Los comercios que abrieron ayer sus puertas al público lo hicieron dentro de un marco de normalidad. En El Corte Inglés se concentraron los trabajadores convocados por los sindicatos desde primera hora de la mañana.
Los manifestantes reunidos en la plaza del Vínculo se trasladaron poco después a los alrededores del centro, donde el grupo se dividió para abarcar los cuatro puntos de acceso. Esto, unido a la fuerte presencia policial, hizo que muchos clientes optaran por no acercarse al establecimiento. Los que lo hicieron fueron recibidos con pitidos y consignas como "los domingos no se compra". Esto llevó a algunas situaciones de tensión entre los que se acercaron a comprar y los manifestantes. Otros, sin embargo, se lo tomaron con más sentido del humor. Uno de los concentrados pidió a los presentes, a través de un megáfono "un minuto de silencio por la muerte de los domingos festivos en este día 3 de enero". Ya en el interior del establecimiento, los clientes se dedicaban a lo que realmente habían ido, a comprar, concentrándose sobretodo en las secciones de juguetería, perfumería y joyería. Algunas plantas, como las de ropa, aparecían prácticamente vacías a primeras horas de la mañana. Esta situación fue variando a lo largo del día: a primera hora de la tarde los clientes eran bastante más numerosos, probablemente debido a que las entradas se encontraban libres de piquetes. Aun así, muchos se acercaban con cierta cautela, pendientes de la presencia de los manifestantes. Algunos de los que paseaban por los alrededores afirmaban que sólo habían ido allí a dar una vuelta, pero que probablemente entrarían a mirar algo aprovechando la apertura del centro.
La jornada transcurrió de forma muy diferente en el resto de comercios que abrieron ayer. Los clientes que se acercaban por la mañana al parque comercial Galaria encontraban los parkings totalmente vacios, debido a que tanto el centro comercial La Morea (a excepción de los establecimientos hosteleros y las salas de cine) como las superficies situadas alrededor del mismo habían decidido no abrir . La mayoría de los vehículos se dirigía al establecimiento de Media Markt, el único que se encontraba abierto. Desde el mismo centro rehusaron hacer ninguna valoración de la afluencia de clientes aunque definían el clima como de "normalidad absoluta" durante la mañana. Sólo la presencia de una patrulla de la Guardia Civil daba cuenta de lo extraordinario del día.
También en el aparcamiento del centro de material deportivo Decathlon era visible la presencia de agentes de la Guardia Civil. La mayoría de los clientes que salía del establecimiento lo hacía con sus compras ya envueltas en papel de regalo: casi todos se habían desplazado hasta allí con la intención de comprar los regalos de Reyes que no habían adquirido en días anteriores. "Trabajo durante la semana, así que no he podido comprar antes los regalos y he aprovechado para venir hoy que sabía que estaba abierto" contaba Adriana Montoya, ya con sus compras realizadas. A pesar de todo, la afluencia de clientes no fue tan alta como podía haberse esperado de una jornada tan cercana a la festividad de Reyes.
La situación era bien diferente en Sitesport, un pequeño comercio de ropa y material deportivo de descuento situado en una de las calles adyacentes al centro Decathlon. Allí reconocían que el hecho de que la gran superficie dedicada al deporte hubiese abierto ayer les había forzado, en cierta manera, a realizar ellos también esta apertura en festivo. Sin embargo, sobre las 12.00 horas tan sólo habían entrado a la tienda unas cinco personas, un número bastante más reducido de lo habitual.
El otro centro comercial de Pamplona, Itaroa, sí se encontraba abierto, aunque la mayoría de las tiendas del interior estaban cerradas. Algunos clientes paseaban a media tarde por los pasillos, aunque no se veía a muchos de ellos con bolsas de los establecimientos que sí decidieron abrir. La mayoría de las personas que acudieron al centro no eran clientes de los comercios sino familias con niños pequeños o grupos de amigos que hacían cola en las taquillas de los cines o pasaban la tarde tomando algo en alguno de los bares y restaurantes de la planta superior. Muchos de los padres se concentraban en la parte baja, mientras los niños disfrutaban en las atracciones. La mayoría admitía haberse desplazado hasta el centro comercial debido en gran parte al tiempo lluvioso que se dio durante toda la jornada. "Un día así no da muchas opciones", afirmaban. Eso sí, algunos confesaban que sí esperaban haber podido comprar algo aprovechando el momento si las tiendas hubiesen estado abiertas. En este caso, los más beneficiados fueron los pequeños, que disfrutaron de toda la atención de sus padres.