MADRID. El Banco de España calcula que el tercer trimestre cerrará con un crecimiento económico del 0,4 %, una décima menos que en los dos trimestres previos, debido a la aportación negativa de la demanda externa, que no ha podido ser compensada por la mejora de la inversión y el consumo privado.

Según su último informe trimestral, el supervisor asegura que la economía española se está desacelerando y que, aunque mantiene el diferencial positivo con la zona euro, "no está siendo inmune a la persistencia de la incertidumbre y al deterioro del entorno exterior".

El mayor crecimiento de la demanda nacional -que aporta 0,5 puntos al crecimiento trimestral del PIB- ha estado sustentado en el repunte de la inversión, sobre todo en equipo, y del consumo de los hogares, una evolución que "contrarrestaría la previsible aportación negativa de la demanda externa" -que restaría 0,2 puntos al crecimiento-.

El supervisor apunta que el consumo privado ha recobrado dinamismo, con un incremento del gasto de los hogares -nulo en el periodo anterior-, una favorable evolución del comercio minorista y un repunte del crédito al consumo.

No obstante, añade que el empleo ha continuado moderando su avance en el tercer trimestre del año, los indicadores de confianza han marcado una evolución desfavorable y el gasto en bienes duraderos se está contrayendo, en un contexto en el que el proceso de absorción de la demanda acumulada durante la crisis se había completado.

Además, el Banco de España explica que el bajo nivel de tasa de ahorro de las familias sugiere que este tipo de gasto seguirá mostrando un reducido dinamismo en los próximos trimestres.

La inversión residencial ha continuado con un menor dinamismo, llegando incluso a mostrar una cierta debilidad, con una menor pujanza de las compraventas y de las hipotecas, al tiempo que el alza del precio de la vivienda ha continuado su moderación.

La inversión empresarial, por su parte, ha repuntado en el tercer trimestre del año, tal y como muestra el comportamiento de las importaciones de bienes de capital y las matriculaciones de vehículos de carga.

Sin embargo, indicadores como el PMI de manufacturas muestran un deterioro del clima de confianza del sector, apunta el Banco de España.

Por su parte, la contribución negativa del sector exterior ha sido consecuencia de "un avance más acusado de las importaciones en relación con las exportaciones".

Esto ha sido consecuencia del deterioro de las ventas al exterior, que están condicionadas por "el recrudecimiento de las tensiones proteccionistas y la ralentización de la actividad industrial", dice el supervisor.

VIENEN CURVAS Analistas Financieros Internacionales (AFI) ha advertido este martes de que en los próximos 18 meses "vienen curvas" para la economía, que evoluciona en un entorno "difícil", de "horizonte sombrío", aunque la situación "no tiene nada que ver" con la de 2008.

El director de Economía de AFI, Gonzalo García, ha hecho este análisis en su conferencia inaugural del Foro Profesional Finanzas y Tesorería que la sociedad de garantía recíproca Elkargi ha celebrado en Bilbao.

En un contexto de incertidumbre marcado por la guerra comercial entre EEUU y China, el brexit y la evolución de la demanda de automóviles, el analista de AFI ha afirmado que la economía mundial atraviesa el "peor momento" desde la crisis financiera.

Para España, AFI ha revisado sus previsiones a la baja y vaticina un crecimiento económico del 2,2 % en 2019 y del 1,9 % en 2020.

Tras indicar que desde junio la economía española ha entrado en una desaceleración "más acusada", García ha puesto de manifiesto que "ha pillado un superciclo electoral inacabable por lo visto", lo que contribuye "a la debilidad".

Pese a ello, las tasas de crecimiento en España en comparación con las de otros países europeos "siguen siendo relativamente altas".

En materia de riesgos financieros, aunque existen, "estamos en una posición más sólida", ha afirmado. El experto ha augurado una situación de tipos de interés "cero o muy cerca de cero" en los países desarrollados durante "muchos años".

Asimismo, ha opinado que la política monetaria "ha tocado hueso" y ha considerado que "si tuviéramos una debilidad fuerte en el crecimiento es muy difícil que esas medidas -de los bancos centrales- puedan reactivarlo" ya que existe "un problema de eficacia de la política monetaria".

Ante esta situación, el experto ha instado a las empresas a "protegerse" ante los riesgos y aprovechar las "oportunidades", que, a su juicio, las hay.

También ha abogado por que las empresas revisen sus estrategias de internacionalización y los países en los que invertir porque están cambiando las "barreras" y los costes, entre otras medidas.

En el mismo foro, el viceconsejero vasco de Economía, Finanzas y Presupuestos, Alberto Alberdi, ha opinado que en Euskadi las cosas "se están haciendo razonablemente bien".

Ha señalado que el Gobierno Vasco "ha cerrado la brecha del déficit fiscal hace dos años" y está reduciendo la deuda, de manera que este año cerrará "con un ratio sobre el PIB por debajo del 13 %".

Según ha afirmado, "vamos a cumplir así la legislación de estabilidad que fija esa horquilla dentro del 60 % para el conjunto de las administraciones públicas" cuando "ninguna otra administración está en condiciones de conseguirlo".

Por otra parte, el crédito al sector privado en Euskadi ha bajado "desde máximos del 125 % al 80 %, según los datos que ha aportado.

En el caso de las empresas, tras realizar un ajuste de diez puntos en el porcentaje de endeudamiento, "el ratio se habría estabilizado en el 49 % del activo, en tanto que el referido al endeudamiento sobre patrimonio neto ahora sería del 96 frente al 138 antes de la crisis", ha indicado.

El viceconsejero ha abogado por revisar el pacto de estabilidad europeo y, como ello llevará tiempo, por "flexibilizar un poco el funcionamiento de las deudas del marco de estabilidad europeo desde el nivel europeo a la legislación del Estado, lo que nos afecta a las Comunidades Autónomas".

También ha pedido el impulso de "algún instrumento europeo de estabilización de suficiente tamaño".

El viceconsejero ha abogado por "no ser fatalistas" con la situación económica y por que Euskadi consolide su crecimiento en torno al 2 % "continuando con la transformación tecnológica y digital, la mejora del capital humano y la transición energética".

En el mismo acto, el presidente de Elkargi SGR, Josu Sánchez, ha señalado la necesidad de acometer reformas estructurales para mejorar las tasas de desempleo, la conveniencia de controlar el aumento del gasto y el déficit públicos y la "urgencia" de revisar el sistema educativo y de formación profesional para proveer a las empresas de técnicos adecuados.

Según ha lamentado, estas necesidades se plantean "dentro de un marco político de enorme inestabilidad, con unas nuevas elecciones a las puertas".