Bilbao - Mientras la llegada de los vehículos de transporte con conductor a través de Uber sigue en aire debido a la restrictiva legislación tramitada por el Gobierno vasco, la app de comida a domicilio gestionada por la citada empresa no ha encontrado ningún impedimento para recalar en Bilbao. A partir de ahora los repartidores de Uber Eats pasearán sus mochilas por la ciudad, de la misma forma que los riders de otras aplicaciones como Glovo o Deliveroo ya implantadas en la ciudad. La aplicación móvil, que durante su primer mes de funcionamiento no cobrará el coste del envío, cuenta ya con la alianza de 120 restaurantes bilbainos a los que prestará servicio.

“Estamos muy contentos con la selección de restaurantes que tenemos en una fase tan inicial de lanzamiento”, aseguró ayer en declaraciones a este periódico Manel Pujol, director general de Uber Eats en España. Según expuso, entre los negocios disponibles en la aplicación se encuentran grandes cadenas de restauración como McDonald’s, Pomodoro o Florida, así como establecimientos locales “de referencia” como Rallye, Casa Leotta o Let’s Cereal. “Conforme la plataforma se va asentando en la ciudad y haya más demanda, irán creciendo el número de restaurantes”, añadió Pujol, quien expuso que el servicio estará disponible de lunes a domingo, las 24 horas del día.

Según detalló el director de Uber Eats, Bilbao será la decimoséptima ciudad en la que se implantan dentro del Estado, donde comenzaron a operar en Madrid en 2017. Después de expandirse a lo largo del año pasado, para este 2019 tienen previsto llegar a 31 ciudades más: Lugo, Segovia y Palencia serán, junto a Bilbao, las primeras. En estas urbes se incluirá una nueva opción “muy práctica y sencilla” para incluir comida: “El usuario puede saber en todo momento dónde está su pedido, que estimamos que recibirá en unos treinta minutos de media”. Además, según Pujol, durante el primer mes el servicio de envío será gratuito. “Es interesante para la gente que quiere probar la aplicación y ver cómo funciona”, añade.

Uber Eats no ofrece datos sobre cuántos repartidores trabajan para ellos. “No compartimos el número de riders (repartidores) porque muchas veces el número exacto no es muy significativo. Hay mucha gente que se conecta solo unas horas al día y lo complementa con otro tipo de trabajo, incluso con otras plataformas”, expone Pujol. De hecho, al ser cuestionado sobre las condiciones laborales de los riders de plataformas como Glovo o Deliveroo que han provocado sentencias a favor y en contra en los juzgados respecto a si son o no falsos autónomos, Pujol insiste en que colaboran con los repartidores, “no son nuestros trabajadores”. Así, indica que los repartidores “pueden conectarse solo un día porque quieren hacer unos cuantos repartos por la tarde. Nadie les va a pedir explicaciones de dónde están o cuándo se conectan”.

En ese sentido, afirma que uno de sus objetivos es intentar que las condiciones que puedan conseguir los repartidores a través de su aplicación sean lo “suficientemente competitivas” como para que prefieran trabajar a través de ellos frente a sus competidores u otros trabajos que puedan tener. De esa forma, expone que han lanzado un seguro con AXA para todos los repartidores: “Entendíamos que era un punto de preocupación para ellos”. Con ello se ofrece cobertura para accidentes personales, prestación en efectivo en caso de hospitalización y daños personales o materiales a terceros.

Crecimiento exponencial Uber Eats representa actualmente el 16% del negocio de Uber a nivel global, donde está presente en 350 ciudades de 36 países. Sin embargo, las cifras aumentan constantemente, ya que los ingresos que están experimentando los restaurantes a través del servicio delivery (entrega a domicilio) crecen de manera exponencial. En palabras de Pujol, la evolución del delivery ha experimentado tres fases. “La primera fue con restaurantes que hacían su entrega a domicilio, desde un restaurante chino hasta multinacionales como Telepizza, que consiguieron hacer del delivery su principal negocio”, señala. La segunda fase fue con empresas como Just Eat, que añadían facilidades para promocionarse con su app. “Los consumidores no tenían que buscar el restaurante que hacía entregas, porque estaban todos en Just Eat, pero era el propio restaurante el que realizaba el reparto y eso hacía que muchos no pudieran ofrecer el servicio”. En la tercera fase, según Pujol, “los restaurante que antes no podían hacer delivery ahora no se tienen que preocupar, porque lo hacemos nosotros. Eso ha hecho que haya más demanda y más oferta, por eso está creciendo tan rápido”.