Los precios repuntaron en julio hasta el 2,7%, su punto más alto desde marzo, impulsados por las electricidad y los carburantes. Durante el último mes, los precios crecieron en dos décimas, lo suficiente para que la tasa interanual prolongue su tendencia al alza y se empareja eso sí con la media española. Las últimas previsiones apuntan a una tasa media del 2,4% a lo largo del año 2025, ligeramente por encima de la media europea.

En los últimos meses, especialmente a partir de junio, la electricidad ha elevado de manera clara su precio, de tal modo que los suministros de la vivienda se han encarecido un 5,5% en los últimos doce meses, dos puntos y dos décimas por encima del crecimiento del mes pasado. Pagamos la luz más cara que en primavera y, sobre todo, más cara que antes del apagón. “Red Eléctrica Española (REE) sigue operando en modo seguro, recurriendo a más centrales de ciclo combinado de lo que era normal y restringiendo la aportación de algunas plantas de generación renovables”; explican desde la Organización de Comsumidores y Usuarios (OCU) para explicar un alza en los precios de la luz que suele ser frecuente en verano, cuando disminuye la aportación de la energía eólica y la hidráulica.

De hecho, el precio de la electricidad subió con fuerza en junio, se mantuvo en julio y todo apunta a que seguirá siendo elevado en uno de los meses de agosto más cálidos del último siglo en España.

El comportamiento de la electricidad incide directamente el el grupo de Vivienda, donde no se tienen en cuenta los precios del inmueble sino de los suministros. “ El IPC no refleja toda la subida del coste de la vida, ya que no incluye el coste de comprar la vivienda, cuyo precio sufrió un aumento del 12,2% interanual en el primer trimestre de 2025”, explicaban desde CCOO.

Junto a la electricidad, las subidas más importantes en el último año se corresponden con las bebidas alcohólicas y tabaco (5,6 %); vivienda (5,5 %); los hoteles, cafés y restaurantes (4,2 %) y los Alimentos y bebidas no alcohólicas (3,2 %).