A toda máquina. Caja Rural de Navarra firmó un primer trimestre de récord, aprovechando al máximo la subida de los tipos de interés, y firmando un resultado neto de 52,08 millones de euros. Una cifra muy superior a los 32,27 millones logrados en el primer trimestre de 2023 y que anticipan un nuevo gran ejercicio para la cooperativa de crédito navarra, que ya batió todos sus récords de beneficio el año pasado.

La mejoría en el resultado de Caja Rural de Navarra se asienta en el significativo crecimiento del margen de intereses, que pasa de 51,4 a 76,1 millones de euros, de la mano sobre todo del crecimiento de los ingresos procedentes de los préstamos: 120 millones frente a los 69 millones percibidos un año antes.

Por el contrario, el coste del pasivo se encarece también de manera relevante, como consecuencia de la subida de tipos, pero también de la propia política comercial de la entidad, que ha apostado por retribuir los nuevos depósitos por encima de la media del sector. Esto le supone un gasto de 44 millones de euros, frente a los 17 pagados un año antes. Una apuesta que está permitiendo a la entidad dirigida por Ignacio Arrieta durante las últimas cuatro décadas crecer en número de clientes y mantener el impulso al crédito.

Este fuerte crecimiento de los ingresos y del margen compensa la atonía de las comisiones cobradas, que se reducen levemente en los tres primeros meses del año, pero que podría volver a tomar impulso en próximos trimestres. De hecho, la entidad ya ha comunicado a sus clientes una subida de comisiones por las tarjetas de débito.

Todo ello deja un margen bruto de unos 95 millones de euros, del que hay que descontar unos gastos de administración de 30 millones de euros, casi un 20% más que los del año anterior. Asimismo, Caja Rural estima un pago de impuestos superior a los 8 millones de euros, por lo que el resultado neto final se reduce hasta los 52 millones.