madrid - Ryanair anunció ayer una serie de medidas para mejorar su atención al cliente y suavizar de paso la imagen de aerolínea que maltrata al pasajero. Entre esas medidas destaca la concesión de un “período de gracia” de 48 horas al cliente para que este pueda realizar cambios en las reservas por errores o ampliación de servicios sin ningún cargo adicional.

La compañía de bajo coste irlandesa hasta ahora se mostraba muy estricta con el sistema de reservas y, una vez formalizada a través de Internet, no permitía ningún cambio o aplicaba fuertes recargos hasta en detalles tan nimios como un equivocación a la hora de rellenar los datos del pasajero. Con la nueva política, el cliente tendrá dos días para rectificar errores, cambiar la reserva a otro nombre, añadir equipaje o modificar el asiento, aunque no el horario del vuelo.

Otra novedad es la creación de una especie de tarifa plana (tarifa New Choice) en la que, por 199 euros al año, se puede volar siempre con asientos gratuitos, acceso rápido en el control de seguridad (fast-track) y embarque prioritario.