Pamplona - Forem presentará a lo largo de los próximas semanas un concurso de acreedores que previsiblemente sea el anticipo del fin de su actividad. El centro de formación, una fundación dependiente de CCOO, ha ido acumulando deuda durante los últimos años, lo que le obliga a buscar una solución que afectará al empleo de 35 personas.

El objetivo del sindicato es que la plantilla pueda salir en las mejores condiciones posibles y para ello está buscando los recursos que le permitan indemnizar a los trabajadores por encima de los mínimos que marca la legislación laboral. El centro se encarga de ofrecer formación para el empleo y tiene su sede en Mutilva. Durante los últimos meses la plantilla ya ha estado regulada mediante un ERE temporal. En su página web no figura ya oferta alguna de cursos de formación para los próximos meses.

Las causas del más que posible concurso de acreedores de Forem hay que buscarlas en varias decisiones. En primer lugar, en la que tomó en su momento CCOO de abrir una nueva sede en Mutilva, por la que paga un alquiler cercano a los 250.000 euros anuales, que supone, en la práctica, que cada día de funcionamiento del centro hay que pagar 1.000 euros. La sede, que fue inaugurada en 2011 con la asistencia de la propia Yolanda Barcina, entonces presidenta del Gobierno, fue proyectada durante los años en que los cursos de formación eran gestionados casi en exclusiva por CCOO y UGT, cuyo centro de formación (Ifes) también ha cerrado. Esta situación ha cambiado radicalmente desde que la propia legislación impulsada por el Partido Popular estableciera la libre concurrencia y el nuevo Gobierno de Navarra suprimiera los convenios nominativos de la etapa de UPN. El centro hubiese necesitado de un redimensionamiento de su propia estructura que hasta el momento no se ha producido.

Esta situación ha terminado por llevar a la asfixia económica de Forem, que ha visto cómo sus ingresos se desplomaban y cómo poco a poco se iba quedando sin cursos de formación. Fuentes conocedoras de la realidad de la fundación explican que el sistema de libre concurrencia establece como decisivo el coste económico de los cursos, de tal manera que las empresas de trabajo temporal (ETT), “que bajan los sueldos de los formadores”, señalaban las misma fuentes, han ido copando las últimas adjudicaciones.