ES cierto que tiene que luchar contra los prejuicios del pasado y que en Europa, a diferencia del mercado norteamericano, donde es el Volkswagen más exitoso, todavía muchos tratan de verlo como un Golf con maletero y una alternativa pobre frente al todopoderoso Volkswagen Passat. Pero eso son esquemas heredados del pasado, porque el nuevo Jetta es eso precisamente, un automóvil totalmente nuevo de los pies a la cabeza.

Me gusta el Jetta y, siendo sinceros, creo que en su última versión tiene una estética más acertada y proporcionada que la del nuevo Passat. Y ya nadie en su sano juicio puede acusarle de ser un Golf con maletero añadido, porque aunque son de la misma familia no mantienen rasgos compartidos ni cuestionables similitudes estéticas. Por el contrario, se acerca al gran Passat y hasta se convierte en una alternativa sólida y consistente, porque, de hecho, sólo les distancian 14 centímetros en largura, y eso, en estas cotas, es una diferencia francamente insignificante. Su anchura de 1,78 metros, la altura de 1,48 y la amplia distancia entre ejes, con 2,651 metros, junto a un maletero interminable de 510 litros, auguran unos registros de habitabilidad y capacidad de carga como para sentirse más que satisfechos.

Además, en Volkswagen, para potenciar la última generación del Jetta, lo han dotado de un precio de partida francamente competitivo, 21.180 euros, sumado a una amplia gama de mecánicas y dos niveles de equipamiento que resuelven más que convincentemente las demandas de los compradores en este segmento; tan reclamado en otras naciones como Estados Unidos -se venden más de 110.000 unidades al año en el país de las barras y estrellas, siendo el coche europeo más exitoso- o Turquía, por citar dos ejemplos bien diferenciados, y al que parece que le cuesta obtener protagonismo en Europa frente a los siempre apreciados compactos de cinco puertas o los monovolúmenes medios.

En donde no encontramos sorpresas es en la ya tradicional calidad Volkswagen que atesora este Jetta, algo apreciable en un diseño cuidado, unos materiales de primera, un equipamiento en confort y seguridad sin tacha, una comodidad de marcha muy elevada y un montaje elaborado. Su excelente respuesta dinámica (suspensión delantera McPherson y trasera multibrazo) y la contrastada seguridad activa harán el resto.

El acabado de entrada es el Advance, y en entre sus principales elementos incluye: seis airbags (los laterales traseros son opcionales), cinco reposacabezas activos, luz de conducción diurna, asistente de arrancadas en pendiente, ABS, asistente de frenada, ESP con estabilización de remolque, EDS y MSR; neumáticos en medidas 205 sobre llantas de 16 pulgadas, retrovisores eléctricos y térmicos con intermitentes integrados, climatizador, etc. Por su parte, la terminación Sport añade: llantas de aleación Atlanta de 16 pulgadas, cromados exteriores, sistema de limpieza de faros, antinieblas delanteros con luz estática de giro, asientos deportivos con apoyo lumbar y regulables en altura, apoyabrazos delanteros con salidas de ventilación posteriores, apoyabrazos trasero con acceso al maletero y bolsas portaobjetos en los respaldos delanteros, climatizador bizona, volante multifunción con levas en los DGS, control de crucero y conexión multimedia Media In para USB. Entre las opciones cabe citar el acceso y arranque sin llave, asistente de luces, además de numerosos sistemas de comunicación y navegación, entre otros componentes.

MUCHOS MOTORES Y BUENOS El capítulo mecánico sigue deparando en Volkswagen muchas satisfacciones, como es norma en la casa. Todos los motores son delanteros, con tracción anterior, cuatro cilindros en línea, inyección directa, disposición transversal y turboalimentación. A destacar que todos los propulsores con tecnología Bluemotion disponen de sistema de parada y arranque automático en las detenciones y mecanismo de recuperación de energía.

En gasolina la oferta de partida es el 1.2 TSI Advance Bluemotion (por 21.180 euros), con 1.197 centímetros cúbicos (cc), 105 CV a 5.000 revoluciones por minuto (rpm), 175 Nm de par máximo de 1.500 a 4.000 vueltas, caja manual de seis marchas, 190 km/h de velocidad punta, 10,9 segundos de 0 a 100 km/h, consumos de 6,6 litros en ciudad, 4,6 en carretera y 5,3 de promedio y emisiones medias de CO2 de 123 gramos por kilómetro. El 1.4 TSI 122 llegará a mediados de 2011 y dispondrá de 1.390 cc, 122 CV a 5.000 rpm, 200 Nm de 1.500 a 4.000 rpm, cambio manual de seis relaciones o DSG de siete marchas, 202 km/h, 9,9 segundos en el paso de 0 a 100 km/h, 6,2 litros de consumo medio y 114 gramos de emisiones. El futuro 1.4 TSI 160 repite las cotas y transmisión del anterior motor, aunque con turbo y compresor volumétrico y elevando sus registros a 160 CV a 5.800 rpm, 240 Nm de 1.500 a 4.000 vueltas, 221 km/h, 8,3 segundos de 0 a 100 km/h, un gasto medio de 6,3 litros y unas emisiones medias de 147 gramos. Por último, el 2.0 TSI, desde verano de 2011, ofrecerá 200 CV a 6.000 rpm, 280 Nm a 1.800 vueltas, 236 km/h, 7,5 segundos de 0 a 100 km/h, cambio manual o DSG de seis velocidades, 6,9 litros de promedio y 160 gramos de emisiones.

La oferta diésel parte del 1.6 TDI, disponible en los dos acabados, con o sin paquete Bluemotion y con cambio manual de cinco marchas o DSG de siete relaciones. Cuenta con 1.598 cc, 105 CV a 4.400 rpm y 250 Nm entre 1.500 y 2.500 vueltas, alcanza los 190 km/h, acelera de 0 a 100 km/h en 11,7 segundos, consume entre 4,9 y 5,7 litros en ciudad, de 3,6 a 4,2 en carretera y de 4,2 a 5,7 de promedio, y presenta emisiones medias que van de 109 a 123 gramos. Los 1.6 TDI se mueven entre 22.280 y 26.000 euros. Finalmente, la estrella es el 2.0 TDI, con cambio manual o DSG de seis marchas, 140 CV a 4.200 rpm, 320 Nm de 1.750 a 2.500 vueltas, 210 km/h, 9,5 segundos de 0 a 100 km/h, consumos de 6,1 a 6,7 litros en ciudad, entre 4,1 y 4,5 en carretera y de 4,8 a 5,3 de promedio, siendo sus emisiones medias de 126 a 138 gramos por kilómetro. Las tarifas lo sitúan entre 24.390 y 28.030 euros.