Como ocurrió a finales de año, pocos días antes del fin de la bonificación de 20 céntimos por litro de combustible, a comienzos de febrero volvieron las colas a las gasolineras. En esta ocasión, lo que empujó a muchos conductores a llenar los depósitos de sus vehículos era el miedo a una nueva subida de los precios tras la entrada en vigor del veto al diésel ruso como parte de las sanciones de la Unión Europea por la guerra de Ucrania. La alerta la lanzaron unos días antes las propias petroleras, Cepsa y Repsol, en un encuentro con el presidente del Gobierno españo, Pedro Sánchez. Josu Jon Imaz y Maarten Wetselaar le adviertieron de que a patir del 5 de febrero, cuando entró en vigor la prohibición de la Unión Europea de comprar derivados petrolíferos rusos, entre los que se incluye el gasóleo, los precios iban a volver a subir. Sin embargo, parece que de momento la advertencia no se ha cumplido.

Para sorpresa de muchos, tanto la gasolina como el gasóleo han bajado esta semana por primera vez en lo que va de año. Según el Boletín Petrolero de la Unión Europea, el precio medio del litro de gasolina en el Estado se sitúa en los 1,65 euros, lo que supone una ligera caída del 0,33% respecto a la semana anterior, mientras que el descenso del precio del diésel ha alcanzado el 1,5%, hasta los 1,68 euros el litro.

“La previsión era que el 5 de febrero iban a subir los precios, nosotros hemos tenido las gasolineras con cola de coches el día 3, el día 4 y el día 5 porque la gente cada vez que se hace una anuncio de este tipo se asusta. Estaban las gasolineras llenas de vehículos cargando y estamos a día 12 y los precios no han subido. Por lo tanto, no es cierto que haya sucedido”, explica Joseba Barrenengoa, CEO y fundador de Easygas.

“Las refinerías españolas han invertido para hacer frente a situaciones como la actual”

Ministerio para la Transición Ecológica

“(La posible subida de los precios) es un anuncio que ha hecho Repsol y Cepsa. Es importante el detalle, esta previsión de aumento de precio no lo ha hecho un organismo, no lo ha hecho un ministerio, lo han hecho Repsol y Cepsa”, matiza, y advierte: “La subida puede suceder en los próximos días. ¿De qué depende? Pues no depende de mercados ni del veto ruso ni nada que se le parezca. Depende de lo que Repsol y Cepsa deseen hacer. Si para tener mayores beneficios deciden subir el precio del diésel, lo subirán y todos tendremos que subirlo porque todo el producto diésel que se vende en España lo venden Repsol, Cepsa y BP, que son los refinadores de este país”, cuestiona. “Si el precio asciende, es todo a beneficio de las petroleras”, concluye.

Precio y suministro

Con esta medida, el objetivo de la Unión Europea es reducir los ingresos energéticos de Moscú para presionar a Rusia a poner fin a la guerra. Y aunque también afecta a la gasolina, el principal impacto del embargo se produce sobre el diésel, porque Europa es muy dependiente de este producto al suponer el 46% de sus importaciones. Además, Europa es un gran consumidor de este combustible, ya que cerca de la mitad de los coches y la mayor parte del transporte pesado y marítimo funciona con diésel. Por último, la entrada en vigor del veto al diésel ruso coincide con la apertura de China tras las restricciones por el coronavirus que presionará la demanda global de este producto.

Fuentes de la Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP) reconocen que “muchos analistas” resaltan que la ausencia del gasóleo ruso “supondrá un aumento de la cotización internacional del diésel” porque el país es uno de los principales exportadores de crudo y de gasóleo ya refinado. A ello se une que hay “muchos países” que tienen una gran dependencia del gasóleo ruso. 

Sin embargo, desde la AOP consideran que también hay otros factores a tener en cuenta, como la recuperación de la demanda por parte de China tras el levantamiento de las medidas y restricciones ligadas al Covid-19. También advierte de otros aspectos a valorar, como que muchos países desarrollados están creciendo menos de los esperado, a lo que también se suma el efecto de la inflación. “Habrá que ver cómo todos esos factores se equilibran”, valoran.

“La subida de los precios va a depender de lo que Repsol y Cepsa deseen hacer”

Joseba Barrenengoa - CEO de Easygas

En ese sentido, uno de los aspectos en los que inciden es que el suministro en el Estado español está garantizado debido a que entre 2008 y 2012 se invirtieron en torno a 7.000 millones de euros en las refinerías estatales para hacerlas más “flexibles y competitivas”, cosa que no ocurrió en el resto de Europa. En este punto coinciden desde el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, que asegura que España cuenta con “una buena diversificación de crudos importados”. “Las refinerías españolas, al contrario que un gran número de las europeas, han realizado fuertes inversiones para hacer frente a situaciones como las actuales y están preparadas para el procesado de diferentes tipologías de crudos y orígenes, con capacidad de procesar crudos diferentes a los rusos”, han señalado esta semana desde la cartera que dirige Teresa Ribera.

Fin de la bonificación

La gasolina no ha dejado de subir desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania. La medida de los 20 céntimos de descuento por litro de combustible desplegada por el Gobierno español logró contener en parte los efectos de este incremento durante el año pasado, pero desde comienzos de año, tras el fin de la ayuda, los precios han seguido escalando. Así, desde que comenzó el año 2023, la gasolina se ha encarecido un 18,2% y el gasóleo, un 15,6%. Respecto a hace un año, cuando aún no estaba en vigor el descuento, la gasolina es ahora un 7,63% más cara y el gasóleo cuesta un 20,31% más.

“El gasoil y la gasolina no están en máximos históricos ni mucho menos, pero sí que es un producto que se está convirtiendo en un artículo de lujo. ¿Y qué ha sucedido? Que han bajado las ventas. Nosotros hemos bajado un poco las ventas y entiendo que se debe a que hay mucha gente que ha parado el coche y se ha trasladado al transporte público”, explica el CEO de Easygas, que niega que los clientes estén consumiendo ahora más en las gasolineras low cost por el alza de los precios.

“Yo no diría que ha habido un trasiego de clientes, ni de petrolera a low cost ni de low cost a petrolera. Yo diría que se mantiene la fidelidad de los clientes hacia la marca que ya había antes. No creo que las gasolineras que vendemos más económico hayamos incrementado, no lo veo. Lo que sí veo es que hay una merma de venta de litros a nivel de mercado, que está vendiendo menos producto porque hay gente que ha parado el coche”, concluye Barrenengoa.

¿Dañan los combustibles baratos los coches?

En medio del debate sobre una nueva posible subida del precio de los carburantes, el presidente de la patronal de los talleres, José Rodríguez Robayna, ha asegurado esta semana que los coches pierden potencia cuando se usan carburantes de bajo coste. “(Los clientes) los notan bajos de fuerza y con anomalías de ruido, eso comentan”, sostuvo. “El rendimiento no es el mismo”, continuó Rodríguez, quien alertó de posibles problemas “en el sistema de inyectores” y, en el caso de los coches diésel, “en los catalizadores”. “El automovilista no apreciará los fallos en el moemento, pero a medida que pasa el tiempo, a parecerán esas anomalías”, subrayó.


Estas declaraciones no han sentado nada bien a las gasolineras low cost, que se preguntan: ¿Dónde están los datos que demuestran esas afirmaciones”.


“Los talleres han dicho que esta manifestación sale de una sensación en base a los muchos coches que reparan, pero que no lo han llevado a ningún laboratorio ni han hecho ninguna prueba. Simplemente es una manifestación, no tienen pruebas que lo demuestren. Es normal, entonces, el enfado de las gasolineras low cost”, considera Joseba Barrenengoa, CEO y fundador de Easygas. Aún así, considera que el presidente de la patronal de los talleres, tiene parte de razón.


“El producto que venden las low cost es el producto que compramos todos. Yo también compro el mismo producto que las low cost y que Repsol. Es exacto, todos tenemos el mismo producto. La diferencia entre un producto mediocre y un producto bueno es el aditivo que cada uno le incorpora. Sucede que las low cost no aditivan el producto o aditivan muy poquita cantidad”, explica.


“Si tú le metes un producto de cierta calidad al motor, lo tienes más limpio, menos emisiones, el arranque del frío mejor y menos problemas mecánicos. A la larga, un combustible de escasa calidad te va a suponer un coste adicional de talleres. Es decir, vas a gastarte más dinero en mantenimiento. Si tú le das un mal producto, tendrás que ir más al taller. Y ahí se nota”, señala. Aunque deja claro que “el coche no se te va a parar en ninguno de los casos”.