La cesta de la compra en Navarra cuesta un 14,3% más que hace un año, el mayor incremento en dos décadas, según los datos del Instituto Nacional de Estadística correspondientes a agosto. Huevos, aceite, leche, cereales y carne se posicionan como los alimentos más inflacionistas, con aumentos del 32,5%, 27,3%, 24,5%, 21,5% y 21,1%, respectivamente. Pero, en el mismo periodo, los salarios han crecido un 4,53% en la Comunidad Foral, según el informe Convenios Colectivos del Ministerio de Trabajo –la estadística hace referencia a los pactos salariales registrados entre enero y agosto de 2022-.

La escalada de precios preocupa por el impacto negativo en el consumo y en el crecimiento de la economía.

El segundo que más se ha encarecido

La cesta de la compra (que incluye alimentos y bebidas no alcohólicas) es el segundo grupo que más se ha encarecido en este periodo, en un momento en el que el control de su valor se encuentra en el ojo del huracán. La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, y el ministro de Consumo, Alberto Garzón, están intentando negociar con las grandes cadenas de distribución una propuesta para limitar el precio de los alimentos. 

Estas superficies se decantan por la rebaja del IVA de determinados productos; la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia ya ha advertido de que la ley prohíbe pactar entre operadores precios máximos; y el sector primario ha exigido al Estado que cuente con ellos para evitar salir perjudicados con una disminución del precio que perciben por sus alimentos ante la posibilidad de querer repercutir la gran distribución en ellos un abaratamiento de los alimentos.

La Cámara Navarra de Comercio, Industria y Servicios propone al Gobierno que rebaje el coste de la cesta de la compra con medidas fiscales “para aliviar la factura de determinados productos o reducir la carga fiscal, vía IRPF, teniendo en cuenta que los salarios se están ajustando por debajo de la inflación”. 

El sindicato UGT en Navarra considera fundamental adoptar medidas que “moderen el desorbitado precio al que están llegando muchos productos de primera necesidad, como ya se hiciera en el pasado con otros sanitarios como las mascarillas o los test de antígenos, o más recientemente con el propio precio del gas”.

Un pequeño respiro

Nastat ha difundido este martes el comportamiento del IPC en agosto. El dato intermensual da un respiro a los precios con la bajada de una décima, pero el interanual continúa en niveles de los años 80, en el 11% –a pesar de que también disminuye en cuatro décimas respecto a julio–. Este elevado porcentaje se debe sobre todo a los gastos en la vivienda, lastrados por el coste de gas y luz; a los alimentos; a vestido y calzado; y a ocio y cultura.

La factura del gas y de la luz

Este año la vivienda se convierte en la más inflacionista por los gastos derivados de la calefacción, luz y agua, con un aumento del 53,8% interanual en agosto –casi siete puntos más que la media nacional en el mismo periodo, al quedar en el 47,2%–, según el INE.

La estadística también incluye otros productos y servicios vinculados a los inmuebles para establecer el incremento medio de los precios en este grupo, como el alquiler, la conservación de la vivienda, el precio de muebles, textiles y accesorios, electrodomésticos y artículos no duraderos. Como la subida de precios asociada a estos productos ha sido menor que la relacionada con el consumo de la calefacción y luz, la factura de las viviendas ha quedado en una media del 30,3% interanual en agosto.

La Cámara de Comercio recuerda que “el precio del gas previsiblente seguirá manteniéndose elevado durante los próximos meses y con ello los precios de la electricidad”. Por ello, propone modificar el mecanismo de fijación de precios en el mercado mayorista –una medida compleja en el corto plazo–; incentivar la inversión en energías renovables para incrementar su peso en el mix energético; acelerar la extensión de fórmulas de autoconsumo, como las comunidades energéticas, para lo cual es necesario agilizar la transposición de las directivas europeas; e impulsar medidas para incrementar la eficiencia en el consumo energético en la Administración, empresas y hogares.

Por su parte, los Administradores de Fincas colegiados están en contacto con el Estado para que la reducción del IVA del 21% al 5% en la factura del gas se aplique, igualmente, en las facturas de las comunidades de propietarios, lo que sin duda alguna sería un importante ahorro económico que, junto con la aplicación de la tarifa regulada del gas, haría posible que “muchos vecinos y vecinas no tuvieran que prescindir o reducir el servicio de calefacción central”, defienden en una nota.