El cálculo del IPC, realizado por el INE, responde a la ponderación de variables algo complejas. El INE toma como referencia los movimientos en productos tradicionales de la cesta de la compra, como los alimentos básicos, así como otros relacionados con la actividad cotidiana, como la hostelería, el ocio y el transporte. Pero, lógicamente, debe estar atento a bienes y servicios de nuevo cuño y así, en su última actualización, de finales del año pasado, ha tomado en cuenta también el pago por servicios de 'streaming', los juegos de azar o las cápsulas de café monodosis, a partir de datos procurados por minoristas y grandes almacenes pero también por el comercio electrónico.