El empleo ha pinchado en diciembre de forma sensible en Navarra. Durante el último mes, las empresas navarras destruyeron puestos de trabajo al mayor ritmo desde 2008, un mal dato que, en todo caso y por su carácter casi aislado, no emborrona una fotografía menos oscura. La de un 2022 que, en términos generales, ha sido positivo para el mercado de trabajo en la Comunidad Foral, con descenso en el número de desempleados y creación de nuevos puestos de trabajo. 

No ha sido el último, sin embargo, un buen mes, en consonancia con los estragos que la inflación causa en el poder adquisitivo de los ciudadanos. Así, la economía navarra destruyó 2.318 puestos de trabajo, la cifra más alta desde 2008, en pleno estallido de la crisis inmobiliaria. Todo ello, sin embargo, se ha traducido en un ascenso del desempleo muy contenido, con apenas 117 desocupados más, una divergencia que seguramente se suture en los próximos meses.

De este modo, la economía navarra cierra 2022 ligeramente por debajo de los 300.000 ocupados (299.966), una barrera simbólica que este año se rebasó por primera vez y que refleja que, tras la pandemia, el mercado laboral se ha comportado con una solidez sorprendente. Por término medio, en diciembre trabajaron en Navarra 4.301 personas más que hace un año.

En el último mes, sin embargo, algunas actividades han respondido peor de lo esperado. La industria y las actividades administrativas concentran gran parte de la destrucción de puestos de trabajo, que se repite a menor escala en otros sectores, como la construcción, la logística y la hostelería. Una combinación de precios elevados, tipos de interés al alza y dificultades para el transporte, con escasez de flota de camiones, que vuelve a lastrar el crecimiento económico.

El desempleo queda sin embargo en 31.610 personas, lo que supone apenas 416 más que un año. Un dato que ofrece una lectura sorprendente. Por cada diez nuevos puestos de trabajo que se generan, el paro se reduce en apenas una persona, en la representación numérica de la gran paradoja del mercado de trabajo actual: mientras el desempleo sigue rondando el 9%, un número creciente de empresas no encuentra los perfiles adecuados para contratar y los busca en otras latitudes o territorios. O, simplemente, deja de crecer. 

La composición del desempleo refleja además un fuerte desequilibrio. A finales de año, seis de cada diez personas registradas como paradas en Navarra son mujeres (el 59,7%, 18.883) frente al 40,3% de hombres (12.727). En términos anuales, la variación del desempleo resulta también desequilibrada. Así, mientras que el número de desempleadas asciende un +1,1% (204 mujeres paradas más), el de parados se reduce en un año un -4,6% (620 desempleados menos). Mujer y por encima de los 50 años es, hoy en día, uno de los rostros del paro de larga duración, aquel que tiene mayores problemas para reintegrarse en la actividad.

Otro aspecto recurrente es que, del total de personas paradas en Navarra, siete de cada diez no cuenta con un nivel de estudios hasta la primera etapa de secundaria. Exactamente suponen el 70,8% (se trata de 22.379 personas paradas con ese nivel de estudios).

Otro elemento a tener en cuenta es que casi tres de cada diez personas desempleadas en Navarra (el 27,8%) son mayores de 55 años. En cuanto a los jóvenes en paro, representan el 8,9% del total.

Por su parte, la población parada extranjera representa el 21,9%. En este caso, el número de personas desempleadas con nacionalidad española se ha reducido en un año en 640 (un -2,5%) mientras que el número de personas desempleadas extranjeras se ha incrementado anualmente un +3,3% (224 más).

Respecto al desempleo de larga duración, actualmente del total de personas registradas como paradas, el 37,5%, es decir, 11.854 personas, son paradas de larga duración. A pesar de que el porcentaje todavía es elevado, hay que destacar que hay un 14,2% menos de personas paradas de larga duración que hace un año.

En cualquier caso, la herida causada por la pandemia se encuentra ya completamente cerrada y casi todos los sectores han recuperado los niveles de ocupación y actividad de 2019. “El nivel de empleo se sitúa claramente por encima del de finales de 2019 (antes de la pandemia). De hecho, hay un 3,5% más de afiliaciones que en diciembre de 2019, exactamente 10.115 más. Cabe añadir que el incremento anual de la afiliación ha sido mayor en Navarra que en las comunidades de nuestro entorno (País Vasco, La Rioja y Aragón)”, explica el Gobierno de Navarra.

El año de la reforma laboral ha significado, por tanto, un crecimiento en el empleo. Y, sobre todo, un aumento en el número de contratos a tiempo completo, que dibuja una subida en vertical desde el pasado invierno. Todo ello no basta, sin embargo, para evitar que casi ocho de cada diez contratos temporales que se firman en Navarra sean temporales, tal y como denuncia ELA. El peso de la contratación indefinida resulta en todo caso muy superior en el conjunto de la economía española, con 40%, una reflejo tanto del propio tejido económico de Navarra como de la pervivencia de la incertidumbre económica.

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"El año 2022 ha sido el año de la estabilidad en el empleo. Tras la aprobación en diciembre del año pasado de la reforma laboral, la contratación indefinida se ha multiplicado, ha pasado de suponer el 7% al 24%. En los últimos 12 meses, las personas afiliadas con contrato indefinido a tiempo completo han pasado de 122.072 a 134.596, 12.524 más", valoraba sin embargo CCOO, que se felicitaba del éxito de la reforma laboral.