ay geografías que imponen un destino, orografías caprichosas que condicionan la historia. Y tanto Urdax como Valcarlos-Luzaide lo han percibido con claridad durante los últimos meses, quizá más que ningún otro municipio de Navarra. Localidades de frontera, con un pie a cada lado de la muga, ambas vieron en marzo cómo regresaban los controles, se restringía la circulación de personas y se secaba la fuente de ingresos que los ha nutrido durante años. Durante las dos últimas décadas el comercio fronterizo ha generado inversiones, ha hecho crecer su renta muy por encima de la media y, en el caso concreto de Urdax, la ha convertido, según los datos de 2018, en la segunda localidad con mayor renta media declarada.

De hecho, en una década extraordinariamente complicada desde el punto de vista económico, Urdax no solo logró mantener su actividad, sino que la incrementó, creando empleo de manera sustancial (de 400 a 472 cotizantes entre 2008 y 2018) y elevando su base imponible media en 4.910 euros. En el ranking de municipios más ricos ha pasado del quinto al segundo puesto. Y su desempeño en este tiempo, con un alza en sus ingresos cercana al 17%, contrasta con el del resto de municipios que ocupan la parte alta de la tabla, y que en este tiempo apenas han logrado recuperar lo que perdieron entre 2009 y 2013.

Iñaki Ariztia, alcalde de Urdax, explica el impacto de una actividad que vive el año más extraño de las últimas décadas. "Aquí se generan unos 500 puestos de trabajo directos y creemos que unos 900 indirectos. Tras el confinamiento de marzo y abril, durante el verano se trabajó bastante bien y ahora ya se está notando otra vez, a pesar de que el confinamiento no afecta a la frontera". El golpe es muy intenso y se deja sentir en las cifras de afiliados a la Seguridad Social: más un centenar de puestos de trabajo perdidos en un año, desde los 450 de septiembre de 2019 a los 343 de este año. Una caída cercana al 24%, que contrasta con el descenso medio registrado en Navarra en el mismo periodo, que no llega al 1%.

La frontera siempre fue el alimento de un área comercial que a mediados de la pasada década aceleró su crecimiento. El euro lo simplificaba todo "La combinación es clara -explica Ariztia-, y es la relación entre calidad y precio". El lado francés, más caro, con impuestos más altos, impulsa el tránsito hacia este lado de la muga. "Primero era el alcohol y el tabaco, pero posteriormente se amplió la oferta con la gastronomía, con restaurantes más grandes", explica.

Marzo lo cambió todo. Y obligó a mejorar un modelo que había mostrado su éxito. "Hubo que apostar por la calidad más si sabe, desarrollar los envíos on line a domicilio, las reservas previas en los restaurantes, cuando aquí la filosofía siempre fue atender a todo el que llegaba. Los resultados mostraron que se puede seguir, que la actividad tienen futuro pero hay que ser conscientes de que la epidemia no se ha acabado...".

La esperanza, como para el resto, pasa por una solución a la epidemia y que la crisis, aunque muy aguda, resulte transitoria. Y que de este modo Urdax vaya recuperando unos niveles de actividad previos a los que no será fácil regresar, pero que repercuten beneficiosamente en toda la zona, tanto en Urdax y Zugarramurdi, como al otro lado de la muga, e incluso en Baztan. "Hace años la gente no quería venir a trabajar, porque era en fin de semana y se pensaba que era un empleo como de poca categoría. Hoy eso ha cambiado, los currículos se suelen amontonan y las condiciones también se han regulado y son mejores", explica Ariztia, convencido de que el modelo, complementado por un turismo rural también creciente, tiene todavía recorrido.

La última en llegar

La renta de Luzaide-Valcarlos crece un 50%

A los pies de Ibañeta, Luzaide-Valcarlos conforma con Urdax-Dantxarinea y Luzaide la propia trilogía de la frontera de Navarra. El enclave pirenaico, quizá el menos visitado de los tres, siempre tuvo sus ventas de frontera, pero fue a partir de 2004, con la apertura del centro comercial, cuando la actividad se disparó. Lo hizo de la mano de la inversión privada, con la familia Martikorena como principal accionista, que acumulaba ya la experiencia como gran impulsora de los puestos de Ibardin, operativo desde 1977, y Urdax, y no sin cierta resistencia dentro del pueblo.

Lo cuenta Fernando Alzón, alcalde hasta hace dos meses, y propietario de Venta Ardandegia desde 2004. "Valcarlos tiene su peculiaridad, porque el centro comercial está a tres kilómetros del pueblo, donde también tenemos nuestro propio comercio", explica Alzón, cuyo establecimiento se encuentra en el núcleo urbano. "Abrí el mismo año que el centro comercial", recuerda. La decisión de instalar una superficie comercial tan grande a las afueras del pueblo generó malestar en su momento. Los venteros tradicionales se resistieron, pero el proyecto salió adelante. "Algunos nos decían que al abrir el centro comercial vendría muchísima más gente al pueblo, pero esas previsiones no se han cumplido. Pero bueno, lo cierto es que estos años hemos trabajado bien"".

La estadística de Hacienda Foral así lo indica. Entre 2008 y 2018, la base imponible media declarada en Luzaide se ha incrementado alrededor de un 50%, hasta los 23.432 euros de 2018, con lo que esta localidad se sitúa entre las 20 con mayor renta media declarada. Apenas hace una década ocupaba el puesto 155. "Está claro que ha habido un cierto resurgimiento de Valcarlos -dice Alzón- pero también es cierto que esto no ha servido para revertir la despoblación. La ganadería, que era la actividad histórica principal y a la que mi familia también se dedicaba, prácticamente ha desaparecido, apenas quedan un par de explotaciones de las veinte que hubo".

Con todo, Luzaide conservaba en septiembre del año pasado 190 de los 198 cotizantes que tenía en 2008, si bien el impacto en la actividad de la crisis del virus ha sido demoledor: apena 93 personas cotizaban a la Seguridad Social en septiembre de 2020. "Una situación como esta nos hace conscientes de nuestra fragilidad, también como empresas, porque la tesorería no aguanta", explica Alzón, quien reclama una apuesta mucho más decidida del sector público, especialmente en momentos de dificultad: "Hay que dar ayudas directas, nada de avales, para mantener las empresas".

Es el momento de resistir, porque las alternativas no son sencillas. Orillada del Camino de Santiago, pese a que la antigua vía romana pasa por el pueblo, el turismo no aporta a Valcarlos lo que a otros lugares. De nuevo la geografía, que tampoco ayuda a posibles industrias. "Hace unos años -recuerda Alzón- se valoró la opción de aprovechar los recursos madereros para fabricar pelets. No era fácil encontrar mano de obra, el monte es duro. Y los ingenieros ya nos dejaron claro que con la humedad que tenemos no se seca la madera".

"Hace años la gente no quería trabajar en las ventas, pero ahora llegan muchos curriculos"

Alcalde de Urdax

"Valcarlos ha vivido un cierto resurgir desde 2004, pero la epidemia ha mostrado la fragilidad"

Venta Ardandegia

Pueblo Euros 2018 08-18