Con una plantilla de 2.000 personas, Grupo UVESA es uno de los principales productores de pollo en España y ocupa posiciones de liderazgo en los segmentos de porcino y de fabricación de piensos. En su área avícola, la compañía cuenta con una sala de incubación en Tudela, una planta de elaborados de Casarrubios del Monte (Toledo), granjas avícolas (reproductoras y de crianza) integradas en toda España, cuatro plantas procesadoras de aves en Tudela, Málaga, Cuéllar (Segovia) y Rafelbuñol (Valencia), así como dos delegaciones comerciales de productos avícolas en Bilbao y en Getafe.

Recientemente, Uvesa ha adquirido la Unidad Productiva de Negocio de la Cooperativa y Avícola Ganadera de Burgos (COBUR) con el objetivo de ampliar la producción de la fábrica de piensos y recuperar la actividad de la incubadora. En 2020, Grupo UVESA alcanzó una facturación de 446 millones de euros y realizó inversiones por valor de 16 millones de euros.

¿Cómo es la situación actual del sector agroalimentario en Navarra?

El sector agroalimentario, junto con el sector primario, es sin duda uno de los más potentes y mejor asentados dentro de la economía navarra. Durante estos meses de pandemia ha sido el motor y el sustento económico en pequeñas poblaciones rurales de la Comunidad. Ha permitido, también, poner de nuevo en valor y contexto un sector que, quizás, teníamos un tanto olvidado en los últimos años su verdadera importancia estratégica y dinamizadora de la economía de Navarra. El carácter estratégico y estructural del sector como dispensador de alimentos de la población durante los meses más duros de la pandemia le permitió, claramente, salir incluso reforzado frente a otros como la industria o la manufactura. Con crecimientos en la actividad por encima del 20% frente a las conocidas caídas del 6% del resto de actividades. Mientras que en otros sectores la necesidad de tener que acudir a los ERE para paliar la falta de actividad fue vital, en el sector primario fue mínimo.

¿Cómo valoran el futuro del sector avícola?

La pandemia, como imaginamos en el resto de sectores, nos ha obligado a tener que adaptarnos rápidamente a las nuevas realidades sociales y laborales que han venido para quedarse. Los cambios necesarios en la estructura productiva son ya una realidad: turnos reducidos, implementación de nuevas y mayores medidas de seguridad laboral y alimenticia, teletrabajo como opción preferente a los puestos no necesarios para la producción, etc. Asimismo, hemos notado que, con la pandemia se ha despertado en la sociedad un interés muy alto por nuestro sector como opción de vida y negocio empresarial. Si años atrás nos costaba generar demanda entre la población para invertir en explotaciones avícolas, ahora es todo lo contrario. Se nos considera una opción preferente y segura de pequeño negocio.

La llegada de inversión y de profesionalidad al sector van a resultar necesarias si queremos abordar el futuro como sector con garantías. Un futuro que es prometedor; donde el mercado nacional seguirá siendo mayoritario, pero donde, sin duda, deberemos de pensar en la necesidad de exportar si queremos crecer como sector o cada uno como empresa. Y para eso, necesitamos de la mayor inversión tecnología y competitividad posible. Hace años, tener una granja avícola era un complemento menor de otra actividad principal y los mataderos eran bastante rudimentarios. Hoy podemos decir sin temor a equivocarnos, que el sector avícola en España es uno de los más punteros tanto en tecnología industrial en las plantas de procesado, como en la profesionalidad y eficiencia en el parque de granjas.

¿Qué balance realizan de la trayectoria y evolución del grupo?

El balance es tremendamente positivo, aunque nuestro objetivo es poder consolidarlo y mejorarlo. Y es que hablamos de un proyecto que nació como cooperativa hace ya casi 60 años y que, con ese mismo espíritu y con una filosofía basada en la calidad muy similar, ha logrado consolidarse como una de las empresas de referencia del sector. Lógicamente, hemos evolucionado. Ahora somos más grandes y nuestra diversificación es mayor. Pero mantenemos la misma agilidad y capacidad de adaptación al mercado, la misma apuesta por la calidad y el mismo compromiso con los diferentes stakeholders de la compañía, valores todos que nos han permitido impulsar, desde Tudela y Navarra, una empresa comprometida y que genera empleo y riqueza en las zonas en las que tiene presencia.

¿Cuál es la apuesta por la i+D+i?

La innovación es fundamental en cualquier sector, incluso en un sector tan tradicional como el nuestro. Es palanca de crecimiento y clave para el futuro. Por eso, nuestra apuesta por la I+D+i es sostenible y transversal. En los últimos cuatro años, hemos destinado casi 2,5 millones de euros a innovar para seguir diferenciándonos pues lo que está claro en una industria tan atomizada como la nuestra es que para consolidar nuestro liderazgo hemos de seguir aportando valor a los clientes. Y todo ello, sin perder rentabilidad para seguir siendo competitivos.

¿Qué oportunidades genera a un grupo como Uvesa formar parte de la iniciativa Orizont?

Siempre hemos pensado que una empresa líder como UVESA no puede vivir de espaldas a la realidad. Y la realidad nos indica que en España hay talento e innovación que hemos de ser capaces de detectar, impulsar y, a ser posible, retener. Por eso, nos hemos unido a esta iniciativa con la intención de contribuir a promover proyectos de innovación alimentaria, de ser puente entre startups y empresas, como las que participan en este proyecto del que formamos parte, cada una de ellas líderes en sus respectivos sectores.

Es una obligación para quienes formamos parte de Orizont marcar tendencia. Y creo que en este proyecto lo hacemos a través de la innovación, la colaboración y el emprendimiento. Proponemos retos y las empresas emergentes trabajan en las posibles soluciones, con la motivación que implica poder trabajar mano a mano con empresas de nuestro tamaño y competitividad; y con la oportunidad de conseguir a través de Orizont un contrato mínimo de 25.000 euros para dar con esa solución y el acceso, llegado el caso, a una financiación total de hasta 400.000 euros.

Las tres líneas presentadas en Orizont se encuentran dentro de la estrategia de la empresa por buscar la máxima calidad de sus productos y servicios. El primer reto consiste en la automatización en línea y sistema robótico colaborativo. El segundo reto busca un sistema de detección de cuerpos extraños no férricos en línea que sea capaz de discriminar el resto de cuerpos extraños y contando con la variedad de tamaños y materiales. Y, por último, con el tercer reto buscamos un sistema de eliminación de plumas en partes específicas de la canal del pollo.