillero. Sus cuerpos se han fundido en una alegría enorme, la de la unidad. Dos hermanos y una sola voluntad, un solo esfuerzo, un solo camino, un destino: la final del próximo 13 de junio en el frontón Bizkaia de Bilbao. La han hollado este sábado en el Labrit de Iruñea: Iñaki, pura fuerza de la naturaleza, un delantero como un camaleón, jugando a pegar, a alargar, a tutear a un pegador como Rezusta; y Mikel, su otra mitad, en la silla. "Quizás no sea casualidad que haya llegado a la final con mi hermano como botillero", dice el alegiarra.

La realidad es que la virtud del delantero de Baiko Pilota ha contrastado con la incomodidad de su contrincante. No ha encontrado su sitio en los cuadros largos Rezusta, pelotari acostumbrado al dominio brutal, a la pegada, al músculo de una izquierda electrificada: su zurda es un táser. Y las dudas le han asaeteado en el resto. Ambas cuestiones han sido capitales para el ascenso de Artola, obligado pero siempre en vanguardia en el luminoso. Artola ha sido carne de obra y un martillo neumático con la derecha. Artola ha sembrado dudas con el saque. Artola ha tenido el timón y apenas ha perdido la brújula del duelo, ni en las acometidas de su adversario: partisano, trabajador, corajudo. Artola tiene piernas de maratoniano y baile de jilguero. No tiene miedo al traqueteo. En el Labrit ha diseñado un partido al desgaste, aun siendo delantero, aun viviendo en el límite de las esquinas. Ha planteado un escenario conocido ante Rezusta, pero ha afinado el velocímetro para defender con una marcha más: rápido de piernas incluso en momentos de gran carga de pelotazos. Cambio de papeles.

Rezusta ha claudicado no sin ofrecer resistencia, pues el zaguero de Bergara ha asomado más venenoso en los cuadros alegres. Sin embargo, la incomodidad en labores ya conocidas ha acabado por complicarle la tarea. Con todo, se puede despedir del Manomanista con la cabeza bien alta. Vuelve a demostrar que tiene voluntad y habilidad para la distancia.

Desde el punto de vista físico, la factura del inicio ha terminado por penalizar al de Aspe. Fue un descorche con ritmo, arrebolado. Artola ha registrado una tacada de cinco tantos para su primera ventaja (1-5), pero Beñat se ha repuesto: sabe terminar, sabe pegar. Ha comandado el marcador 7-6, mas un sotamano largo ha besado las tablas de contracancha. Artola ha percutido con un saque al ancho y ha tomado la iniciativa. Ha estado 7-10, pero el bergararra ha igualado. Con el abrazo a diez, se ha comenzado a escapar Iñaki, que no ha dudado en buscar los cuadros largos con su derecha potente: encuentra altura y pone carga. El bache de Rezusta ha durado hasta el 12-18. Dos zurdazos del de Aspe han buscado cambiar la historia. Tarde. Iñaki, más entero, ha explorado el perfil derecho y la volea defensiva de su rival. El 16-20 ha sido un tanto duro que ha finalizado Beñat en el txoko -donde ha sacado buenos réditos-. Después, con todo para terminar, ha regalado una volea que el de Baiko ha traducido en un buruzgain. Ha resuelto con un gancho a la vuelta de un saque. Un abrazo. Un ochomil. Artola corona la final.

EL SEGUNDO FINALISTA

El segundo finalista del Manomanista saldrá de la semifinal de este domingo en el Bizkaia de Bilbao entre José Javier Zabaleta y Jokin Altuna, a partir de las 17.15 horas. El delantero de Amezketa ha disputado dos finales y tiene una txapela, pero el etxarrendarra está en un gran estado de forma.