Algo comienza a moverse en el sector financiero, que hasta el momento había rechazado remunerar el ahorro. La gran banca, representada por Santander BBVA y CaixaBank, apenas ha comenzado a pagar por los grandes depósitos, sobre todo de las empresas o clientes millonarios, pero los pequeños también se mueven. Y en Navarra, Caja Rural está dando los primeros pasos. Si hace unos meses ofertaba 0,75%, hace unos días ha lanzado un depósito a 18 meses con una remuneración de hasta el 2,5% anual.

Y lo ha hecho además como toda la vida, con carteles en los cristales de las oficinas que buscan captar la atención de nuevos clientes. Una práctica olvidada desde hace años por la mayor parte de las entidades, más interesadas en la venta de productos, desde tecnología a seguros pasando por todo tipo de productos financieros complejos, que por remunerar el ahorro garantizado, el preferido por la mayor parte de los depositantes. En los últimos años, buena parte de los ahorradores han sido redirigidos hacia fondos de inversión con resultados muy dispares. El fiasco de la renta fija en los dos últimos años, por ejemplo, ha desengañado a un buen número de clientes, que han buscado refugio en el ladrillo, como muestra el número creciente de compras de vivienda que se ejecutan al contado.

Las tres grandes entidades también se han negado, en los últimos meses, a facilitar a sus clientes el acceso a Letras del Tesoro, el instrumento de deuda que más seguridad ofrece y cuya rentabilidad creciente ha vuelto a seducir a los particulares. Quienes han comprado deuda han tenido que hacerlo por su cuenta, pagando comisiones en entidades más pequeñas o a través de fondos de inversión en deuda pública, una fórmula empleada por ejemplo por CaixaBank, Ibercaja y Kutxabank.

Con el euríbor a cero o negativo, la desaparición de los depósitos o de los plazos fijos parecía comprensible. Pero tras la repentina escalada de los últimos meses, cada semana que la banca tarda en pagar por el pasivo se traduce en un incremento de su margen de beneficios, como ya muestran las cuentas de 2022. Con una posición de liquidez más que holgada, las entidades no han sentido la necesidad de pagar por el ahorro, si bien lo más probable es que comiencen a hacerlo de forma generalizada, aunque tímida, en los próximos trimestres.

La propia presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, ha expresado su expectativa de que los bancos reflejen en la remuneración ofrecida por los depósitos de sus clientes las subidas de los tipos de interés acometidas por la institución, que seguirá elevando el precio del dinero para contener la inflación en línea con el objetivo del 2% a medio plazo.

El movimiento de Caja Rural de Navarra, todavía muy moderado pero ya relevante, refleja además varias cuestiones. El apetito de la banca por captar ahorro, imprescindible para financiar su crecimiento futuro, sigue ahí, por mucho que pareciera aletargado. Y era solo cuestión de tiempo que regresarán los plazos fijos remunerados. De hecho, Santander, uno de los tres grandes actores en España, ya ha dado algunos pasos. A través de su filial OpenBank, exclusivamente digital, ofrece un depósito al 1,75% anual, con el que podría estar probando el efecto en el mercado de estas remuneraciones aún modestas. En Portugal, donde cuenta con presencia física, la entidad de la familia Botín ya está pagando un 2% por el ahorro.

¿Quién paga más?

De hecho, la banca europea ya ha comenzado a remunerar por los depósitos, fundamentalmente a través de canales digitales. Y en algunos casos está pagando ya por encima del 4% anual. Dentro de España, los depósitos mejor remunerados alcanzan o superan el 3% TAE en el caso de Banco Finantia (el 3% TAE en el plazo a 18 meses y al 3,10% TAE a 25 meses), Renault Bank (que acaba de subir al 3,34% la rentabilidad de su plazo a 24 meses), Wizink (3% TAE a 18 meses), EBN (3% TAE a 24 meses y 3,15% TAE a 36 meses) o Facto (3,29% TAE a 12 meses).

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La oferta de Caja Rural de Navarra es todavía inferior y no servirá para batir la inflación. Pero, hasta el momento, es la única de cierta relevancia entre la banca que cuenta con presencia física en la Comunidad Foral. Algunas entidades han comenzado a remunerar las cuentas corrientes, pero hasta el momento se han resistido a recuperar el depósito o a ofrecerlo con remuneraciones exiguas. Caja Rural, que en Navarra ya disputa el liderazgo a CaixaBank en algunos segmentos, ha decidido apostar por la captación de nuevo ahorro a un coste inferior al del euribor, pero que tiene el objetivo de seducir a un ahorrador de perfil conservador. 

Así, durante los seis primeros meses ofrece un interés del 1,5% anual, con lo que un depositante que aportase 100.000 euros, tal y como señalan los propios carteles de la entidad, recibiría 750 euros en intereses. Durante los seis meses siguientes, la tasa anualizada apenas subiría hasta el 1,75%, con lo que se le liquidarían 875 euros brutos en intereses; y no sería hasta el semestre final, cuando el tipo de interés se elevaría hasta el 2,5% anual, con un abono de 1.250 euros brutos. En total, el ahorrador recuperaría los 100.000 euros y 2.875 euros brutos adicionales en intereses, un TAE del 1,926%