Morrás compró el 1,39% de EHN a los tres días de que el Gobierno blindara el negocio eólico
pagó 1,9 millones el 27 de diciembre de 1996; el 24, el ejecutivo impedía instalar más parquesEl Decreto, que ya ha sido anulado por los tribunales, dejó en manos de EHN el 80% de la potencia instalada
pamplona. Esteban Morrás, impulsor de las energías renovables en Navarra, adquirió sus derechos sobre el 1,3904% de EHN sólo tres días después de que el Gobierno de Navarra hubiese impedido mediante un Decreto Foral la instalación de nuevos parques eólicos. Morrás era en ese momento director general de EHN, cargo en el que se mantuvo hasta que fue nombrado consejero delegado. Con esta medida, aprobada el 24 de diciembre de 1996, el 80% del negocio eólico navarro había de quedar en manos de EHN, posteriormente adquirida por Acciona. Así se mantiene a día de hoy.
La compra de estos derechos sobre acciones, por los que Morrás pagó 1,9 millones de euros y que le permitieron salir de Acciona hace dos meses con una compensación económica de 42,5 millones, se concretó el viernes 27 de diciembre de 1996. Sólo 72 horas antes, el 24 de diciembre, el Gobierno de Navarra había aprobado un decreto foral (el 685/1996) por el que suspendía la instalación de los parques eólicos que no hubiesen sido presentados antes de la entrada en vigor del decreto. Como resultado de su aplicación, de los 34 parques eólicos instalados en Navarra, 28 quedaron en manos de EHN, empresa participada en ese momento en un 38% por Sodena (Sociedad de Desarrollo de Navarra, propiedad del Gobierno) en un 37% por Iberdrola, en un 15% por Cementos Portland y en un 10% por Caja Navarra. Los otros seis eran propiedad de Enhol, empresa en la que trabaja ahora Francisco Iribarren, ex vicepresidente del Gobierno de Navarra (1999-2007) y en 1996, asesor económico de Miguel Sanz. El Ejecutivo entendía que la apuesta por el desarrollo de la energía eólica en la Comunidad Foral "no estaba reñida con la doble necesidad de mantener una ordenada implantación sobre el territorio así como de garantizar la conservación de los valores naturales más relevantes". Asimismo, el Gobierno recordaba que se había "garantizado la plural y suficiente presencia de iniciativas promotoras de un número muy elevado de parques eólicos", que a su juicio supera sobradamente las perspectivas iniciales. El Decreto era conocido por la opinión pública al menos desde un mes antes de su aprobación.
Esto era lo que entendía el Gobierno en aquel momento, pero el Tribunal Superior de Justicia de Navarra (TSJN) opinó en sentido muy diferente once años después, al atender un recurso presentado por el Ayuntamiento de Allo, al que se habían denegado los permisos para instalar un parque eólico en Sopeñas. El TSJN declaró nulo el Decreto Foral al estimar que, entre otras cuestiones, vulneraba la libertad de empresa. Se trataba, según la sentencia "de una medida harto restrictiva que adolecía de la mínima e inexcusable cobertura legal". El Tribunal consideraba asimismo que una medida de semejante alcance material y temporal, "por razonable y adecuada que se considere" no puede establecerse por una norma que no tenga rango formal de Ley.
Una vez suspendido este decreto, tres empresas (Enhol, Gamesa y MTorres, que ya había denunciado la política eólica del Gobierno, por entender que favorecía a EHN) han solicitado la instalación de al menos 18 nuevos parques eólicos con unos 409 megavatios de potencia. Los proyectos están en fase de aprobación, si bien su viabilidad depende de las autorizaciones que conceda en este caso el Ministerio de Industria.
la rentabilidad El fin de esta moratoria eólica llegaba en cualquier caso un año después de que Acciona hubiese completado la instalación de su último parque y 13 después de que entrasen en funcionamiento los primeros aerogeneradores, ubicados en la sierra de El Perdón. A día de hoy, la inmensa mayoría de los molinos se encuentra por tanto completamente amortizada y aún no ha sido sustituida por nuevos aerogeneradores de mayor potencia. Es decir, los ingresos de cada kilovatio producido, que se cobran con una tarifa subvencionada desde la Administración, se traducen prácticamente en beneficio limpio. Los molinos navarros (unos 730 megavatios) son, por tanto, una magnífica fuente de ingresos para Acciona Energía, que cerró 2009 con un beneficio de 187 millones de euros.
En el momento en que Morrás adquirió los derechos sobre acciones, a la energía eólica se le adivinaba un magnífico futuro, pero se encontraba lejos de ser el sensacional negocio en que se ha convertido. Para adquirir esos derechos, que cuestan 1,9 millones de euros, Morrás debió solicitar un crédito, según la información facilitada por Acciona, que destacó en una nota el "riesgo" que asumía Morrás con la operación. En ese momento, la legislación sobre energías renovables no había fijado de modo generalizado las subvenciones que habían de asegurar la rentabilidad de las instalaciones.
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