Los minutos de oro son resúmenes de programa en poco tiempo. Es difícil clavarlos, pero anoche los partidos estuvieron bastante acertados. Fueron desde apelaciones a continuar con el gobierno actual –la de Chivite– hasta la reivindicación de un centro que parece inexistente en Navarra –la de Ciudadanos–. Pero todas las llamadas destilaron un miedo a la abstención, uno de los males que puede afectar a las elecciones.

La “derecha no vota, la derecha ficha”, alertó Alfaro, en un minuto en el que dijo que defenderán tres cosas: empleo digno, vivienda y sanidad de calidad.

Esparza hizo una apelación al voto útil y dijo que todo lo que no sea coger su papeleta será diseminar el voto y reforzar a Otegi. Barkos, por su parte, aprovechó el mensaje final para pedir el apoyo para “recuperar el impulso del cambio que trajo elementos importantes” y seguir “trabajando en esa senda”. El de Aznal tuvo un tono de izquierdas nítido por encima de aspectos identitarios: apuntó que el voto para EH Bildu es el que mejor garantiza “las políticas de izquierdas”. Y García, del PP, siguió la estela de Feijóo y planteó las elecciones como un plebiscito contra el sanchismo en navarra.