La banca no deja de reducir su red de oficinas, concentrándose en las sucursales más grandes y con mayor volumen de negocio. Y, tras el confinamiento de la primavera y el regreso del verano, ha ido regresando a un modelo cada vez más presencial, especialmente en las oficinas.Es el caso, por ejemplo, de CaixaBank, explican desde el comité de empresa en Navarra de la entidad, la que cuenta con un mayor volumen de negocio en la Comunidad Foral. “En los servicios centrales se fijó una presencia mínima del 50%, al igual que en la banca a distancia y telefónica, si bien en esta última estaba previsto incrementarla próximamente ya al 75%”.

En las oficinas, la situación es muy diferente. La presión para vender productos (fondos de inversión, seguros y, por supuesto, hipotecas) se mantiene tan alta como siempre y exige un trabajo de campo que se sigue concentrando en buena medida en las oficinas, donde la visita de clientes se ha reducido de modo sensible en el último lustro de la mano de la inversión en tecnología y el auge de la banca móvil.

En Navarra, además, CaixaBank no solo pelea con la gran banca para retener a los grandes clientes. En el menudeo de las hipotecas se ha encontrado en Caja Rural de Navarra un opositor fenomenal, que año tras año le lima cuota de mercado. Y en la cooperativa de crédito, famosa por una política de personal sin demasiadas alegrías, la apuesta por la presencialidad es firme. Lo explican desde el comité de empresa. “Oficialmente, el teletrabajo no existe”.

A nivel global, el viento parece soplar en contra de esta fórmula de trabajo en un sector como el bancario, donde en las últimas semanas han crecido las voces internacionales que reclaman un regreso a las oficinas. El diario Expansión lo contaba esta misma semana recogiendo declaraciones de algunos de los principales banqueros del planeta. “El teletrabajo es una aberración que vamos a corregir lo antes posible”, dijo David Solomon, de Goldman Sachs.