pamplona. Tras la integración, Caixabank va a sumar 237 oficinas en Navarra, el 33,8% de la cuota de mercado. "La entidad va a estudiar la rentabilidad que le aporta cada una de las oficinas, para luego decidir si es necesario o no el cierre de alguna de ellas", explicaron ayer fuentes consultadas por este periódico. Además, la enseña catalana va a contar con cerca de 1.300 empleados (unos 1.100 aportados por Banca Cívica y unos 200 de La Caixa). Aunque esta plantilla se verá reducida tras ejecutarse el acuerdo de disminución de empleados que pactó Banca Cívica con los sindicatos. Así, hasta el 15 de julio está abierto el plazo para que de forma voluntaria se apunte personal en el plan de prejubilaciones o de bajas voluntarias.
Ahora, la operación de fusión está sujeta a las autorizaciones del Ministerio de Economía y Competitividad, del Banco de España, de la Comisión Nacional de Competencia, de la Comisión Nacional del Mercado de Valores, de las comunidades y de la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones. Así, el canje de las acciones se formalizará una vez la operación sea inscrita en el Registro Mercantil. El director general de Cívica, Juan Odériz, adelantó ayer que posiblemente el viernes 3 de agosto sea el último día que cotice en Bolsa la entidad formada por Can, Cajasol, Caja de Burgos y Caja Canarias. Ese será el momento en que se fijará el precio de canje de los títulos de Cívica por los de CaixaBank. "Ahora solo se ha pactado la ecuación de cambio: ocho de Cívica por cinco de CaixaBank", recordó.
Tras esta fusión por absorción, la entidad resultante se sitúa como la primera financiera del país, tanto por activos (342.000 millones), como por depósitos (179.000 millones) y créditos (231.000 millones). Las sinergias de costes -540 millones anuales en 2014- se traducirán en una mejora de la rentabilidad, impulsarán una mejora de su posición competitiva y situarán la eficiencia en el 49%, en tanto que la morosidad quedará en el 5,5%, muy por debajo de la media del sector. De esta forma, CaixaBank se convierte en líder en cinco comunidades (Cataluña, Andalucía, Navarra, Islas Baleares y Canarias) El consejero delegado de CaixaBank, Juan María Nin, remarcó que esta adquisición es "estratégica" para el banco catalán, ya que "le permite avanzar hacia una mejor estructura de costes en este entorno de crisis y hacia un crecimiento más potente de los ingresos". Nin recordó que la integración de Cívica se realizará sin ayudas públicas y no tendrá ningún coste para el resto del sector financiero.
Desde Sevilla, el copresidente de Banca Cívica, Enrique Goñi, defendió la operación por "el racional económico de la operación, la perspectiva de futuro para el accionista y el incremento del beneficio por acción y del dividendo en un 20%". Asimismo, destacó la liquidez para el accionista (free float cercano a 6.000 millones) y la solvencia del grupo resultante. Mencionó también el hecho de que las nuevas exigencias regulatorias (RD febrero y mayo y Basilea III) se harán frente conjuntamente, lo que evitará un efecto dilutivo muy importante para los accionistas.
goñi, sorprendido Los copresidentes de Cívica, Antonio Pulido y Enrique Goñi, pasaron ayer a formar parte del consejo de administración de CaixaBank, aunque contaron con los votos en contra de CCOO y UGT, algo que sorprendió a Goñi, ya que en Navarra no habían mostrado oposición estas dos centrales. En la junta general de accionistas de la entidad catalana, 3.200 millones de acciones votaron a favor de su inclusión en el consejo y 6,5 millones de títulos lo hicieron en contra.
El presidente de CaixaBank, Isidre Fainé, defendió que la incorporación de los directivos de Cívica en el consejo estaba prevista en el acuerdo de fusión y que no había "un motivo para no aceptarlos". Así señaló que la absorción de Cívica representa "un paso decisivo" en el proyecto de La Caixa, ya que comporta la creación de la primera entidad del sistema financiero español.