- Por primera vez en 125 años, el Primero de Mayo no congregó en las calles a ningún trabajador, confinados en casa por la pandemia de la COVID-19, si bien el espíritu de lucha se intentó mantener virtualmente reclamando unos mejores servicios públicos y empleos de calidad.

Los secretarios generales de los dos principales sindicatos CCOO y UGT, Unai Sordo y Pepe Álvarez, no encabezaron ayer ninguna manifestación, sino que pronunciaron sus discursos en una sala vacía delante de dos imágenes de la madrileña Puerta del Sol. Una mostraba la céntrica plaza llena de gente, como era habitual en un Primero de Mayo, mientras que la otra reflejaba la situación actual de soledad por el confinamiento de la población.

Ambos líderes tuvieron un sentido recuerdo a los más de 24.000 fallecidos en esta pandemia durante sus discursos y llamaron a toda la sociedad a participar de las manifestaciones convocadas a través de las redes sociales bajo la etiqueta #YosoyPrimerodeMayo y a terminar a las 20.00 horas con el aplauso solidario.

Un agradecimiento colectivo a los trabajadores esenciales, como los sanitarios, que debe continuar cuando pase esta situación, señalan, pero “poniendo hilo en la aguja” y exigiendo al Gobierno mejoras porque “tienen salarios bajísimos”, trabajan con jornadas parciales y con elevadas tasas de temporalidad.

El líder de UGT quiso dedicar este Día del Trabajo a las personas que durante este largo periodo de tiempo han estado trabajando arriesgando su salud y su vida, y dejó claro que “de esta pandemia hay que salir con servicios públicos más fuertes y pensados para dar respuesta a las necesidades de ciudadanos”.

En este sentido, citó al personal del sector agroalimentario, transporte, comercio, servicios funerarios, sanitarios o limpieza, y dejó claro que “tendremos que hablar de estas personas, de sus condiciones de trabajo” y de sus salarios.

Desde el Gobierno, la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, destacó que “este Primero de Mayo va a hacer historia, las calles están vacías pero los trabajadores más presentes que nunca: son los que nos están salvando”.

Pero es precisamente a esos trabajadores, que “han mantenido el latido del España” durante el confinamiento, a los que, cuando todo pase, habrá que proporcionar unas mejores condiciones laborales, reclamó el secretario general de CCOO.

Sordo insistió en la necesidad seguir apostando por los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) y en la urgencia de una renta mínima para hacer frente al “drama” que viven, al menos, un millón de hogares en España.

Pidieron al Gobierno que pacte un acuerdo con patronal y sindicatos para que, al término del estado de alarma, los ERTE se mantengan acompasando “la vuelta a la actividad de las empresas”.

Asimismo, Sordo pidió que se piense en el “día después” de esta pandemia en la que Europa debe estar a la altura, para que no se salga de esta crisis como de la anterior, en tanto que Álvarez reclamó un mayor protagonismo de los sindicatos europeos en las negociaciones en el marco de la UE. “Este país lo vamos a sacar adelante sus trabajadores”, dijo Sordo.

Precisamente es ese, “El valor de tu trabajo”, el lema elegido por el sindicato USO, que tampoco salió a la calle pero que quiso rendir homenaje a los trabajadores de profesiones poco valoradas y reconocidas que ahora se han demostrado esenciales.

A nivel global, las reivindicaciones fueron muy similares en todo el planeta y estuvieron marcadas por el coronavirus que está provocando ya una fuerte caída del empleo. Así la poderosa Confederación de Sindicatos Alemanes (DGB) advirtió contra un recorte de los derechos laborales en medio de la destrucción de empleo causada por la pandemia.

En Italia, el acto del Primero de Mayo, se celebró en la televisión pública RAI, con un programa especia. El lema presentado por los sindicatos, “Trabajo en seguridad: para construir el futuro”, recuerda que Italia, con 205.000 infecciones y 28.000 muertos con coronavirus, emprende el lunes su reapertura gradual en sectores como la construcción o las manufacturas, lo que pondrá en circulación a 4,5 millones de personas antes confinadas.

Tampoco se llenó la Plaza Roja de Moscú y solo las banderas que decoran algunos edificios recordaban ayer que era el Primero de Mayo.

En Francia, por primera vez en años, las protestas tuvieron que limitarse a mensajes en redes sociales, caceroladas aisladas y alguna que otra pancarta en los balcones.

Al otro lado del Atlántico, en México, la fecha estuvo marcada por cientos de miles de nuevos desempleados, la agudización de la precariedad laboral y la incertidumbre de las políticas del Gobierno para sortear la crisis del coronavirus.

Apoyo de la UE. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, aseguró ayer que “en estos tiempos duros para los trabajadores europeos, la Unión Europea está de su parte”.

Denuncia del Papa. El papa Francisco denunció ayer, durante su misa matinal dedicada al Día del Trabajador y a San José Obrero, que en el mundo sigue habiendo “esclavos, hombres y mujeres obligados a trabajar de forma forzada, injusta o mal pagada”.