Pamplona - Pueden trabajar en el sector cárnico, en el transporte de mercancías de larga distancia. Y también es posible encontrarlos como repartidores de empresas tecnológicas innovadoras o como limpiadoras en hoteles. O en el sector de la construcción, que vivió en 2018 su mejor año desde la crisis. Los falsos autónomos -en un año se han detectado 4.990 casos solo en Navarra- se han convertido en uno de los objetivos de la Inspección de Trabajo, como parte de un plan estatal que busca mejorar las condiciones laborales y que en Navarra ha destapado ya las actuaciones de empresas relevantes como Uvesa (aves) o Lodisna (transporte), que empleaban a falsos autónomos cooperativistas como una vía de reducción de costes. Les reclama casi 23 millones de euros en cuotas atrasadas.

Glovo, empresa dedicada al reparto a domicilio y que cuenta en Navarra con alrededor de 120 trabajadores a los que denomina riders, también ha sido acusada de emplear falsos autónomos. Hace apenas un mes, Klemen, uno de sus trabajadores, interpuso una denuncia ante el Departamento de Trabajo del Gobierno de Navarra. Ayer fueron dos delegados del sindicato LAB los que, al filo del mediodía, presentaron la denuncia ante la delegación territorial de la Inspección de Trabajo. “Hace un mes ya dijimos que la denuncia presentada era el inicio del camino. Ahora queremos que la Inspección de Trabajo amplíe la investigación y la colectivice al conjunto de trabajadores de esta empresa”, explicaba Berta García, de la Federación de Servicios Privados. El sindicato ha interpuesto asimismo una demanda en el juzgado.

La Inspección de Trabajo ya se ha pronunciado en otros territorios acerca de Glovo. Hace solo unos días lo hizo en Granada, donde entiende que los repartidores deberían ser asalariados. Y en Navarra, donde ya seguían el tema, deberán hacerlo a partir de ahora. “Queremos que la Inspección se posicione -explica García-, porque estas empresas terminan con derechos laborales básicos e históricos. Vemos que ponen a los trabajadores a competir entre ellos, por lo que se cae en una verdadera autoexplotación. No dejan de trabajar un solo día. Y se produce un fraude a la Seguridad Social”, explica.

Este es el punto en el que interviene la Inspección de la Seguridad Social, que, si considera que los trabajadores deben ser asalariados -porque trabajan para una única empresa, están sometidos a sus horarios y a su organización- pasa a reclamar las cuotas atrasadas. Solo el año pasado descubrió en Navarra más de 2.500 falsos autónomos, por los que la Seguridad Social reclama unos 20 millones de euros.

El caso más sonado fue el de Uvesa, empresa tudelana del sector avícola, que tuvo que convertir en asalariados a 826 trabajadores, de los que 565 estaban en Navarra, en la planta de Tudela. En su caso, la denuncia fue interpuesta por CCOO, quien recordaba que se trataba de “trabajadores con salarios de apenas 800, 900 o 1.000 euros, que tienen que pagarse los 275 de cuota de autónomos y otros 50 como cooperativistas”. Porque, a diferencia de Glovo, que considera a sus empleados como mejores “colaboradores”, el sector cárnico y el del transporte han recurrido a una fórmula diferente, la de la cooperativa.

Servicarne era la cooperativa con la que trabajaba Uvesa y a la que estaban asociados más de medio millar de trabajadores de esta empresa en Navarra. “Sus cuotas -explicaban en CCOO- solo servían para pagar los salarios del consejo rector, de unos 60.000 euros al año”. En su caso, el informe de la Inspección de Trabajo fue demoledor: “Existe dependencia de la actividad cooperativa, la cooperativa carece de autonomía real para organizar y dirigir el trabajo de los socios y Servicarne no aporta otro elemento a la supuesta contrata que mano de obra. En definitiva, queda constado que en la relación existente entre los socios de Servicarne y Uvesa concurren las notas de ajenidad, dependencia y retribución que caracteriza el trabajo por cuenta ajena”.

Servicarne, que contaba con unos 5.000 trabajadores, se ha defendido públicamente y, como el asunto se encuentra todavía pendiente de resolución judicial, recuerda todavía en su página web que diferentes sentencias le han dado la razón. El Ministerio de Trabajo le retiró la licencia de cooperativa ya antes del verano y reclama más de 200 millones de euros en cuotas a la Seguridad Social a las empresas que colaboraban con Servircarne. La mayor parte de los 5.000 trabajadores con los que contaba han sido dados de alta como asalariados en las empresas en las que verdaderamente trabajaban.

Rotación para aliviar la cuota

En Glovo. La elevada rotación de los trabajadores es una de las características de Glovo, que suele advertir a quienes desean repartir sus encargos que el suyo no es un trabajo a jornada completa, sino pensado para obtener un dinero extra durante un tiempo. Los nuevos autónomos pueden beneficiarse así durante el primer año de la tarifa planta, que rebaja la cuota hasta los 60 euros mensuales. Esta cantidad se incrementa posteriormente de manera sustancial, hasta 283,3 euros, por lo que el trabajo en este tipo de compañías deja de resultar rentable. Esto explica en parte la elevada rotación en esta y y otras empresas. - D.N.

85%

Cotiza por la base mínima

Los estudios indican que la mayor parte de los autónomos, en torno a un 85%, sigue cotizando el mínimo, con las consecuencias que ello tendrá en sus futuras pensiones y en la actual recaudación de la Seguridad Social.

22,3

millones, dos empresas

Los fraudes más relevantes descubiertos hasta el momento tienen que ver con dos sectores: el cárnico y el del transporte de mercancías. A finales del pasado año se supo que la Inspección reclamaba 18 millones de euros a la tudelana Uvesa, mientras que este verano se ha conocido el caso de Lodisna, con 4,3 millones de euros.