valencia - CaixaBank quiso lanzar ayer un mensaje claro: no abandonará su red de oficinas rurales, pero necesita flexibilidad por parte de la plantilla para conseguirlo. La entidad explicó ayer que se encuentra especialmente satisfecha del comportamiento de sus más de 1.100 sucursales localizadas en municipios del entorno rural, de las que casi medio centenar se encuentran en Navarra, y justificó la reducción de plantilla anunciada (2.157 personas, más de cien en Navarra) como un ejercicio de “prudencia” ante un entorno con incertidumbres y sobre todo con un cambio más que perceptible en el comportamiento de los clientes, que acuden cada vez menos a la oficina y se relacionan con la entidad a través de otros canales, especialmente en el móvil.

“Para nosotros es muy importante esta red”, dijo Gonzalo Gortázar, consejero delegado de CaixaBank, quien confió asimismo en alcanzar un acuerdo con los representantes sindicales a la hora de negociar el ERE. “Partimos de posiciones diferentes, pero la negociación debe partir del reconocimiento de una realidad que cambia y a la que hay que adaptarse. Tenemos que tener cintura y flexibilidad, hay que tomar las decisiones ahora para asegurar el éxito en el futuro”, explicó el directivo en referencia a la necesidad de seguir mejorando los indicadores de eficiencia y rentabilidad en los próximos años. Gortázar descartó una rebaja de sueldo para los trabajadores y anunció la empresa hará lo “posible y lo imposible” para llegar a un acuerdo, si bien reclamó a los representantes de los trabajadores “que hagan lo mismo” para mantener la tradición de acuerdos de la entidad en otros procesos de reducción de plantilla similares.

“El ajuste que ha realizado la banca en España es excepcional”, defendió Jordi Gual, quien no quiso valorar la polémica acerca de las escuchas del BBVA, pero que defendió el carácter de entidad socialmente responsable tanto en sus valores “como en su actividad bancaria”. Tanto Gortázar como Gual destacaron la aportación de la entidad a la obra social de La Caixa, el principal accionista del banco (40%), que cuenta con un presupuesto de 520 millones de euros para 2019. En el caso de Caja Navarra, que mantiene algo menos del 1% de las acciones de CaixaBank (53,6 millones de títulos), el presupuesto de 2019 alcanza los 13,02 millones de euros, de los que 8,63 millones de euros habrán procedido del dividendo de estos valores. Gual destacó asimismo que, pese al mantenimiento de un entorno de tipos bajos, la entidad ve un futuro lleno de oportunidades y con un crecimiento que, tras desacelerarse en el último tramo de 2018, podría acelerarse a nivel mundial en la segunda mitad de 2019. Un crecimiento que, recordó, debe ser “equilibrado e inclusivo”. “Al contrario de lo que ha pasado en 2018, vemos un año de menos a más. Nos encontramos ante unos años desafiantes y contamos con un equipo excepcional para afrontarlos”, resumió. - J.A.M.