La imagen infantil de la riqueza materializada en la escena en la que el Tío Gilito se lanza de cabeza desde un trampolín dentro de su edificio contenedor de dinero (un silo con forma de caja de caudales) para zambullirse entre millones de monedas doradas está a punto de desvanecerse. Dentro de poco tiempo será imposible soñar con revolcarse entre monedas o empapelar nuestra casa con billetes. Y no por la lógica dificultad de contar con el dinero suficiente para hacerlo, sino porque no habrá monedas ni billetes con los que llenar nuestra imaginaria piscina de dinero. El mundo sin dinero en efectivo está cada vez más cerca y las exhibiciones de riqueza del Tío Gilito quedarán solo en la memoria de quienes crecieron guardando la paga semanal en una hucha.

Pero es que ese famoso personaje de Walt Disney pertenece a una generación en la que el dinero era básicamente material y tangible. Ahora, sin embargo, cada vez más personas viven su día a día sin utilizar el dinero físico y muchos estudios apuntan a que en un futuro próximo dejar de utilizar el efectivo no será una opción sino una obligación.

Hay países, como Suecia y Dinamarca, en los que ese futuro sin dinero en efectivo ya es prácticamente el presente y, aunque hay grupos reticentes a la desaparición oficial de billetes y monedas, parece que se está produciendo un avance generalizado hacia sociedades en las que todos los pagos y transacciones económicas serán digitales.

Las voces a favor de la próxima desaparición del dinero en metálico y de la generalización del pago digital inciden en que esta modalidad no solo es más cómoda, segura, eficiente y limpia, sino que también acabará con la economía sumergida, los pagos en negro y el fraude. Otra de la ventajas del dinero electrónico, aseguran, es el ahorro de los costes asociados a la emisión, transporte, custodia y administración del dinero físico. Tanto la decisión del BCE de retirar los billetes de 500 euros, como las limitaciones que algunos países europeos -entre ellos el Estado español- imponen a los pagos en metálico, se interpretan como los primeros pasos hacia una sociedad sin dinero en efectivo: una sociedad cahsless.

Frente a esas bondades del mundo sin efectivo, hay voces que alertan de que eso podría dejar en la exclusión financiera a personas mayores o con algún tipo de dificultad y que no se manejan bien en el mundo digital, acaba con el anonimato que permite el pago en efectivo, obliga a estar bancarizado y da a entidades e instituciones económicas un control excesivo sobre nuestras finanzas personales.

Pruebas piloto En la CAV, una de las comunidades autónomas donde más se utiliza el pago electrónico -fundamentalmente con tarjetas, pero también con tecnologías como las apps de pago- ha habido pruebas piloto para que los habitantes de varios municipios experimentaran en su día a día la “comodidad, rapidez y seguridad que aporta la posibilidad de poder realizar todas las compras y pagos sin necesidad de utilizar dinero en efectivo”. La experiencia, que se llevó a cabo en mayo del año pasado, fue promovida por Kutxabank e incidió en el uso de la tecnología contactless, que permite efectuar pagos acercando una tarjeta, una pulsera o un sticker de pago sin contacto al datáfono de cualquier comercio. También se promovió la utilización de plataformas de pago a través del teléfono móvil.

En opinión de los expertos de Kutxabank, las pruebas piloto sirvieron para demostrar que prescindir del dinero en efectivo en el día a día de cualquier localidad no solo es posible, sino que también conlleva ventajas. Además, esas pruebas permiten a las personas que han experimentado el uso habitual de las nuevas tecnologías de pago estar preparadas para un futuro -bastante próximo, según algunos- en el que no existirán monedas ni billetes.

Inés Monguilot, directora de Marketing, Publicidad y Canales de Kutxabank, reconoce que el uso cada vez mayor de los medios de pago electrónicos “es la tendencia”. “El incremento de los pagos móviles y el uso de tecnologías como Bizum, los pagos P2P, junto con las tarjetas, es la manera de que cada vez más se vaya relegando el efectivo. Los pagos entre personas a través de Bizum, son operaciones que normalmente hubieras hecho en efectivo. Cosas como pagar una comida entre todos, un regalo de cumpleaños... antes hubieras dado el dinero en efectivo, pero de esta manera podemos realizar un pago mucho más rápido, a través del teléfono móvil, más efectivo, porque no te equivocas ni tienes que poner los 20 dígitos de una cuenta, lo que puede dar lugar a error y, sobre todo, tienes un mayor control de tus gastos. Esta tendencia ya se inició con el contactless, algo en lo que fuimos pioneros”, explica Inés Monguilot.

Tarjetas virtuales “En general -explica la directora de Marketing, Publicidad y Canales de Kutxabank- el pago electrónico es fácil, sencillo y seguro. Hemos comprobado que el cliente se habitúa de forma muy natural a hacer pagos con tarjeta o con el móvil, que cuando lo prueban lo incorporan a su día a día y ahora mucho más con el auge del comercio on line”. Sobre esta actividad, que requiere herramientas de pago digital, Inés Monguilot resalta que el ecommerce está registrando un crecimiento anual del 25%, frente al incremento del 10% del comercio presencial, lo que ha facilitado que Kutxabank tenga actualmente más de 75.000 tarjetas virtuales activas, así como más de 65.000 tarjetas para pagos móviles.

Sobre las pruebas piloto realizadas para que la población experimentase de primera mano la vida sin dinero en metálico, Inés Monguilot recuerda que Kutxabank “implantó y extendió la tecnología contactless, dando la posibilidad a los comerciantes de que sus TPV admitieran esos pagos y fueran compatibles con los instrumentos de pago de los ciudadanos. Eso facilitó enormemente el pago, porque en operaciones de menos de 20 euros no hay que poner el pin. Pagos que de otra manera son costosos en tiempo, de esa manera se pueden realizar muy rápidamente”.

Actualmente en el Estado español el 70% de las tarjetas bancarias emitidas cuenta con tecnología contactless, mientras que en Kutxabank ese porcentaje se eleva al 80%. Para que el pago con esas tarjetas sea prácticamente instantáneo los comercios y establecimientos tienen que contar con terminales contactless, que en el Estado ya son el 85% de los TPV, mientras que en el caso de los clientes de Kutxabank llegan al 97%.

Para incidir en la idea de que el pago electrónico, en sus diferentes modalidades, se está imponiendo en la mayoría de los sectores de actividad, la directora de Marketing de Kutxabank adelanta que próximamente la entidad financiera vasca va a implantar en los autobuses de San Sebastián un sistema para que se pueda pagar a través de tarjeta financiera. “Yo opino que el pago digital mejora la experiencia de usuario, hace el momento del pago más cómodo, fácil, seguro y sencillo. Es también una forma efectiva de controlar los gastos. Hay muchos sectores en los que el cobro y el pago con estos sistemas va a resultar mucho más cómodo y cuando se generalicen y todos paguemos la compra con contactless, la agilidad y la rapidez se van a notar”, concluye Inés Monguilot.