Objetivos diferentes pero la misma manera de actuar para organizarse. Así se sintetiza el fenómeno 6-F de Agricultores y Ganaderos de Navarra, rebelados contra las políticas autonómicas, nacionales y europeas que regulan el sector primario, si se compara con el 15-M, surgido hace 13 años, cuando la sociedad se movilizó ante el hartazgo de un sistema que aplicó recortes para resolver la crisis económica, de la que quedaban capítulos por contar...

Las reivindicaciones del 6-F y del 15-M distan, pero cada movimiento presenta similitudes entre sí, como los modelos para estructurarse, el cuestionamiento de los agentes que actúan en un sistema mejorable y el hartazgo, aunque por razones diferentes. 

La tijera de Zapatero

En 2011 Navarra y el resto de España padecían una grave crisis –inmobiliaria y financiera–, cuyas consecuencias iban a continuar en los siguientes años. En mayo de 2010 el presidente socialista José Luis Rodríguez Zapatero anunció un recorte del gasto social sin precedentes, contrario a sus ideales, para evitar el rescate del país; y un mes después aprobó una reforma laboral. 

Entre 2008 y 2011 el número de personas paradas se duplicó en España, hasta las 4,8 millones; y en Navarra pasaron de 18.300 a 41.300 sin ocupación. En ese momento convulso, la ciudadanía indignada se movilizó por redes sociales –renegaban de los medios de comunicación– para rechazar el tijeretazo público. 

De manera pacífica invadieron plazas y calles en contra del bipartidismo que imperaba en el sistema político –con la alternancia del PSOE y del PP–. Tras una manifestación el 15 de mayo de 2011, convocada por distintos colectivos, surgió el 15-M. Acamparon de manera espontánea y celebraban asambleas –sin un líder concreto que guiara–. Era una organización horizontal, gente unida por el hastío ante la clase política y los bancos, sin una estructura piramidal.

Cambiar desde dentro

Las elecciones generales de 2011 llevaron a La Moncloa al popular Mariano Rajoy, con mayoría absoluta, que trajo el austericidio, y una reforma laboral de calado con una pérdida de derechos los trabajadores, que desembocó en una huelga general el 29 de marzo de 2012. El 15-M seguía y en 2014 de ese movimiento se fundó Podemos, partido que entraba en la rueda del sistema para intentar cambiarlo. 

En 2016, la formación morada junto a IU sumó 71 escaños en el Congreso, a medida que pasaron los años y con guerras internas su cuota de poder disminuyó. A pesar de ello en 2020 formó el primer gobierno de coalición con el PSOE, y tras anticipar Pedro Sánchez la cita de las generales a julio de 2023, se integró en Sumar, sacando cinco discretos escaños. Ahora desde el grupo mixto cuenta con cuatro representantes. Una caricatura de lo que fue hace solo ocho años.

Un mes que parece un año

2024 comenzó con protestas de agricultores y ganaderos en distintos países de la UE por la Política Agraria Común y la Agenda 2030, por la burocracia que genera el desarrollo de estas normativas entre estos profesionales y por su indefensión ante productos importados que incumplen los estándares de calidad europeos. 

Agricultores y ganaderos de Navarra observaban qué estaba ocurriendo a su alrededor y su inquietud les llevó a reunirse –ajenos a los sindicatos UAGN y EHNE–. Al mismo tiempo que estos últimos estaban pendientes de la convocatoria de protestas desde sus organizaciones en Madrid, ASAJA y COAG, respectivamente, un movimiento de agricultores y ganaderos se estaba gestando a través de la aplicación de mensajería del WhatsApp.

Algunos de ellos defienden que los orígenes se sitúan en Tierra Estellamuy activos en las tractoradas desde que comenzaran– y otros sostienen que se forjó en la Casa de Cultura de Olite, con las consiguientes reuniones en el Velódromo de Tafalla. El 29 de enero más de un centenar de agricultores se juntó en la Ciudad del Cidacos con la intención de movilizarse el 6 de febrero, en una tractorada que iba a repetirse en distintos puntos de España.

Para entonces agricultores y ganaderos de Navarra formaban parte de un grupo de WhatsApp –afiliados y afiliadas de UAGN, de EHNE e independientes–, en el que exponían sus inquietudes y malestar por la situación del sector. Llegaron a formar parte hasta 1.024 agricultores y ganaderos de la Comunidad Foral.

Pero, posteriormente, ya se distribuyeron por distintos grupos de WhatsApp según su localización geográfica. Incluso, en una misma zona estos profesionales volvían a crear grupos más pequeños para que la gestión resultara más eficaz. Y así comenzaron a organizar sus tractoradas por distintos puntos de la Comunidad: Ribera, Ribera Alta, Zona Media, Baja Montaña, Tierra Estella y Cuenca de Pamplona, etc

Tarde

El 30 de enero UAGN convocó a los medios de comunicación para anunciar las próximas protestas del sector primario sin especificar fecha, y preguntado sobre este movimiento, se limitó a señalar que respetaba cualquier acción.

En ese momento las organizaciones agrarias llegaban tarde para liderar las protestas, incluso el movimiento se desvinculó de UAGN y EHNE desde el inicio, y a pesar de que entre ellos había afiliados de ambas siglas. El 6F estaba en marcha –denominado así por comenzar su andadura el 6 de febrero–. No creen en el sistema piramidal sino en el horizontal-asambleario, con un lema que han repetido: la desorganización es la mejor organización.

Dos reuniones

Tomaron Pamplona con 800 tractores –gracias al perfil bajo de las autoridades– un día antes de la reunión que los representantes del 6F –previa invitación de UAGN, EHNE y UCAN– tuvieron con el Gobierno. Esta movilización histórica –alejada de sindicatos y política, como reiteradamente dicen– propició que reaccionara el Ejecutivo.

Tras esa primera cita, hubo una segunda el 16 de febrero, en la que portavoces de la plataforma, vinculados a UAGN, recogieron la propuesta con 49 compromisos del Gobierno, que no supieron explicar a los 400 agricultores y ganaderos que esperaban en los exteriores de la sede del departamento.

En dos encuentros, esas cuatro personas del 6-F, Salvador Moreno, Carmelo Macua, Andrés Etxarri y Javier López de San Román, se dieron cuenta de la complejidad de una negociación, sin asesores técnicos, y de la dificultad de comunicar para que el mensaje llegara de manera correcta a la multitud. Carecían de un líder necesario que uniera al colectivo. 

Por eso, renunciaron como portavoces y entre los asistentes surgió la frustración. El titular de Desarrollo Rural y Medio Ambiente, José María Aierdi, transmitió un mensaje claro: el Gobierno se iba a reunir a partir de entonces con el consejo agrario –UAGN, EHNE y UCAN–, y la Plataforma 6F tenía dos opciones, canalizar sus propuestas a través de los sindicatos o formar una asociación independiente.

Heridas abiertas

Este miércoles las tractoradas cumplirán un mes, periodo en el que han quedado abiertas heridas que deben sanar: las ejecutivas de UAGN y EHNE tiene que reflexionar qué ha ocurrido para que exista esa separación entre las bases y la cúspide; y por qué una aplicación de mensajería es capaz de movilizar al agro con esa celereidad y los sindicatos, no.

Jóvenes agricultores sobresalen en el 6F –y así lo destacan orgullos los más veteranos–, es decir, una parte del relevo generacional no se identifica con UAGN y EHNE. De ahí que quieran constituirse como asociación para tener voz. Al final, entrar a la rueda del sistema. Además, tampoco simpatizan con los medios de comunicación. Tarea pendiente también para la que suscribe y el resto de compañeros de profesión.