La sección sindical de CGT en Volkswagen Navarra ha asegurado este jueves que la empresa no tiene ninguna necesidad de aplicar un ERTE para 2026 y por tanto no va a participar en la negociación del mismo.
En 2020, señala la CGT en un comunicado, se pusieron en marcha los ERTE por fuerza mayor debido a la covid como medida para el mantenimiento del empleo y, desde entonces, Volkswagen Navarra "ha tomado esa figura como una medida más de flexibilidad a la carta". Ahora se ha vuelto a solicitar un ERTE que abarca desde el 1 de diciembre de 2025 hasta el 3 de julio de 2026 alegando causas técnicas, organizativas y productivas, por diversos motivos. Para la aplicación de este nuevo ERTE, destaca el sindicato, se ha planteado desconvocar el ERTE actual, que abarcaba hasta el 31 de diciembre de 2025.
"De entrada, el cambio de fechas y condiciones del ERTE supone un claro y flagrante incumplimiento por parte de Volkswagen del Acuerdo del ERTE para 2025, por el que se comprometieron a impartir tres días de formación a toda la plantilla y, pese a haber podido hacerlo durante todos los viernes del año que ha suprimido turnos de trabajo, no lo han cumplido", denuncia la CGT.
El ERTE, considera, "es una auténtica aberración que tiene como único objetivo que la empresa no pague los salarios y cotizaciones traspasándoselos al erario público y, además, se convierta en una nueva fuente de ingresos que sumar a sus ya de por sí obscenos beneficios". En este sentido, el sindicato indica que Volkswagen ha tenido unos beneficios acumulados en los 9 últimos años de 123.383 millones de euros, 19.060 de los cuales corresponden al ejercicio del año 2024.
La planta de Navarra, según los datos aportados por el sindicato, ha tenido unos beneficios netos en los últimos 9 años de 651 millones de euros, de los cuales 77,6 corresponden al ejercicio de 2024, siendo éste el cuarto mayor beneficio de su historia.
Además, la CGT subraya que la empresa dispone de varios tipos de medidas pactadas en convenio para hacer frente a la variación en la producción y la adaptación de la plantilla, como la aplicación de la bolsa de horas (unos diez días al año por turno) o la producción en sábados (hasta 10 por turno). Son medidas que "ni nos gustan ni compartimos, pero que podrían evitar la aplicación del ERTE", afirma la CGT.