BILBAO - “Era la evolución lógica” del Instituto Médico Quirúrgico, sostiene Duñabeitia en una entrevista en la que no oculta su satisfacción por haber logrado por fin poner en marcha IMQ Prevención.

Culminan IMQ y Mutualia un largo camino, que arranca en 2003, ¿la operación era una necesidad o una oportunidad?

-Sin duda una oportunidad. El Ministerio marcó hace tiempo un camino, que las sociedades de prevención podían ser propias o ajenas a las mutuas y considerábamos que era una muy buena oportunidad. Este año, se decidió que las sociedades de prevención sean de carácter ajeno a la mutua, lo hicieron explícito y el proyecto se materializa.

Tenían mucho camino andado.

-Sí, la decisión es de bastante evolución. Nace de un análisis del grupo Igualatorio de esa necesidad. El desarrollo ha sido largo, laborioso; pero siempre hemos tenido una vinculación muy intensa con Mutualia, por distintas razones, se apoyan en nosotros en cuestiones como servicios y pronóstico. La relación es muy buena, también porque Mutualia se caracteriza por tener muy buena relación con todo el mundo. Y cuando se produce la autorización ministerial inequívoca hemos sabido aprovechar la oportunidad.

La integración ha estado latente hasta que ha caído el muro legal.

-Ha estado más que latente. Con diferente intensidad, pero hemos trabajado constantemente en este proyecto. Hay que trabajar mucho para hacer una operación de estas características, aunque algunas de las actividades sean comunes. Las personas son nuestra razón de ser, tanto de Mutualia como de IMQ. Y para nosotros esta operación era la evolución lógica. Nuestro mercado era de contratación individual, de particulares, y en este momento, prácticamente el 50% de la contratación de nuestros seguros son fundamentalmente colectivos. Además, la compra de la sociedad de prevención de Mutualia nos permite una relación con un colectivo muy interesante, en cuanto a que son personas en edad laboral, que tienen familia. Llegamos a más personas y nos valemos de la organización que incorporamos, que tiene una gran cualificación.

La compra conlleva también la experiencia del personal que se integra en IMQ.

-Claro, es que si no nosotros no nos lo podíamos plantear. Por eso digo que es algo más que latente. El proceso ha estado muy activo, pero con diferentes intensidades. No hemos dejado de trabajar. Además, seguiremos trabajando con Mutualia, con quien mantenemos muy buena relación y queremos seguir teniéndola. Supone más del 40% del sector de las mutuas y es un mundo muy singular, para nosotros es querido y clave mantener la relación con ellos. Y respecto a la gente que trabaja con riesgos laborales, los que se integran en IMQ, ya hemos tenido oportunidad de trabajar con ellos, y tienen un nivel muy alto. Estamos muy ilusionados.

Además aumentan en 16 millones su facturación.

-Esa es la parte más llamativa y muy positiva, o por lo menos de impacto. Incorporamos 16 millones y es fantástico, pero tenemos que trabajar para que se mantenga. Cuando entras en un sector nuevo, aunque mantengas un objetivo estratégico definido, lo primero que tienes que plantearte al hablar con esos profesionales es, ¿qué riesgos tenemos?, ¿que tenemos qué hacer para fortalecer lo que ya estáis haciendo?, ¿os podemos ayudar en algo? Todo esto tiene sentido en la medida que ayuda a reforzar todo el nivel de esta organización, que hoy ya factura 379 millones de euros en distintos ámbitos de servicios y seguros.

¿Cómo asimilarán el cambio de las reglas de juego?

-Esta organización sabe qué es dar servicio, está en su cultura. Al incorporar una faceta nueva, incorporamos el conocimiento, la experiencia, la relación con los clientes, pero nos obliga ha esforzarnos mucho desde el punto de vista de gestión. Lo primero a no estropear nada, a consolidar el proyecto en el que están inmersos, que también está cambiando porque, al establecerse la normativa de la obligatoriedad de desprenderse de estas empresas, las reglas de este mercado cambian.

¿Cómo les afectará?

-Cuando en una actividad que está regida por la Administración se establecen unas normas que liberalizan, al menos teóricamente, hay dos grandes líneas de análisis. Va a permitir una racionalización y una mejora de la situación económica, donde va a generarse más dinero para poder atender mejor los niveles necesarios de prevención en el mundo laboral. Y por otro lado, como ya no está el Ministerio, vamos a la guerra de precios, a la guerra de servicio. Nosotros somos una empresa en la que el servicio es nuestra razón de ser y sabemos hacer bien las cosas que hacemos.

Después de tanto tiempo de espera, ¿ha sido un alivio que se materialice la operación?

-El curso de la autorización ha sido muy largo, y hace un año nosotros fuimos a decir a Madrid que no podíamos mantener una decisión interna sin que se materialice. No nos ponemos las zapatillas y empezamos a correr, pero cuando tomamos una decisión tenemos que saber si eso se lleva a efecto a no. Ahora ya está, desde el martes ya existe la marca comercial con la que estamos trabajando: IMQ Prevención.

¿Qué objetivos se marcan?

-Mutualia es el indiscutible líder en lo que es su sector, más del 40% en Euskadi. En lo que es riesgos laborales mantiene una proporción similar, al quedarnos esa sociedad pasamos a ser líderes.

¿Qué plazo se da IMQ para ponerse objetivos?

-Ayer, ayer... Ya tenemos simulaciones para los próximos años y ahora las estamos afinando con la gente que gestiona y dirige IMQ Prevención. La pretensión es que esto crezca y para crecer tiene que ser viable económicamente y que el servicio sea bueno. IMQ es un ser muy vivo en esta sociedad, ya tiene ochenta años, y siempre estamos pensando en cómo reforzarnos para mejorar el servicio. La vinculación al cliente es nuestra vocación y la prevención de riesgos completa el área de salud.